Gerontologia - Universidad Maimónides

Julio 18, 2005

"No es ridículo ser viejo y amar"

china_zorrilla_1807.jpgENTREVISTA CON CHINA ZORRILLA

La actriz protagoniza "Elsa y Fred", el primer filme de Marcos Carnevale. Allí, le tocó vivir una intensa historia de amor.

Sandra Commisso.
scommisso@clarin.com
Lunes | 18.07.2005

China muestra un jeroglífico de letras y números que presenta como su agenda. A las 10.30, entrevista con Clarín; a las 12.30, fotos con una revista; a las 13.30, almuerzo (con un viejo conocido); a las 16, acto en homenaje al actor Luis Politti; más tarde, ensayo de la obra de teatro Camino a la Meca, (por el reemplazo de una de las actrices). Y si queda tiempo, China quiere ir al teatro a ver algún estreno reciente. No se trata de un día excepcional. A los 83 años, la actriz mantiene una rutina de energía y lucidez envidiables. Ahora espera, ansiosa, el estreno, el 28 de julio, de la película Elsa y Fred (una coproducción española dirigida por Marcos Carnevale), donde es protagonista casi absoluta de una historia de amor.
El personaje de Elsa parece hecho a su medida...
Es que es una historia tan bien escrita por Marcos Carnevale... Si no fuera así, Elsa sería una vieja insorportable, descabellada. Pero tiene gracia y mucha ternura. Y tiene bastantes cosas mías, por ejemplo, el tipo de humor. Yo creo que al humor hay que dejarlo caer, nunca poner cara de "ahí va el chiste". Y además, es una mujer con claroscuros, no es siempre buena o mala. Y de verdad lo que le pasa es que se está enamorando de ese viejito que interpreta tan bien el español Manuel Alexandre. Está tan bien el guión, que hasta la incoherencia de que Federico Luppi sea mi ex marido en la película (eso sí, 10 años menor) y que Roberto Carnaghi y Gonzalo Urtizberea, sean mis hijos, resulta maravillosamente creíble. Y audaz.
¿Cómo fue la filmación en Madrid y en Roma?
Muy divertido. Me acompañaron dos sobrinas y fue una aventura que fue saliendo bien por la enorme fe que ponían todos. Y en Roma, lo mismo. Llegamos el día que se murió el Papa Juan Pablo II, así que imaginate, el mundo entero estaba ahí, y nosotros teníamos que filmar una escena en la Fontana di Trevi, como la de Anita Ekberg y Marcello Mastroianni en La dolce vita, pero la fuente estaba tan sucia, llena de gente. Pero a la noche, cuando bajamos a hacer la escena, la habían limpiado e iluminado, una belleza. Te cuento algo, ¿sabés quién estaba cubriendo el Festival de Cannes en 1960, cuando se estrenó La dolce vita? Yo, para un diario de Uruguay. Me acuerdo que la estrella era Gary Cooper (por ahí tengo una foto con él), hasta que llegó Federico Fellini y sus actores. Yo me había comprado una camarita de seis pesos, y filmaba todo el tiempo. En una de esas estaba detrás de Fellini con mi camarita y él se da vuelta, y me hace un gesto como diciendo: Cortála con la camarita, che. Y 50 años después me llega este guión en el que me tengo que meter ¡en la Fontana di Trevi!. Es casi surrealista.
Todo en la vida de esta mujer es un poco surrealista. De origen aristocrático, Concepción Zorrilla de San Martín, hija de un escultor, vivió en París (donde el padre de Jean Paul Belmondo visitaba el taller de su padre) y en Nueva York, donde se hizo amiga de Dustin Hoffman; estudió actuación en Londres, y ruso, con la hija de un conde y una gitana que llegó de Rusia a Montevideo; fue enfermera voluntaria y actriz de la Comedia Nacional de Uruguay; toca a Bach en el piano y personifica a la madre de Tito Roldán (Miguel Angel Rodríguez) en la tira costumbrista Los Roldán; tiene una perra yorkshire, Flor; se define como la persona menos hipocondríaca del mundo, a pesar de su edad; y vive en Buenos Aires, desde 1971, curiosamente, en la calle Uruguay (¿para no olvidar su tierra natal?), en un departamento lleno de cuadros originales y una cómoda repleta de premios. Y tres de sus películas (Elsa y Fred, Conversaciones con mamá y Esperando la carroza) circulan por los cines de España.
La película plantea una historia de amor entre dos personas que ya pasaron los 70 años, ¿cómo es el amor a esa edad?
Yo he visto gente vieja enamorada, absolutamente, y no me acuerdo que fueran ridículos. No es común, claro, uno no piensa en un viejo enamorado, pero no es ridículo ser viejo y amar.
Sin embargo, en el mundo de hoy, pareciera que a los viejos hay que esconderlos...
El mundo hace todo para que la gente parezca más joven. Creo que es una moda, porque todo, la literatura, la música, es para los chicos, y a lo mejor son viejos antes de tiempo por todo lo que pasa alrededor. Yo tengo una definición para la vejez. Envejecer es nada más que cambiar de gustos.
Enseguida China muestra una foto. "Mirá qué parejita divina, eran papá y mamá, en París. Recuerdo que con mis hermanas salíamos a bailar y yo veía que ellos se quedaban y pensaba: pobres, se quedan acá, en casa. Y ahora, veo a mis sobrinas que salen a bailar mientras yo me quedo en casa con mi perra, arriba de la mesa, escribiendo una carta, viendo un buen programa de televisión, o lo que sea, y pienso: pobres, salen hasta las cuatro de la mañana. Y yo me quedo en casa, qué placer. Y no es que no pueda bailar, es que ahora disfruto tanto esto como antes disfrutaba ir a bailar con el tipo que me gustaba. Creo que hoy en día las edades se han cambiado. Recuerdo un chiste en el que padre le dice al hijo: "Bueno, nene, es hora de que hablemos de sexo. Y el chico le contesta: OK, papá. ¿Qué querés saber?".
¿Hay más permiso a esta edad para hacer ciertas cosas?
Sí, a algunos viejos les disculpás ciertas cosas. Depende a quién. A Elsa, mi personaje, le disculpás que fabule, que sea chorra.
En el momento en que la mayoría de la gente se retira, usted trabaja más que nunca
Sí, aunque no soy mucho de buscar cosas. Pero, los últimos años han sido muy curiosos. Estuve siete años en el teatro con Eva y Victoria; ya van casi tres, con Camino a la Meca; en cine hice Besos en la frente, Conversaciones con mamá y ahora Elsa y Fred. Y en televisión, Los Roldán. Y ahora me ofrecieron hacer un capítulo de Mujeres asesinas. Y todo esto me pasa después de los 80. La verdad es que es original.
Qué lujo esa situación. Hay actrices de 50 años para las que no hay más personajes acordes a su edad
El otro día, alguien me decía: "Tengo un papel para vos. ¿Sabés de qué vas a hacer? De joven. Hay una obra que se llama Sólo 80, que hicieron varias actrices en versiones fantásticas, que me gusta, pero tiene un final desagradable, triste. Y no sé... porque la protagonista vive una historia de amor a los 80, pero ¡se suicida! O el sexo y el amor es tan espantoso como para suidarse después, o es tan lindo que no querés vivir nada más. No se entiende bien el mensaje.
China no para de contar anécdotas en todo momento. Y tiene una verdadera capacidad de encantar relatando recuerdos de sus viajes, de las personas a las que conoció. De ese mundo raro que habitan sólo ella y sus fantasías. A veces, se distrae o quiere ilustar lo que está contando con una foto. Y se pone a buscarla. O le pregunta a Laura, su asistente, por algo que quedó pendiente en esa agenda imposible que revisa a cada rato. Se nota que su cabeza está en varias cosas a la vez. Y así es como, antes de cambiarse para las fotos, recuerda algo y vuelve sobre sus pasos. Hasta que finalmente saca a relucir toda la coquetería y elegancia que le viene desde el origen y posa para las fotos. Sabe ser muy buena anfitriona, y sigue siendo una dama discreta. Alguna vez dijo que sólo lamentaba no haber tenido hijos. Y aunque nunca se casó, tuvo algunos amores. "Quise mucho, mucho, pero bueno, no se dio. Las cosas de la vida".
Antes de la despedida, deja caer: "¿Viste cómo me cuesta hablar?" Y se ríe con ganas. "Me hice gracia".

Carnevale: los sueños, el amor y Fellini

Con Elsa y Fred, el director Marcos Carnevale cumplió su sueño de rendirle un homenaje a Federico Fellini. "Yo era fanático de él. Y de adolescente le escribí varias cartas que nunca mandé. Hasta que fui a Roma a estudiar y fui a buscarlo. Pero no lo pude encontrar. Entonces sí le escribí contándole mi desilusión. Y él me contestó. Después nos escribimos varias veces. yo siento que me quedó una deuda con él que, de alguna manera, resolví en la película", dice.
La filmación se realizó entre febrero y abril de este año en Madrid y Roma. Y para Carnevale fue como poner en palabras e imágenes una filosofía de vida: la de cumplir los propios sueños y vivir intensamente. "Tengo 40 años y me preocupaba ver a gente de mi edad que siente que ya es tarde para tener proyectos. Yo creo que para eso no hay edad. Y además, con los personajes de Elsa y Fred quise rescatar la idea del amor a cualquier edad, de una manera pura y sin caer en los estereotipos de la vejez. El personaje de China es un disparate total, pero también es muy interesante el cambio que hace el personaje interpretado por Manuel Alexandre, mostrando que aún a esa edad se puede seguir aprendiendo. Creo que la película refleja una historia optimista y profunda".
Por su parte, Roberto Carnaghi, que interpreta a Gabriel, el hijo mayor de Elsa, dice que la película le hizo replantear, de manera positiva, sus relaciones. "Uno ve en estos viejos un poco a sus padres, a sus abuelos. Y es una emoción. Además, creo que de todos los trabajos que hizo China, éste es el mejor; tiene algo que la hace entrañable. Yo trabajé mi papel de hijo pensando un poco cómo hubiera sido una situación similar con mi madre. Es una historia emotiva".

Un caballero español

Desde Madrid, Manuel Alexandre atiende el teléfono con la amabilidad de un dandy y la simpatía a flor de piel. El actor, que lleva filmadas en España 300 películas en 60 años de carrera, cuenta la experiencia de ser el enamorado de China Zorrilla en la ficción.
"No la conocía y no dejé de asombrarme. Te puedo decir que es una de las tres grandes actrices con las que trabajé. Y el director trató de manera muy inteligente el romance entre dos personas de una edad, digamos, tan excesiva. Todo fue cordial; te diría que hice la película en estado de gracia. Lo mejor ha sido que un tema tan difícil resulte tan creíble. Y eso es la mayor satisfacción. Yo no soy fácil con lo que hago, soy muy crítico. Creo que se ha logrado una ternura y una emoción auténticas, algo que en este mundo nos hace mucha falta", dice. Feliz con la experiencia, dice que volvería a trabajar con argentinos, pero "como no me subo a un avión, tendrían que venir aquí. Así, encantado".

Publicado por Licenciatura en Gerontología el día: Julio 18, 2005 07:28 AM