LOS MEDICOS RECOMIENDAN
Por Susana Gallardo-(Eudeba)-214 páginas-($ 26)
La comunicación pública de la ciencia es un área de investigación incipiente en la Argentina: son escasos los investigadores que se dedican a analizar las condiciones de producción, circulación y apropiación de la información sobre temas de ciencia en medios masivos y otros ámbitos para todo público, como los museos.
La Nación Suplemento Cultura
Domingo 25 de Septiembre de 2005
Sí existe un movimiento más fuerte en el ámbito de la producción: desde mediados de los años 80, se multiplicaron los museos interactivos, los centros de divulgación en institutos de investigación y universidades, y las secciones sobre ciencia, tecnología y salud en diarios, revistas, radio y televisión. También hubo un tímido incremento de la oferta educativa especializada, tanto en cursos de grado como de posgrado.
No se trata de un fenómeno exclusivo de la Argentina, sino que se ha dado en casi toda América latina, en sincronía con un nuevo impulso que recibió el área en Europa y los Estados Unidos, en parte como reacción al creciente escepticismo frente al desarrollo científico-tecnológico de los ciudadanos de esos países.
La magnitud del fenómeno en nuestro país explica el interés que puede despertar Los médicos recomiendan. Un estudio de las notas periodísticas sobre salud, de Susana Gallardo. Periodista científica formada en el Programa de Divulgación Científica de la Fundación Instituto Leloir -ex Campomar-, la autora publica regularmente en la sección Ciencia/Salud de LA NACION, y es jefe de redacción de la revista de divulgación Exactamente.
Gallardo seleccionó 58 notas sobre temas de salud publicadas en Clarín y LA NACION entre 1998 y 1999 para determinar sus características lingüísticas. Halló que el 81 por ciento de ellos incluyen recomendaciones, es decir, que no sólo informan sino que "manifiestan la intención de dirigir la conducta del lector a fin de prevenir la enfermedad".
El centro de su trabajo es la descripción de los recursos lingüísticos utilizados en esas notas para suavizar el impacto de ese "propósito didáctico-instructivo" en los lectores. Entre ellos, fundamentaciones y explicaciones, no mención del agente -lo que hace que "el mandato" sea presentado como "impuesto por una entidad externa"-, o limitación en el uso de las formas verbales del imperativo.
La descripción de Gallardo es sistemática y detallada: su investigación parece encontrar un subgénero dentro de las notas periodísticas sobre temas de salud, que es caracterizado desde el punto de vista lingüístico.
Alguna sorpresa, sin embargo, se encuentra en la articulación entre la lingüística y la comunicación pública de la ciencia, área en la que Gallardo enmarca su trabajo, en particular porque no aparecen en la bibliografía trabajos y autores canónicos. De hecho, a pesar de que el libro se basa en la tesis de doctorado de la autora, no contiene una sola referencia de las más reconocidas revistas del área, como Public Understanding of Science o Science Communication. Esta carencia podría reflejar un problema más general, como es la desactualización de las bibliotecas y hemerotecas de las universidades públicas, sobre todo en algunas áreas de las humanidades y ciencias sociales.
Ana María Vara
http://www.lanacion.com.ar/edicionimpresa/suplementos/cultura/nota.asp?nota_id=741402