El director inglés, uno de los grandes pensadores del teatro, cumple hoy 80 años
Fue director artístico del Covent Garden con sólo 24 años Realizó 47 espectáculos teatrales, ocho largometrajes, dirigió cinco óperas y escribió seis libros
La Nación
Lunes 21 de Marzo de 2005
Peter Brook cumple hoy 80 años y hay muchos motivos para celebrarlo. Uno de ellos, quizás el más importante para el teatro contemporáneo, es la clara lucidez con que el creador buscó y consiguió la integración de la creación teatral con un impulso reflexivo. Así ha generado diversas obras, y lo sigue haciendo en la actualidad, donde alcanzó a mostrar las líneas de sentido que atraviesan el hecho teatral, de la misma manera que consiguió la recuperación de lo sagrado en el teatro.
Brook nos propone recordar, y acaso volver a experimentar, un instante histórico inicial donde el teatro era ceremonia iniciática, espacio de magia hechicera, latido de un rito sagrado. En cada uno de sus trabajos, Brook recuerda los teatros en Oriente, en las culturas arcaicas y en la indeleble huella del "Teatro de la crueldad", de Artaud, quien bregó por el resurgimiento del manantial de lo sagrado en la escena. Es la meditación reflexiva la que le permite encontrar la veta intuitiva para volcar sobre el escenario. No tiene tiempos fijos, sólo los que le exige la creación y, en este sentido, sorprende cada vez que presenta un nuevo espectáculo. Su ausencia de la escena da a entender que está en la búsqueda de una acción interior para encontrar la escritura escénica que le permite reflejar su pensamiento. Nunca buscó la gloria pero alcanzó el reconocimiento mundial sin proponérselo y sin detenerse en las críticas. Hoy, como ayer, como siempre, sigue produciendo porque su mente y su capacidad creativa no envejecen.
De familia rusa, Peter Brook nació en Londres el 21 de marzo de 1925. Después de una brillante carrera de literatura en Oxford, comenzó a ocuparse del teatro, según él, más por necesidad económica que por gusto personal: su pasión verdadera era en realidad el cine. Esto no le impidió tener, a los 24 años, el cargo de director artístico en el Covent Garden de Londres, cargo que abandonó muy pronto para volver a la prosa para trabajar con los más grandes actores ingleses, como John Gielgud, Laurence Olivier y sobre todo Paul Scofield, y ocuparse tanto del teatro isabelino como de autores contemporáneos.
La gira europea de "Tito Andrónico", en 1955, permitió a Peter Brook, ya muy conocido en Inglaterra, mostrar su talento al resto de Europa. En este período se interesa por las obras de Shakespeare consideradas menores, de las cuales él aprecia la fluidez cinematográfica, enfrentando también los textos mayores: "Hamlet" (l955) y "La tempestad" (1957).
A fines de los 50 y principios de los 60 realiza dos películas inspiradas en novelas: "Moderato cantabile", de Marguerite Duras, y "El señor de las moscas", de William Golding; espectáculo en el que Brook empieza a rechazar cada inútil decoración escenográfica y marca una etapa fundamental en su trabajo artístico y en el del teatro occidental contemporáneo: el espacio escénico se vuelve "vacío". Serán las palabras, los cuerpos y la energía de los actores los que lo llenarán de imágenes; la comparación con algunas grandes tradiciones teatrales extraeuropeas se puede decir que ya ha comenzado.
En 1970, "Rey Lear" tendrá una brillante versión cinematográfica.
En mitad de los 60, la búsqueda teatral de Peter Brook se vuelve más radical, aumenta el trabajo sobre el cuerpo, la voz y la improvisación. La amistad y los intercambios con Jerzy Grotowski contribuyen a reforzar esta tendencia.
En 1964, nacen "Marat-Sade", de Peter Weiss, y "Les paravents", de Genet, y en 1966, en los Estados Unidos, un espectáculo sobre la Guerra en Vietnam.
En 1968, desde un laboratorio internacional promovido por Jean Louis Barrault, surgen un "Edipo", de Séneca; "Sueño de una noche de verano", realizado con las técnicas del circo y de la Opera de Pekín, y una nueva versión de "La tempestad", producto de una intensa experimentación.
Ese mismo año, Brook publica su libro más conocido, "El espacio vacío". En 1970, se radica en París, donde funda el CIRT (Centre International de Recherches Théâtrales) y realiza "Orghast", considerado el más excepcional trabajo sobre la voz jamás realizado en teatro. Luego, "Persepoli", que presenta en Irán, en 1971.
La búsqueda teatral de Brook se hace internacional: para experimentar nuevas posibilidades de comunicación e improvisación, con el CIRT viaja a Africa y a los Estados Unidos. Llamado sucesivamente para dirigir "Les bouffes du Nord à Paris", prepara espectáculos como "Les Iks", "Ubu aux bouffes", "Medida por medida", "L´os et la conférence des oiseaux", un fascinante "El jardín de los cerezos", de Chejov, y la tragedia de "Carmen", donde se funden perfectamente canto y recitación. Al mismo tiempo, realizó otra película, "Meeting with Remarkable Men" ("Encuentros con hombres extraordinarios"), inspirada en un libro de Gurdjeff.
El año 1985 es de "El Mahabharata", el espectáculo presentado en el Festival de Aviñón, con una duración de 9 horas y que puede ser considerado un compendio del trabajo de Peter Brook. La versión cinematográfica de esta obra se conoció en 1989. Desde entonces viene creando otros nueve espectáculos cuya heterogeneidad puede dar la medida de una búsqueda constante que tiene como objeto no sólo el teatro, sino la vida misma: entre ellos dos óperas líricas: "Impresión de Pelleas", de Debussy, y un "Don Juan", de Mozart, un Shakespeare ("La tempestad" en versión francesa), dos trabajos, "El hombre que" (conocida en Buenos Aires durante el Festival Internacional de Buenos Aires-FIBA 2001) y "Je suis un phénomène", extraídos de obras de dos neurólogos, el norteamericano Oliver Sacks y el ruso A. R. Lurija, respectivamente. Además "Los días felices", de Beckett, "La mort de Krisna" (presentada en FIBA 2003) y dos espectáculos sudafricanos: "Woza Albert", de Percy Mtwa, y el reciente "Le costume", extraído de un cuento del escritor Can Themba.
Peter Brook realizó un total de 47 espectáculos teatrales y 8 películas, tuvo cinco direcciones artísticas de óperas, escribió seis libros y recibió más de 30 importantes reconocimientos en todas partes del mundo; entre otros, el Premio Europa por el Teatro en Taormina, en 1989, y aunque no siga produciendo, su nombre ya está inscripto entre los grandes pensadores del teatro.
Susana Freire
http://www.lanacion.com.ar/entretenimientos/nota.asp?nota_id=689183
Publicado por Licenciatura en Gerontología el día: Marzo 21, 2005 10:44 PM