En Estados Unidos está de moda un debate que es familiar en países como Chile, Colombia, Argentina y México, donde se han creado sistemas privados de pensiones: ¿Ofrecerá el sistema privado mejores pensiones? ¿Cuál es la tasa de rentabilidad a largo plazo que obtendrán los trabajadores sobre sus ahorros de jubilación?
Por Mark Whitehouse
The Wall Street Journal
Febrero 27, 2005
Quien ha puesto el dedo en la llaga es el mismo presidente George W. Bush. Al promover el establecimiento de un sistema de cuentas privadas para el Seguro Social, el sistema estatal de pensiones estadounidense, el mandatario ha estado haciendo una previsión optimista: el mercado bursátil ayudará a que los trabajadores jóvenes "salgan ganando" con respecto al sistema actual de reparto.
Varios economistas reconocidos creen que esta visión de Bush tiene dos problemas. Primero, dicen, exagera el optimismo en cuanto a las perspectivas de las acciones a largo plazo. Segundo, pasa por alto una regla financiera irrefutable: nada es gratis. Retornos mayores conllevan riesgos mayores.
"No se puede simplemente inventar retornos sin costos", dice William Dudley, economista jefe para EE.UU. de Goldman Sachs en Nueva York. "Si fuera así de fácil, desde luego no tendríamos un problema con el Seguro Social".
Quienes adopten las cuentas privadas tendrán que renunciar a una rentabilidad anual real del 3%, que es la que garantiza el sistema tradicional actual. Funcionarios del gobierno estadounidense calculan que en una vida laboral típica de 44 años las acciones darían un retorno promedio del 6,5%, los bonos corporativos del 3,5% y los bonos gubernamentales, del 3%, todo en términos "reales", es decir, después de la inflación.
Bajo los supuestos estatales, la cartera exigida para las cuentas privadas (60% en acciones, 24% en bonos corporativos y 16% en bonos soberanos) produciría un retorno neto real del 4,93% después de que se descuente un 0,30% anual de comisión administrativa. Para un joven de 21 años que ingrese al mercado laboral en 2011, con un sueldo promedio anual de US$57.458 al año durante toda su carrera, el retorno adicional del 1,93% le agregaría US$133.447 a su cartera de jubilación para cuando llegue a los 65, según un modelo construido por Jason Furman, economista de la Universidad de Nueva York.
El problema es que las previsiones suscitan una serie de dudas, por no decir conflictos. Por ejemplo, se cuestiona el supuesto de que las acciones van a tener retornos anuales del 6,5%. Las previsiones de que el sistema de Seguro Social será incapaz de pagar todos los beneficios con los que estaría comprometido para 2042 presupone que la economía de EE.UU. crecerá de aquí en adelante al 1,9% al año, un ritmo lento que probablemente no alcanzaría a producir retornos del 6,5% en el mercado bursátil. Muchos economistas cuestionan la idea de que los retornos de las acciones puedan ser tan altos con respecto al crecimiento del PIB.
El retorno a largo plazo de las acciones surge de dos fuentes: el crecimiento de las ganancias corporativas y lo que se paga a los accionistas como dividendos o recompra de acciones. Las ganancias corporativas tienden a crecer con la economía, con lo que un auge del PIB del 1,9% típicamente produciría un alza del 1,9% en las ganancias. Si a esta tasa se suman dividendos y recompras, el retorno total real de las acciones se aproxima al 4,6%.
Autoridades y economistas estadounidenses que apoyan las previsiones oficiales ofrecen varias explicaciones para el alza del 6,5%. Desde 1802 hasta 2004, el retorno real de las acciones estadounidenses mantuvo una media del 6,8%. Según Jeremy Siegel, profesor de la Escuela de Negocios Wharton, de la Universidad de Pensilvania, las empresas pueden registrar un crecimiento más rápido de las ganancias cuando reinvierten sus utilidades o se benefician de inversiones en países en desarrollo,
Con todo, no hay forma de saber exactamente cuánto será el retorno de una cuenta personal. "Si uno se decide por el mercado bursátil, podría salir ganando, pero si las cosas andan mal, podría salir bastante perjudicado", dice Siegel, que apoya la privatización.