El número de afectados por esta enfermedad en España se duplicará en los próximos 20 años hasta alcanzar 1,2 millones de pacientes
Jano On-line
21/09/2005
Unas 1.200.000 personas desarrollarán enfermedad de Alzheimer en España de aquí al año 2025, lo que supone que en 20 años la cifra de enfermos actuales -600.000 diagnosticados y 800.000 estimados- se duplicará debido al progresivo envejecimiento de la población, según datos ofrecidos por la Confederación Española de Familiares de Enfermos de Alzheimer y otras Demencias (CEAFA) durante la presentación del Día Mundial del Alzheimer, que se celebra hoy 21 de septiembre.
"Estas cifras son realistas debido al factor edad de la enfermedad y al progresivo envejecimiento de la población" señaló el Dr. Isidoro Ruipérez, presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG). "Por ello, hay que ir adaptándose no solo a lo que viene, sino a lo que hay, pues los recursos actuales son insuficientes y la Administración se aprovecha de la generosidad de las familias españolas que corren con el 95% de asistencia sociosanitaria y cuidados de estos pacientes", añadió.
La enfermedad de Alzheimer se caracteriza por el deterioro progresivo de las facultades físicas y mentales y conduce a una situación total de dependencia de los pacientes. Al comienzo de la enfermedad, se produce pérdida de memoria y desorientación seguido de la pérdida de la fluidez del lenguaje y aparición de problemas como la ansiedad, la agresividad o la depresión. Finalmente, en la fase avanzada, el paciente no puede valerse por sí mismo ni es capaz de reconocerse y presenta además, incontinencia urinaria y fecal quedando recluido en cama.
"El total del gasto medio en la primera fase asumido por la familia alcanza los 29.000 euros al año, en la fase intermedia supera los 36.000 euros anuales y en la avanzada más de 29.700 euros", comentó Emilio Marmaneu, presidente de CEAFA. "Además, las familias no solo tienen que soportar el peso económico sino el desgaste psicológico que supone tener que cuidar de una persona con Alzheimer las 24 horas del día", subrayó.
La prevalencia de esta enfermedad aumenta rápidamente con la edad, multiplicándose por dos cada 5 años después de los 60. Afecta al 30-50% de las personas mayores de 85 años y se calcula que la prevalencia en la población de las residencias geriátricas es del 60-80%.
En la actualidad no se conocen los mecanismos de esta demencia por lo que los tratamientos disponibles van encaminados a frenar la progresión de la enfermedad y mejorar la calidad de vida y no a la erradicación de la misma. Según los expertos, el diagnóstico precoz y la implantación de tratamientos para retrasar la evolución supondrían un ahorro económico de unos 601 millones de euros anuales.
A juicio del Dr. Ruipérez, a pesar de que los objetivos de la geriatría coinciden con los cuidados que necesitan estos enfermos, la especialidad no puede ofrecerlos debido a su escasez y la desigualdad de recursos que existe entre comunidades autónomas. "En dos años los recursos en geriatría han crecido la mitad que el incremento de la población anciana en nuestro país. Pedimos que esta especialidad esté contemplada en la cartera de servicios de atención básica que el Ministerio va a elaborar", puntualizó.
Por otro lado, el Grupo de Enfermedades de la Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología (SEN) abogó por "suplementar" los tratamientos farmacológicos de la enfermedad de Alzheimer con técnicas modernas de rehabilitación cognitiva.
El Grupo destacó en un comunicado el hecho de que la eficacia de los fármacos anticolinesterásicos en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer leve y los datos preliminares de beneficio en las fases de déficit cognitivo leve, pueden verse potenciadas por la aplicación conjunta de técnicas de rehabilitación cognitiva, según recogen ensayos publicados recientemente.
Según el Dr. Marcelo Berthier, coordinador del Grupo, los resultados de estos ensayos son una evidencia importante de que la estimulación cognitiva -realizada por ejemplo en un periodo de 12 horas en 8 semanas- asociada a los actuales fármacos, puede ralentizar aún más el deterioro cognitivo de la memoria, comunicación y atenuar el impacto negativo de los síntomas emocionales que tienen lugar en las etapas iniciales de la enfermedad de Alzheimer.
Este tipo de terapias cognitivas se dirigen a la memoria, comunicación, lenguaje y atención; pueden mejorar la función intelectual del paciente, su estado emocional y por ende su calidad de vida. Además motivan y reafirman la confianza y autoestima de los enfermos de Alzheimer, y luchan en contra del aislamiento, la soledad y la depresión.
Publicado por Licenciatura en Gerontología el día: Septiembre 21, 2005 04:43 PM