ULCERA, PROBLEMAS EN LA PIEL Y DIFICULTADES EN EL HABLA
Ellas no se acostumbran a tenerlos todo el día en casa dando órdenes.
THE WASHINGTON POST. ESPECIAL PARA CLARIN
Martes | 18.10.2005
La japonesa Sakura Terakawa, de 63 años, describe sus 40 años de vida de casada en un pequeño departamento urbano como una transición gradual de esposa a madre y sirvienta. La comunicación con su marido pasó de las cartas de amor y las palabras románticas bajo los árboles de los parques a exigencias sobre qué debía preparar para la cena y críticas por la forma de hacer las tareas de la casa.
Es por ello que cuando su marido le anunció hace tres años, con una enorme sonrisa, que iba a jubilarse, Sakura se desesperó. "Se terminó. Voy a tener que divorciarme", recuerda haber pensado aquel día. "Tener que esperar su llegada a casa todos los días ya era lo suficientemente malo. Pero que esté ahora todo el día en casa es más de lo que puedo aguantar", confiesa. Por temor a no tener cómo mantenerse, Sakura decidió finalmente seguir adelante con su matrimonio, para convertirse en una japonesa más afectada por un trastorno que los especialistas llaman SMJ (o síndrome del marido jubilado).
Fiel a la tradición de la mujer de edad que vive dedicada al bienestar de su esposo, Sakura comenzó a esmerarse por atender a su marido. La jubilación hizo desaparecer toda la vida social que la oficina de su marido generaba, dejándolo virtualmente sin amigos y a ella con el peso de tener que llenar todo su tiempo vacío. A semanas de la jubilación, el esposo de Sakura apenas si salía de la casa, miraba televisión y leía el diario y no hacía más que dar órdenes a su mujer. Y también le prohibió además salir con sus amigas.
Al cabo de unos meses, Sakura había contraído úlcera, comenzó a tener dificultades para hablar y hasta le apareció una rara erupción cutánea alrededor de los ojos. Cuando los médicos le descubrieron pólipos en su garganta, pero no pudieron encontrar ninguna causa médica razonable para su repentina serie de malestares, la derivaron a un psiquiatra, que le diagnosticó SMJ causado por stress.
Sakura comenzó a tratarse entonces con Nobuo Kurokawa, un médico que es hoy uno de los principales especialistas de Japón en SMJ. Kurokawa introdujo el término durante una presentación ante la Sociedad Japonesa de Medicina Psicosomática, en 1991. Kurokawa dijo haber dado a Sakura el mismo consejo que dio a muchas otras mujeres de su edad en idéntica situación: "pase la mayor cantidad de tiempo posible lejos de su marido".
En Japón, la jubilación se ha convertido en una riesgosa etapa de la vida para muchas esposas. A pesar de que este stress post jubilación es un problema común en los países industrializados, los analistas aseguran que Japón se volvió un caso especial por muchas razones, incluido el hecho de que un quinto de los japoneses tiene hoy más de 65 años, el porcentaje más elevado del mundo.
Si bien los papeles de hombres y mujeres sufrieron modificaciones entre la generación más joven, los japoneses de la tercera edad siguen mostrándose rígidos. El marido de Sakura le exigía una férrea obediencia, a pesar de que él pasó toda su vida totalmente al margen de su esposa e hijos. Se iba a la oficina muy temprano y después que terminaba su trabajo, salía. Y pasaba la mayor parte de sus vacaciones con colegas y clientes. Estas ausencias hicieron que su presencia en casa luego de jubilado resultara aún más irritante.
Parte de este problema tiene su raíz en que la tradición de padres jubilados que viven junto a sus hijos mayores está desapareciendo. Y como las parejas mayores se ven entonces obligadas a vivir solas, la cantidad de divorcios entre aquellos que están casados desde hace más de 20 años se duplicó en sólo 15 años.
TRADUCCION: Silvia S. Simonetti
Publicado por Licenciatura en Gerontología el día: Octubre 18, 2005 06:55 PM