Gerontologia - Universidad Maimónides

Octubre 17, 2005

Día Mundial contra el Dolor

La Asociación Argentina para el Estudio del Dolor (AAED) se une este 17 de octubre a la celebración del Segundo Día Mundial Contra el Dolor, y promueve la mejor comunicación entre médicos y pacientes para que, habiendo eficaces tratamientos disponibles, nadie sufra en forma innecesaria.

Urgente24.info

Se conmemora hoy el Día Mundial del Dolor, un llamado a la sociedad, los gobiernos y los médicos a paliar el sufrimiento que causan enfermedades y condiciones para las que existen probadas herramientas terapéuticas. Las personas tienen el derecho a recibir terapias que alivien su padecimiento. La comunicación con el médico es fundamental para no prolongar dolores que pueden y deben ser calmados.

El presidente de la entidad, Dr. Horacio Daniel Solís, especialista en Anestesiología y Dolor, señaló que “el objetivo es que la población tome conciencia de que el dolor puede y debe ser tratado”. De hecho, “toda persona con un dolor raro y persistente (que dure más de 3 días) debería consultar a su médico”, afirmó.

La AAED, que es la entidad más antigua de Latinoamérica en su tipo, constituye el capítulo de la IASP (International Association for the Study of Pain), y promueve que el tratamiento del dolor sea elevado al rango de derecho fundamental del hombre. “En general, no está bien tratado. Por un lado, los médicos ven muy por encima el tema en el pregrado y tienen ciertos mitos y falta de información. Por el otro, las personas no dicen lo que les pasa. Un ejemplo son los ancianos: en todo el mundo, según estudios de la IASP, tienden a ser ‘el mejor paciente posible’, no quieren “molestar” al médico, y “aguantan” no soportan como nadie”, comentó el Dr. Solís. “Pero esto es un error. Cada vez hay más armas para combatir al dolor, y llegan a más gente. Inclusive en términos de farmacoeconomía, el alivio conduce a menos tiempo de estadía en el hospital, y a un menor ausentismo laboral. Si el paciente no sufre, es mejor para todos”.

Otro de los grandes temas es el dolor en los chicos. “Hasta hace un tiempo se creía que los niños no lo sentían, sólo porque no lo expresan de la forma en que lo hacen los adultos. Y no sólo eso: por temor a medicarlos, hay muchísimos chicos subtratados que están sufriendo”, reflexionó el anestesiólogo.

En la Argentina hay apenas 300 especialistas en dolor. Por eso, la pro-puesta es que todos los médicos aprendan más sobre el tema (para lo cual la AAED organiza cursos y charlas en todo el país), y que los centros específicos sean multidisciplinarios, ya que se requiere una mirada integradora.

* El dolor como enfermedad

La IASP define al dolor como “una vivencia sensorial y afectiva desagradable asociada a lesión del tejido, real o potencial, que se describe en términos de dicha lesión”, y “necesaria para la conservación de la vida”. Así, el dolor tiene como función alertar sobre anomalías orgánicas, pero no siempre hay proporción entre la magnitud de la lesión y la intensidad de la percepción.

Incluso, en ciertos casos, el dolor en sí mismo se vuelve una enfermedad. Un ejemplo de ello es el dolor neuropático, una entidad muy compleja en la que los nervios se lesionan y registran mal las sensaciones, provocan-do un intenso sufrimiento sin estímulos reales que lo desencadenen.

“Está muy subtratado, y es preciso que los clínicos sepan diagnosticarlo: aparece tras quimioterapia, lesiones medulares y herpéticas, en diabetes, luego de la amputación de una extremidad, e incluso en chicos con determinadas enfermedades metabólicas”. El dolor neuropático se percibe como quemazón, torsión, arrancamiento o prurito doloroso difícil de soportar, con sensaciones de descargas eléctricas e hipersensibilidad a estímulos tales como el roce de una sábana o una caricia.

“Con medicamentos antidepresivos y antiepilépticos mejora muchísimo. Sin embargo, muchas veces no se lo detecta, y menos aún se lo trata en la forma debida”, afirmó el Dr. Solís.

“El diagnóstico comienza por saber interpretar el lenguaje del dolor. Luego, durante el tratamiento, el médico tiene que brindar las mejores herramientas terapéuticas de que disponga y explicarle al paciente los mitos y verdades sobre lo que está recibiendo, riesgos y beneficios. Calmar el dolor es un derecho: hay que ejercerlo”, concluyó.

Publicado por Licenciatura en Gerontología el día: Octubre 17, 2005 06:44 PM