Médicos norteamericanos cuestionan la efectividad de cirugías, como el bypass y las angioplastias, en pacientes con enfermedades crónicas con la intención de alargarles la vida
Infobae.com
13/7/2005
Crece el número de expertos que cuestionan la efectividad de las cirugías de corazón. De acuerdo con una nota publicada Business Week, no existen pruebas de que estos procedimientos, de verdad, prolonguen la vida de los pacientes.
Los sondeos médicos muestran que, excepto en un número reducido de pacientes con enfermedades graves, las operaciones de bypass no prolongan la vida ni previenen futuros ataques cardíacos.
“La gente cree que estos procedimientos terminan con el problema, como si un plomero limpiara una tubería o cambiara sus piezas”, explica el doctor L. David Hillis, profesor de cardiología en la Universidad de Texas Southwest Medical School. “Pero en realidad el problema fundamental no se soluciona”.
Sin embargo, no todos los especialistas opinan de la misma manera. El doctor Timothy J. Gardner sostiene que el motivo por el cual miles y miles de cirugías se llevan a cabo es, simplemente, porque dan resultado.
En los Estados Unidos se realizan más de 400.000 bypass y un millón de angioplatías por año, lo cual genera una facturación de 100 mil millones de dólares. El cuestionamiento sobre estas operaciones supone implicancias tanto médicas como económicas.
En muchos hospitales, la unidad coronaria se convirtió en una gran generadora de ingresos. Pero esto no significa que sus procedimientos sean los más acertados siempre. La evidencia demuestra que los tratamientos más agresivos no necesariamente son los más eficaces.
“Los pacientes tienen mayor riegos de morir con los sistemas de altos costos”, sostiene el doctor Elliot S. Fisher, profesor de medicina del la escuela de medicina de Dartmouth. El motivo es que constantes visitas al médico y pruebas adicionales suelen llevar a procedimientos y hospitalizaciones innecesarias y de alto riesgo. “Mi datos apuntan a que un 30 por ciento de lo gastado en el cuidado de la salud no trae beneficio y podría ser perjudicial”, sostiene Fisher.
El estudio del panorama internacional sostiene esta idea. Los Estados Unidos gastan dos veces y medio más, por persona, en el cuidado de la salud que otros países. Sin embargo, esto no implica que logre mejores resultados. Esto se demostró tras comparar cifras de mortalidad de ataques cardíacos y sobrevivientes a transplantes de riñón.
El éxito de las operaciones preventivas
La visión clásica de la medicina sostiene que la lenta acumulación de plaquetas va tapando las arterias. Esto provoca un flujo menor de sangre, lo cual causa la angina de pecho. Cuando las arterias se obstruyen por completo se produce el ataque cardíaco.
Nueva evidencia demuestra que no necesariamente esta lenta obstrucción produce los ataques sino inestables plaquetas que se desprenden y causan coágulos de sangre. Éstos son los causantes de taponar los canales. Es por eso que muchos episodios son inesperados. No existe evidencia de que la realización de una operación previa pueda ayudar a los enfermos crónicos.
Una buena forma de prevenir los ataques es reducir el colesterol, con medicamentos, dietas y un estilo de vida sano, sostienen los expertos.
Sin embargo, estas opciones son poco atractivas para los pacientes que quieren soluciones rápidas. La creencia popular es que cuanto más agresivo es el tratamiento, mejores serán los resultados. Esto no es cierto.
Quienes critican estas operaciones se basan en números. Hay entre 1 y 2 por ciento de probabilidades de morir en la operación de bypass y un alto grado de probabilidades de complicaciones. La idea de que tras la operación uno recupera el estado físico de forma inmediata es una leyenda. El post operatorio es largo y complicado, sostienen los especialistas.
Los cirujanos aceptan que todavía existen muchos interrogantes. Es por esto que ya se han comenzado numerosos estudios al respecto. Varios e ellos, para determinar si un paciente es un candidato óptimo para someterse a estos procedimientos.
Algunos científicos sostienen que la mejor solución es dejar que el paciente decida. Pero esto se debe hacer sobre la base de información y entendimiento.