La piel de los fumadores pierde elasticidad.
Un grupo de científicos cree haber descubierto por qué los fumadores parecen más viejos que los que no fuman.
BBc Mundo
Viernes, 23 de marzo de 2001
Según un estudio, sólo con mirar la cara de una persona se puede saber si es fumador o no.
Los dermatólogos que publicaron su descubrimiento en la revista "The Lance" aseguran que fumar activa el gen responsable de la enzima que rompe el colágeno de la piel.
El colágeno es la principal proteina de la piel y la mantiene elástica.
Cuando comienza a desintegrarse, la piel se afloja y se producen las primeras arrugas.
Piel arrugada
Los científicos estudiaron la evolución de la piel de 14 fumadores y 14 no fumadores y encontraron importantes diferencias: los fumadores retienen más concentraciones del gen MMP-1, que rompe el colágeno.
Amanda Sandfor advierte del riesgo cosmético del fumar.
Según el profesor Young, "los fumadores tienen más arrugas y su piel tiende a ser más grisácea y pálida".
Young también advirtió de los peligros de la radiación solar ultra-violeta, que también puede tiener un efecto negativo en la piel de la cara.
Según la profesora Amanda Sandford, del grupo Action on Smoking and Health (ASH), esta noticia debería servir como señal de alerta, particularmente a los jóvenes.
"Para los fumadores la apariencia de madurez comienza en los primeros 30, cuando las primeras arrugas alrededor de la boca y de los ojo comienzan a aparecer", dice Sandford.