Aunque en la tercera edad suele resultar más difícil bajar de peso, la clave para el éxito puede estar en la actividad física integrada a la vida cotidiana.
Por Iraí Freire
Publicado por Mayores en Movimiento
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¨Me sentía muy mal porque en mi entorno todos son más delgados y estaba enojada conmigo", confiesa la argentina Nélida Di Stefano, de 64 años, una más de tantos adultos preocupados por el sobrepeso que con el paso del tiempo comprueban mayor resistencia del cuerpo a adelgazar.
Durante diez años, y antes de cumplir 60, Nélida concurrió a los grupos de la Asociación Lucha contra la Obesidad (Alco), gracias a lo cual había logrado bajar 25 kilos. "Creí que me las sabía todas -reconoce- y dejé el grupo, las caminatas, y todo se me vino abajo."
Luego de tres años de abandono, hoy participa de un nuevo grupo de Alco, ubicado en la sede central del barrio de Belgrano, Buenos Aires, Argentina. Desde que retomó su plan alimentario y la actividad física, perdió 9 kilos.
Menos actividad y menos masa muscular
Los especialistas en nutrición coinciden en que dos factores hacen más difícil bajar de peso durante la tercera edad: la reducción de la actividad física cotidiana y la pérdida de masa muscular en favor de un aumento del tejido graso.
La persona de más edad hace menos ejercicios -señala Jorge Braguinsky, del Centro de Nutrición y Endocrinología, en Buenos Aires-, lo que disminuye el gasto calórico y el control del apetito."
Silvio Schraier, prosecretario de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN), explica el segundo factor: "En esta etapa de la vida uno tiene más grasa que cuando era joven. Además, a lo largo de los años, se van perdiendo proteínas de la masa muscular. La combinación estimula el aumento de peso, aunque es un fenómeno evitable".
Riesgos y tipo de obesidad
En Argentina y Estados Unidos un 60% de la población tiene problemas de sobrepeso u obesidad. Sobre datos como este se basa la Organización Mundial de la Salud (OMS) para considerar que la obesidad es una epidemia mundial.
"No está claramente discriminado lo que sucede con la tercera edad -especifica el nutricionista de la SAN-, pero se puede decir que el porcentaje es similar y tiende a elevarse por las condiciones propias de la edad avanzada."
Braguinsky, quien fue vicepresidente de la Asociación Internacional de Obesidad, asegura que una proporción importante de la gente de tercera edad llega a sus consultas para perder kilos por expresa indicación médica.
A su vez, Shraier ejemplifica: "Es moneda corriente que el paciente venga después de haber concurrido al traumatólogo por dolores de rodillas o tobillos, o al flebólogo por malestar en las piernas".
El especialista agrega que el riesgo de sobrepeso varía según el lugar del cuerpo donde se deposite el tejido graso.
La obesidad centrada en el abdomen -la más peligrosa- está relacionada con dolencias cardíacas, problemas circulatorios, diabetes, trastornos del colesterol e hipertensión. En cambio, con adiposidades ubicadas en muslos y cadera, la persona afectada puede manifestar artrosis en rodillas o cadera, y aparición o acumulación de várices.
Continuidad y paciencia
Para hacer frente al sobrepeso en la tercera edad, ambos nutricionistas recomiendan básicamente complementar un buen plan alimentario con caminatas.
Lo ideal es llegar a la rutina de hora por día.
Los siguientes consejos contemplan las posibles limitaciones y tienden a que el ejercicio se integre a la vida cotidiana de manera regular y sostenida en el tiempo:
Caminar acompañado: es un incentivo extra para quienes no se animan a dar el paso inicial.
Empezar dando algunas vueltas a la manzana y aumentar paulatinamente.
Hacer dos o tres caminatas breves al día sin llegar a cansarse.
Hacer trámites o compras a pie, siguiendo el recorrido del colectivo para poder tomarlo en caso de necesidad.
Caminar en el agua o nadar si existen problemas articulares.
Hacer ejercicios al aire libre, que facilitan la oxigenación.
En la tercera edad, por lo general, las motivaciones ya no pasan tanto por lo estético. Nélida coincide con esta visión y comenta: "No me mueve el deseo de bajar de peso, sino las ganas de sentirme bien".
Fuente: www.salutia.com
www.portalgeriatrico.net