Después del casamiento de Carlos y Camilla, cambia el panorama afectivo para los mayores de 50 años
La Nación
Miércoles 13 de abril de 2005
NUEVA YORK (The New York Times).– Encantadísimos con el casamiento de Carlos y Camilla, los neoyorquinos de 50 y pico de repente se han detenido en la idea del amor en la madurez. Fay Goldman, que dirige en Manhattan una agencia de encuentros llamada Meaningful Connections, habla de este hecho como de un gran estímulo.
Pero otros colegas aseguran que el romance de celebrities que probablemente haya atrapado más la atención de los norteamericanos sea en realidad el de Ashton Kutcher y Demi Moore.
El cielo sabe que el casamiento de Carlos y Camilla es una fuente inagotable de diversión en Gran Bretaña, con titulares que los ridiculizan y descripciones de la novia y del recién casado que sugieren que ellos quedarían mejor en la tapa de la revista Horse and Hound (Caballo y Sabueso). Cada uno de ellos –él, 56 años; ella, 57– lleva suficiente equipaje como para llenar la bodega de un Boeing 747.
En Nueva York, incluso, algunos ejecutivos de las empresas de contactos descubren signos esperanzadores para ellos mismos y su plantel en este último capítulo de la novela conocida como La familia real británica.
El divorcio y la muerte han dejado abundancia de hombres y mujeres de 50, 60 años y más que están tratando de enamorarse por segunda vez.
Algunos buscan ayuda profesional para encontrar compañía o ponen mensajes en las secciones específicas de los diarios. Pero en el corazón, que es todo lo que cuenta, ellos quieren lo mismo que la pareja del castillo de Windsor: una inyección de felicidad.
Un poco de realismo
Por eso Goldman está animada con el casamiento, porque el príncipe y, ahora, su mujer "están siendo más realistas sobre la persona que quieren tener a su lado". Usualmente, dijo, la gente lo pasa mejor cuando busca compañeros de su misma edad o razonablemente cerca.
No importan las bromas anticuadas sobre Carlos y Camilla. "Ya no hay más prejuicios contra la gente mayor que se casa", dijo Robert. J. Dombkowski, gerente de Singles Industry Trade Association (Asociación de Comercio e Industria de Solteros), un nombre que habla bastante por sí mismo. "Ya no se oye tanto: ¿Tenés 55 o 60 años y te vas a casar de nuevo? Mejor, se dice: ¡Bien por vos!"
Ron Geraci dirige seminarios de citas on line en Nueva York y edita una columna, Amor moderno, para AARP la Revista. Cuenta que un creciente número de hombres y mujeres mayores de 50 años recurren a él en busca de ayuda.
"Hoy, ésta es una de las primeras formas en que la gente madura se anima a concretar citas, ya que no necesita hacer un ejercicio activo de la conquista, rechazos evidentes, por ejemplo", dijo. Y agregó que las mujeres son generalmente más miedosas que los hombres para empezar de nuevo en el terreno de las relaciones.
Los hombres, además –y uno no recibirá probablemente un shock por leerlo–, a menudo empiezan a buscar mujeres más jóvenes. Traen a la memoria pasajes de Moby Dick, más precisamente, la caza de la ballena blanca por el capitán Ahab. Necesitan ser devueltos a la tierra, dicen en las agencias de contactos.
Los hombres mayores sin compromiso que empiezan a expresar interés en mujeres de su misma edad son tan poco comunes que uno solo al abrir la puerta de la oficina de Goldman es suficiente para que ella sienta que "da esperanzas al mundo".
En tanto, Shoshan Rikon explica que algunas veces ella incluye en sus encuentros para el "amor serio" a hombres en busca de esposas jóvenes a modo de trofeo. Ella dirige Shoshanna’s Matches en Manhattan, empresa dedicada a vincular a personas solteras de la colectividad judía. "Y posiblemente empiezan acercándose a gente de su misma edad porque trabajo de esa forma", dijo Rikon.
Mejor, Sinatra
Pero ésa no es la experiencia de su colega también neoyorquina Janis Spindel. Spindel arregla noches de citas, comidas en grupo para conocerse. "Las más exitosas son las de gente de 50 años o más. Es más fácil para ellos. Hay menos presión. Ya han hecho todo."
Para Spindel, "las mujeres creen que los hombres quieren a alguien muy joven a su lado. No es así. La gente no quiere gente con la que no pueda mantener una conversación intelectual estimulante. No quiere estar escuchando rap cuando tienen dolor de cabeza".
No, no quieren. Los viejos preferiríamos escuchar a Sinatra, tal vez cantando una canción que podría haber sido escrita para Carlos y Camilla; esa que dice: Love is lovelier the second time arond (el amor es más amoroso por segunda vez).
Pero no se trata realmente de amor por segunda vez para esta pareja. Es el primero, largamente demorado.
Clyde Haberman
http://www.lanacion.com.ar/695593