El resultado de una investigación que tendrá consecuencias significativas para los enfermos del corazón indica que un procedimiento médico común para el tratamiento de las arterias coronarias obstruidas podría tener a la larga un mayor riesgo de muerte que la cirugía a corazón abierto, según los especialistas.
Por John Hechinger
The Wall Street Journal
Mayo 26, 2005
El estudio a gran escala, basado en hallazgos similares en investigaciones de menor envergadura, cuestiona uno de los cambios más significativos en el tratamiento de enfermedades severas del corazón en los últimos años: el cambio de la cirugía de bypass por la angioplastia, que supone insertar un globo en una arteria a través de una pequeña incisión y luego expandirla con un stent o tubo de malla de alambre.
La angioplastia, cuyo tiempo de recuperación es mucho más corto y que tiene menores riesgos de complicaciones, se practica más de un millón de veces al año en Estados Unidos, tres veces más que la cirugía de bypass.
Esta última investigación, publicada recientemente por el New England Journal of Medicine, demuestra que las angioplastias no son tan efectivas como el bypass para los pacientes más graves.
Tras un análisis en dos bases de datos del estado de Nueva York, de casi 60.000 pacientes con enfermedades graves del corazón, los investigadores concluyeron que los pacientes con tres arterias obstruidas operados con stents eran 1,56 veces más propensos a morir antes de tres años que los que se sometieron a una cirugía de bypass.
Los pacientes con dos arterias obstruidas y operados con stents eran 1,33 veces más propensos a morir que los que se sometieron a un bypass. Además, más de un tercio de los pacientes operados con stents necesitaron cirugía o angioplastias adicionales en un período de tres años. Sólo un 5% de los pacientes operados con bypass necesitaron alguno de estos tratamientos en el mismo período.
Los fabricantes de stents advierten que la investigación no incluye a la nueva generación de stents recubiertos de un fármaco que puede mejorar los resultados.
Muchos cardiólogos dijeron que los resultados de esta investigación seguramente disminuirán la frecuencia del uso de stents como tratamiento habitual para pacientes con enfermedades del corazón más severas, es decir, los que tienen dos o tres arterias obstruidas. Esto podría elevar los costos médicos ya que las operaciones del corazón son significativamente más caras que la angioplastia. Los hospitales generalmente cobran entre US$23.000 y US$30.000 para una cirugía de bypass, comparado con US$12.000 a US$15.000 para la angioplastia.
Según datos de la Organización Mundial de Salud en 2002, las enfermedades cardiovasculares matan anualmente a 16,7 millones de personas en el mundo, un tercio del total de muertes. Las enfermedades cardíacas y derrames cerebrales representan entre el 35% y el 55% de todas las muertes en la región de Latinoamérica y el Caribe, con cerca de 800.000 casos anualmente, indica la OMC.
Un editorial en la publicación médica calificó las consecuencias del estudio de "profundas" y sugirió que las estrategias para tratar las enfermedades cardíacas "no son tan claras como se creía originalmente", aunque no recomienda un cambio radical en el tratamiento.
El informe podría tener un impacto en el creciente mercado de stents, liderado por Boston Scientific Corp., Guidant Corp. y Johnson & Johnson, y que genera anualmente US$5.000 millones.
Portavoces de las fabricantes de stents Boston Scientific y la división Cordis de Johnson & Johnson, dijeron que la más nueva generación de stents recubiertos con fármacos ayudan a impedir que las arterias vuelvan a obstruirse después de la cirugía, algo que los cardiólogos están considerando al optar entre una angioplastia y un bypass.
En años recientes, la angioplastia ha sido aceptada como una alternativa menos arriesgada e igualmente efectiva a la cirugía de bypass. No todos los pacientes pueden optar entre un procedimiento u otro.
Pacientes que tienen una obstrucción generalmente no son considerados candidatos para la cirugía y a los casos más graves, de múltiples obstrucciones, casi siempre se les recomienda la sala de operaciones. Pero muchos pacientes están en el medio.
Algunos estudios anteriores han mostrado que la angioplastia con stents es comparable a la cirugía por el volumen de muertes que evita a largo plazo. También es más cómoda para el paciente. El procedimiento puede demorar 15 minutos por arteria y requiere no más de una noche en el hospital.
En los bypass los cirujanos tienen que abrir el pecho del paciente, sacar una arteria de otra parte de su cuerpo y construir un puente para restablecer el flujo de sangre. Los pacientes normalmente necesitan permanecer en el hospital cinco o seis días y su recuperación puede llevar más de un mes.
Las cirugías a corazón abierto también conllevan algunos riesgos, otra razón por la que médicos y pacientes frecuentemente tratan de evitarlas. El promedio de muertes en el hospital productos de bypass es del 2,4%, frente a menos del 1% para angioplastias, según la American Heart Association (Asociación Estadounidense de Cardiología).