Bill Clinton cumplirá 60 años el año que viene, igual que George W. Bush y su esposa Laura. Donald Trump también se volverá sexagenario en 2006 y otro tanto sucederá con Steven Spielberg, Silvester Stallone, Oliver Stone y Diane Keaton.
Todos ellos integran lo que se ha dado en llamar la generación de los baby boomers, los hijos del inesperado salto en la curva de natalidad en los Estados Unidos que comenzó en un año clave: 1946.
Mario Diament
Crónicas norteamericanas
La Nación
Sábado 12 de noviembre de 2005
El año anterior se habían registrado 2,8 millones de nacimientos, pero en 1946 la cifra trepó a 3,4 millones. Las mujeres tenían hijos a un ritmo de 338.000 por mes. Durante los siguientes 19 años, 78 millones de norteamericanos se incorporaron al mundo. ¿Qué sucedió?
No existe consenso en cuanto a las causas. Los estudios sugieren una compleja mezcla de factores. Pero algunas evidencias indican que esta repentina fertilidad no fue, como muchos creen, resultado del ardor que traían los soldados norteamericanos después de años de guerra, sino parte de una campaña del gobierno para exaltar la maternidad.
Sucede que durante la Segunda Guerra Mundial, millones de mujeres se incorporaron a la fuerza laboral para reemplazar a los hombres que habían marchado al frente. Para lograrlo, el gobierno de Franklin D. Roosevelt creó una formidable campaña de propaganda destinada a convencer a las mujeres de que debían abandonar su condición de amas de casa e irse a trabajar a las fábricas.
Para el momento en que la guerra terminó, estas mujeres habían descubierto algo sorprendente acerca de sí mismas: que podían ganarse la vida. La mayoría se resistía a renunciar a su nueva situación.
La perspectiva preocupó a las autoridades y a los empresarios, confrontados al hecho de que millones de hombres regresaban de la guerra y esperaban recuperar sus trabajos. La solución fue emplear la misma campaña, esta vez para mandar a las mujeres de nuevo a su casa.
Valiéndose de la poderosa influencia de la radio, el cine y la televisión, el gobierno buscó convencer a las mujeres de que la verdadera felicidad consistía en ser madres y esposas. Evidentemente, la campaña dio resultado y los embarazos estuvieron a la orden del día. Pero la generación que nació de esta artificiosa realidad habría de cambiar al mundo para siempre.
De los hippies a los derechos civiles; de Vietnam a Watergate; de la revolución sexual al caso Lewinsky, los boomers transformaron los valores, la cultura, la educación, la política y el estilo de vida de la segunda mitad del siglo XX. Ahora, cuando se dispone a entrar en su sexta década, esta misma generación está modificando el significado de volverse viejo.
Contra todas las suposiciones, los boomers no se resignan a aceptar el otoño de sus vidas. Un reciente estudio preparado por el Consejo Presidencial de Bioética pinta un cuadro inquietante de las perspectivas de la sociedad en los próximos veinte años.
"Nos encontramos en los umbrales de la primera sociedad masivamente geriátrica de la historia", dice el informe. "En los próximos años, la estructura de edad de las sociedad industriales no se parecerá a nada de lo conocido anteriormente en la historia, ya que tanto la edad promedio de la población como el número de personas de edad habrán crecido dramáticamente.
Los pronósticos pueden parecer sombríos, pero los boomers no parecen querer enterarse. A los 60, muchos se comportan como sus padres a los 40. El ahorro está en uno de los niveles más bajos de la historia y la mayoría piensa seguir trabajando más allá de los 65 años. Frente a los augurios de enfermedad y decaimiento físico y psicológico, los boomers se han convencido de que para el momento en que lleguen a los 80 años , la ciencia y la tecnología habrán eliminado los achaques.
Por Mario Diament
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Publicado por Licenciatura en Gerontología el día: Noviembre 12, 2005 07:26 AM