El doctor Valentín Fuster es categórico: "Nos hemos olvidado de los niños, y con ellos hay que trabajar para prevenir las enfermedades cardiovasculares".
La Nación Ciencia/Salud
Viernes 7 de octubre de 2005
En diálogo con LA NACION, el prestigioso cardiólogo, presidente de la Federación Cardiológica Mundial y director del Instituto Cardiovascular de la Escuela de Medicina del Hospital Mount Sinai, en Nueva York, explicó que la infancia es una etapa donde todos los datos se asimilan con gran rapidez. "Este es el reto para la próxima década -enfatiza-. Los tratamientos terapéuticos avanzan muy rápido, pero no existen programas eficientes de prevención primaria."
Para este cardiólogo de origen catalán, la conducta de los niños puede modificarse, y lo que se aprende en esos años se recuerda para toda la vida. "En cambio, con los adultos no sucede lo mismo. Modificar los hábitos de la gente mayor es casi imposible", insiste.
Para cumplir con esta premisa, la Federación se asoció con la serie televisiva infantil Plaza Sésamo, con el fin de inculcar en los niños hábitos saludables para toda la vida. Para comenzar a moldear las conductas, el programa, que comenzará a aplicarse en Colombia, involucrará a niños de 5 a 10 años, y las personas que enseñarán estos contenidos no superarán los 20, ya que según Fuster ésta es la franja de edad que más influye sobre los pequeños. "Está comprobado que la juventud escucha cada vez menos a los mayores", bromea.
-Los médicos recomiendan actividad física... ¿Cuál es su rutina?
-Yo he recorrido todos los puertos de montaña del sur de Francia e Italia. Pero lo más importante no es que he logrado subir el Mortirolo, uno de los más exigentes de Italia, sino que aún tengo otros desafíos deportivos por delante: subir otro monte aún más difícil, y para conseguirlo me entreno todos los días.
Soledad Vallejos
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