Gerontologia - Universidad Maimónides

Julio 05, 2005

Sancionan a 21 geriátricos de la Capital por fallas de seguridad

CONTROLES DE LA SECRETARIA DE SEGURIDAD PORTEÑA DURANTE MAYO Y JUNIO

Entre otras cosas, detectaron exceso de alojados, estufas mal colocadas y problemas con la habilitación. Les aplicaron multas de hasta 20.000 pesos y nos les permiten sumar pacientes.

Daniel Gutman.
dgutman@clarin.com
Martes | 05.07.2005

El Gobierno de la Ciudad sancionó en los últimos dos meses a 21 geriátricos, como resultado de la creación de una división especialmente dedicada al control de esos establecimientos. "Lo que estamos encontrando es preocupante. Las fallas en las condiciones de seguridad y funcionamiento en los geriátricos no son la excepción sino la regla", dijo a Clarín el Secretario de Seguridad, Diego Gorgal.
El funcionario dijo que hasta hace dos meses no había en Buenos Aires un trabajo sistemático de supervisión sobre los geriátricos y habló concretamente de que "fallaban los controles".
Los establecimientos sancionados son todos privados, ya que los dos geriátricos públicos de Capital los controla la Secretaría de Salud porteña. Según el listado de la Comuna, algunos de los geriátricos con problemas quedan en Bacacay al 2500, Perón al 4000, Jaramillo al 3500, Terrada al 1000, Castro Barros al 1700, Goyena al 900, Muñiz al 1000 y Juncal al 2600.
Gorgal llegó al Gobierno porteño después de la tragedia de Cromañón (arrancó como segundo de Juan José Alvarez y luego lo sucedió). Inmediatamente hizo cambios en un área de controles lleno de anormalidades, cuya salida a la luz por el incendio de la disco de Once puso en riesgo la continuidad de Aníbal Ibarra.
La de geriátricos, además, es una actividad especialmente sensible en cuanto a su seguridad, por las dificultades de evacuación de los ancianos frente a un incendio u otro accidente. En la Ciudad están habilitados 1.037 establecimientos, pero existen unos cuantos más que funcionan ilegalmente. Entre todos, albergan a unos 22.000 abuelos.
El debate, en realidad, viene de antes de Cromañón. El 24 de enero de 2001, cuatro mujeres murieron ahogadas en el sótano de un establecimiento de Belgrano R, durante una inundación por una tormenta. Y el último episodio con impacto mediático fue en febrero de este año, cuando un incendio dejó tres muertos y 29 heridos en un geriátrico de Quilmes, donde había una sola enfermera para cuidar a 32 ancianos.
A los 21 geriátricos sancionados entre mayo y junio se les aplicó lo que se llama "clausura administrativa". Si bien pueden seguir funcionando con los residentes que ya tienen, se les coloca una faja de clausura en la administración y no pueden recibir nuevos, hasta tanto resuelvan las fallas detectadas. También está prevista la posibilidad de clausuras totales —con cierre y desalojo ante situaciones de riesgo inminente para las personas— pero últimamente no se han aplicado.
Además fueron labradas —según se informó— 835 multas por diversos incumplimientos, cuyo monto es fijado en cada caso por la Unidad de Control de Faltas, sobre una escala que va de los 200 a los 20.000 pesos. En total fueron visitados por la Dirección de Fiscalización y Control 403 establecimientos.
Entre las irregularidades encontradas figuran: falta de habilitación, exceso de capacidad de alojados, falta de inscripción del establecimiento como generador de residuos patogénicos, falta de tratamientos ignífugos en pisos o revestimientos de madera, falta de libro de registro de alojados, falta de protección en ventanas y escaleras, por presencia de conexiones antirreglamentarias en las estufas, entre otras infracciones.
Todos estos son requisitos exigidos por el Código de Habilitaciones en el capítulo 9.1, que habla específicamente de los geriátricos. Algunas de las demás condiciones que se piden son: escaleras recubiertas por material antideslizante; paredes de pasillos y escaleras con pasamanos en ambos lados; duchas, inodoros, bidets, bañeras y lavabos con agarraderas adosadas a la pared.
"Junto con los hoteles familiares, en los que viven muchos chicos, los geriátricos son los establecimientos que más me preocupan. Hemos detectado demasiadas irregularidades. Muchos funcionan en lo que antes eran viviendas particulares, que no tienen los espacios ni los medios de salida adecuados para ser geriátricos", dijo Gorgal.
"Armamos una rutina para inspeccionar todos los geriátricos en un año. Ya pasamos el 35% y el plan es terminar en marzo del año que viene", agregó.
Desde la Unión Argentina de Prestadores Gerontológicos, el presidente Alejandro Barros, mostró su desacuerdo: "Hay un exceso de celo de parte del Gobierno. Ahora dicen que están en malas condiciones geriátricos que llevan años funcionando sin problemas. Históricamente, ante alguna irregularidad, lo que se hacía era intimar al establecimiento para que la solucionase y se le daba un plazo de 30, 60 o 90 días. Ahora se clausura la administración y se genera una situación muy angustiante para los propios residentes".

Lo que hay que verificar

¿Qué debe mirar una persona que vaya a llevar a un anciano a un geriátrico para quedarse tranquilo en cuanto a sus condiciones de seguridad y funcionamiento? Lo primero es verificar la existencia de una chapa en el exterior, de 30 por 40 centímetros, con el nombre del director, que es lo que tienen los establecimientos habilitados. Adentro se puede pedir el libro de habilitaciones.
Al tratarse de un establecimiento habilitado, se supone que está sujeto a los controles estatales.
Alejandro Barros, presidente de la Unión de Geriátricos, recomienda además "recorrer el lugar para ver si no hay olor a amoníaco, propio de la orina, si la cocina está limpia y si los pacientes están bien higienizados. Yo sugeriría conversar con los abuelos internados, para ver si están conformes".
Las denuncias contra geriátricos pueden hacerse por teléfono, al 0800-999-2727, por e-mail a scomunal@sscc.com.ar, o en los CGP de cada zona.

Noticias
Guillermo Allerand
gallerand@clarin.com

Que se esté sancionando a los geriátricos que no cumplen con los requerimientos mínimos indispensables para cuidar de nuestros viejitos es una buena noticia. Pero que muestra una realidad terrible: las propias autoridades admiten que, en este tema, "las fallas son la regla", como si la preocupación manifestada no se pudiera concretar en respuestas y hechos contundentes. Siguen funcionando lugares que no cumplen con el Código de Habilitaciones, y la ley que debe regular esas cuestiones hace un año y medio que dilata su reglamentación por la Legislatura. No es necesario que ocurra otra desgracia para profundizar la acción. El tiempo juega en contra.

Publicado por Licenciatura en Gerontología el día: Julio 5, 2005 01:05 PM