Akino Okano tiene 68 años, es viuda y vive sola en una enorme granja en Japón.
BBCMundo.com
A sus 22 años se casó y se fue a vivir con sus suegros y otros 11 miembros de la familia de su esposo.
Hoy en día la mayoría ha muerto y los que quedan vivos se fueron de esa casa que ahora le parece a Akino más grande y fría que nunca.
Para el año 2050, un tercio de la población de Japón tendrá más de 65 años y con una expectativa de vida por encima de los 80.
"A mí me gusta mucho conversar y cuando regreso a casa por las noches, me siento sola y triste", comenta Akino.
Para ayudar a combatir la soledad entre los ancianos -y de acuerdo al estilo japonés- el país se ha volcado a la tecnología.
Un compañero especial
Akino tiene ahora un nuevo amigo que le habla, se ríe y hasta pide un abrazo.
Originalmente concebido como un novio sustituto, Primo Puel se ha convertido en todo un éxito entre la población longeva.
Desde que salieron al mercado hace cinco años, más de un millón de estos muñecos han sido vendidos.
Pero Primo Puel no es el único que ofrece compañía.
La idea de una pareja alternativa para los humanos ha rondado en los laboratorios de ese país desde hace mucho tiempo.
El Instituto Nacional de Ciencia Avanzada ha estado muy ocupado diseñando una foca robot especialmente para la gente como Akino.
La terapia del robot
Paro es una foca bebé, cuya concepción costó a los ingenieros 12 años y US$9,5 millones.
La idea de producir una foca se basó en las conocidas propiedades terapéuticas de los animales.
Paro fue diseñada para relajar, entretener y proveer compañía a través de la interacción física.
Cubierta con un pelaje antibacterial, su inteligencia artificial le permite reproducir comportamientos animales y, con el tiempo, desarrollar su propia personalidad.
Unos censores en su pelaje le permiten moverse y responder a las caricias.
La idea es que en el futuro pueda responder a los sonidos, la temperatura y posturas.
Aún cuando no puede hablar, el último modelo de esta foca puede reconocer hasta siete idiomas.
También hay quienes aseguran que está comprobado clínicamente que Paro sirve para reducir el estrés, la depresión y la ansiedad en los ancianos, al ofrecerles la oportunidad de demostrar afecto y recibir un poco a cambio.
Seguridad
Pero la utilización de la tecnología para cuidar a los ancianos no termina aquí.
Akino no sólo tiene a su amigo Primo Puel para que le haga compañía, también cuenta en su casa con un sistema computarizado que constantemente monitorea su salud.
Además, este sistema graba todos sus movimientos en la casa, a fin de construir un patrón de su rutina diaria.
En caso de que Akino haga algo inusual, alguien la llamaría inmediatamente para averiguar qué está pasando.
Como su nuevo muñeco y este sistema de monitoreo, Akino se siente menos vulnerable. "Más segura".
¿Y usted qué opina? ¿Está de acuerdo con esta iniciativa? ¿Cree que es una buena opción para combatir la soledad de las personas mayores? o ¿cree que por el contrario, es una manera poco humana de resolver este problema?
Nota de BBCMundo.com:
http://news.bbc.co.uk/go/pr/fr/-/hi/spanish/science/newsid_4442000/4442287.stm
Publicada: 2005/04/13
Publicado por Licenciatura en Gerontología el día: Abril 14, 2005 04:01 PM