Surge de un seguimiento realizado a 3.612 pacientes que fueron atendidos en ese tipo de unidades en 45 hospitales y clínicas. Dicen que el porcentaje es similar al registrado en países del Primer Mundo.
Carlos Galván
Clarín
16-08-2005
Qué indicador local resistiría una comparación con la de cualquier país del Primer Mundo? Hay demasiados —nivel educativo, tasa de mortalidad infantil, ingresos per cápita, condiciones de vivienda, redes de agua potable— en los que Argentina pierde por paliza. Pero hay otros en los que sorprendentemente parece dar pelea de igual a igual. Es lo que sucede, por ejemplo, con la recuperación de pacientes internados en terapia intensiva. De acuerdo con una reciente investigación, aquí logra sobrevivir el 82 por ciento de los enfermos que fueron cuidados en esas unidades. Se trata de un valor similar al de Estados Unidos y España.
El dato corresponde a una estadística elaborada por la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI). Durante el último semestre del año pasado, esa institución hizo un seguimiento de 3.612 pacientes que fueron atendidos en ese período en las unidades de terapia intensiva (UTI) de 45 clínicas y hospitales de todo el país.
El seguimiento se hizo a través del programa SATI-Q, una base de datos creada con el fin de relevar la situación y calidad de atención de las UTI de Argentina.
"A través del programa se miden diferentes parámetros, como tipo de patología con la que fue internado el paciente, gravedad de esa patología, días de internación, supervivencia, sexo, edad, comorbilidades (otras enfermedades asociadas como hipertensión, diabetes o problemas cardíacos) y calidad de atención", explicó a Clarín el médico Antonio Gallesio, uno de los responsables del programa.
La participación en la investigación fue voluntaria. Es decir, la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva se limitó a distribuir su software de seguimiento en todas las UTI que quisieran intervenir. Esto puede haber contribuido a que la muestra no sea del todo representativa, según reconoció a Clarín el médico Fernando Pálizas.
"Es muy probable que entre los médicos que intervinieron estén algunos de los más selectos de la Argentina. Por el solo hecho de haber participado se nota la avidez e iniciativa de estos profesionales, que además seguramente están muy conectados con el mundo académico", agregó Pálizas.
El estudio también reveló los siguientes datos:
· Cada paciente registró una estadía promedio de 5,17 días en las unidades de terapia intensiva hasta que recibió el alta (el alta en estos casos es el pase a una sala de cuidados generales).
· El 27,85 por ciento de los pacientes tratados en terapia intensiva fueron casos de posoperatorio. Fueron personas que ingresaron a una guardia y precisaron una cirugía de emergencia y pacientes que ya tenían programada su operación.
· El 11,75 por ciento de los pacientes atendidos correspondieron a enfermedades neurológicas (infarto del cerebro, accidente vascular cerebral).
· El 11,56 por ciento sufría patologías respiratorias (neumonía, bronquitis crónica, asma).
· El 8,06 por ciento padecían infecciones.
· El 4,35 por ciento fue internado a causa de gravísimos politraumatismos.
El 36,43 por ciento restante fue atendido en unidades de terapia intensiva con una infinidad de diagnósticos: infarto de miocardio, arritmias cardíacas, angina de pecho, quemados, intoxicaciones, cuadros combinados de diferentes patologías, hemorragias internas, insuficiencias renales, insuficiencias hepáticas, entre otros.
El dato más sobresaliente, sin embargo, es que el 82 por ciento de todos los pacientes tratados había logrado sobrevivir. Se trata de un promedio, ya que los índices de sobrevida varían muchísimo de hospital a hospital. La mortalidad en un instituto de quemados, por ejemplo, siempre es más elevada que en uno que sólo se dedica a cirugías menores como la de amígdalas.
Las UTI se caracterizan no tanto por el tratamiento que recibe el paciente sino por el cuidado que se le ofrece.
"Eso lo percibe el propio enfermo, porque aun en los lugares en los que hay déficit de atención los pacientes se sienten más contenidos en las unidades de terapia intensiva que en otros tipos de salas. Si le pasa algo, viene enseguida la enfermera porque el déficit de enfermeras es menor que en el resto de las unidades", dijo el médico Jorge Neira.
La SATI también hizo un relevamiento sobre quiénes tenían más contacto físico con los pacientes. Se detectó que los médicos tocan al enfermo apenas un 10 por ciento de las veces y que los kinesiólogos lo hacen un 20 por ciento. Las enfermeras y enfermeros ganan por knockout: los tocan un 70 por ciento de las veces.
http://www.clarin.com/diario/2005/08/16/sociedad/s-03201.htm