Investigación de por medio, un grupo de científicos de la Universidad de Harvard descubrió que la proteína RBP4, segregada por las células de la grasa, interfiere en la acción de la insulina.
Urgente24.info
21.7.2005
Las células de la grasa segregan una proteína que boicotea la acción de la insulina y puede llevar a altibajos peligrosos en el nivel de azúcar en la sangre y a la diabetes. Esto acaba de ser descubierto, investigación mediante, por científicos de la Escuela de Medicina de Harvard (USA) que publica esta mañana la revista científica Nature. Los fármacos capaces de bloquear esta proteína pueden mejorar el tratamiento de la diabetes.
La proteína RBP4 se presenta como un eslabón perdido, que los científicos venían buscando desde hace años, entre la obesidad y la forma más común de diabetes -la llamada diabetes tipo 2.
Si bien se sabía que la obesidad es, para muchas personas, la antesala de la diabetes, todos los intentos de descubrir una sustancia segregada por el tejido graso que afectara a la insulina habían fracasado.
Ahora, los científicos de Harvard dirigidos por Barbara Kahn demostraron que, cuanto más altos son los niveles de RBP4 en la sangre, menos eficiente es la acción de la insulina. Y viceversa: cuando se reducen los niveles de RBP4, el funcionamiento de la insulina mejora -y por lo tanto también mejora el control del nivel de azúcar en la sangre-.
Lois investigadores creen que los resultados se pueden extrapolar a las personas (el experimeinto se hizo en ratones) ya que los mecanismos que controlan el nivel de azúcar en la sangre son prácticamente iguales en ambas especies.
Los resultados de la investigación indican que un fármaco que bloquee la proteína RBP4 podría restaurar la acción de la insulina y mejorar la salud de los pacientes diabéticos.
Mientras la diabetes tipo 1 suele tratarse con inyecciones de insulina, el tratamiento de la diabetes tipo 2 empieza con cambios en la dieta. La nueva investigación explica por qué es eficaz esta estrategia: la dieta consigue reducir la cantidad de tejido graso en el cuerpo, lo que hace que disminuya la secreción de la proteína RBP4 y se restaure la acción de la insulina.