Perdió un tercio de sus haberes debido a que no recibió incrementos desde 2001
* El poder adquisitivo se redujo, en promedio, un 11 por ciento
* La diferencia se produce porque los ingresos crecen muy por debajo de la evolución de la inflación
La Nación
Lunes 27 de junio de 2005
Un 37% de los jubilados y pensionados del sistema nacional perciben hoy un haber mensual que les permite comprar alrededor de un tercio -y en algunos casos, hasta casi un 40% menos- de lo que podían adquirir con sus ingresos en 2001. Son los que ganan más de $ 350, que volvieron a quedar al margen del último aumento anunciado por el Gobierno, que rige desde el mes próximo.
Según datos de la Anses, el haber promedio del sistema jubilatorio subirá a $ 489,2 a partir de julio. Eso significa un incremento nominal del 45,5% respecto del promedio de $ 336,1 de enero de 2002, pero en términos reales (es decir, en relación con la cantidad de bienes y servicios a los que se puede acceder, dada la inflación del período) se registra una caída del 11 por ciento.
El costo de vida acumuló un incremento del 63% entre diciembre de 2001 y mayo pasado. Pero la evolución de los haberes tuvo una amplia dispersión. Los jubilados y pensionados más desfavorecidos son los que, por tener haberes de $ 1000 o más, no tuvieron aún ningún ajuste luego de la devaluación.
Son actualmente 180.945 beneficiarios -de los cuales 30.462 superan los $ 2000 de ingresos-, que en muchos casos debieron sufrir, al calcularse inicialmente sus haberes, recortes por aplicación de topes. Es decir que ni siquiera cobran de acuerdo con el dinero que aportaron en su vida activa. Para estos pasivos, el poder adquisitivo acumula una caída del 38,7 por ciento.
Un segundo grupo es el de los 963.557 pasivos que, según la estructura de ingresos que rige desde el mes próximo, cobran entre $ 351 y $ 1000. Los haberes de estas personas tuvieron una recomposición nominal del 10 por ciento. En estos casos, la pérdida del poder de compra llega al 32,5 por ciento.
En el otro extremo, para quienes en 2001 percibían el mínimo de $ 150 -no eran muchos porque existía un subsidio a la pobreza que completaba el ingreso hasta alrededor de $ 200-, la suba desde entonces llega, en términos nominales, al 133% para los ingresos vigentes desde el mes próximo. Esto significa, para ese grupo, una ganancia en términos de poder de compra cercana al 43 por ciento. Para los que antes de la devaluación ganaban $ 200 la mejora acumulada, del 75% nominal, se refleja en un alza de la capacidad de compra del 7 por ciento.
Encima de la línea
El haber mínimo supera ahora el valor de la línea de pobreza estimado para un hombre mayor de 60 años -de $ 204,80 en el área metropolitana-, pero no alcanza a la cifra necesaria para un matrimonio de personas mayores, que es de $ 364,60.
Para el grupo de los que ganaban entre $ 200 y $ 350 cuatro años atrás, los porcentajes de incremento son variables: muchos de estos pasivos no fueron alcanzados por las primeras subas del haber mínimo pero sí por las siguientes, en tanto que algunos lograron el incremento del 10% que se otorgó en septiembre del año pasado.
El efecto de dar aumentos que benefician sólo a los que menos ganan, además del desincentivo para adherir a un sistema que no paga en proporción con lo que se aporta, provocó en los últimos años un achatamiento de la pirámide de ingresos.
Mientras que en 2001 cobraba la jubilación mínima alrededor de un cuarto de los pasivos, hoy está en esa base casi el 63%: son 1.948.971 beneficiarios sobre un total de 3.093.473. Según un reciente trabajo del economista Claudio Lozano, del Instituto de Estudios y Formación de la CTA (IDEF), ese estado de cosas transformó al régimen público previsional "en una administración de pensiones y jubilaciones para pobres".
Ese estudio consigna, además, que un 37,1% de las personas mayores que viven en la Argentina no tienen ningún tipo de cobertura. Y, basándose en datos del Presupuesto, concluye que, si bien este año se gastará en beneficios previsionales -incluyendo los nuevos aumentos- un 54,4% más que en 2001, en términos reales (es decir, corregido por inflación), la erogación es un 7,7% inferior a la de aquel entonces. Con respecto a los que más ganan, la única variación en los haberes fue la restitución, desde enero de 2003, del 13% que se les había recortado en agosto de 2001.
Pero no se trató de un aumento genuino sino sólo del reconocimiento -por vía judicial- de que no había correspondido el recorte; de hecho, se abonaron también las sumas retroactivas.
Esa rebaja implicó que entre mediados y fines de 2001 los jubilados y pensionados con ingresos superiores a los $ 500 vieran caer su poder adquisitivo hasta un 12,2% en ese período. Es un tercio de lo que perdieron a partir de 2002 por efecto de la inflación.Teniendo en cuenta que parte de los jubilados cobraba a fines de 2001 con una reducción del 13% de lo que le correspondía, aun haciendo la comparación con ese ingreso recortado de entonces y el haber actual, el poder real de compra de los pasivos es mucho menor en la actualidad.
Por Silvia Stang
De la Redacción de LA NACION
http://www.lanacion.com.ar/716332