Se calcula que dentro de veinte años una de cada cinco personas mayores de 40 años desarrollará insuficiencia cardíaca, una enfermedad que deteriora la calidad de vida de quien la sufre
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Francisco Acedo Torregrosa
Actualizada: 18/11/2005
La insuficiencia cardiaca es una enfermedad que constituye un grave problema de salud, pues provoca más de 80.000 ingresos hospitalarios en España anualmente, constituyendo la primera causa de hospitalización entre los mayores de 65 años. Además, se calcula que dentro de veinte años esta cifra aumentará de forma considerable, pues una de cada cinco personas mayores de 40 años desarrollará insuficiencia cardiaca en el futuro.
Ante estos hechos, la Sociedad Española de Medicina Interna ha incluido una reunión de su Grupo de Trabajo de Insuficiencia Cardiaca en el XXVI Congreso Nacional, que se celebró en Lanzarote con más de 1.400 especialistas.
“La mayoría de estos pacientes precisan ser atendidos en Unidades de Medicina Interna, atendiendo a las circunstancias de su edad avanzada (media de 79 años, con un ligero predominio de las mujeres) y alta comorbilidad (un 40% de los pacientes tiene diabetes), un 38% sufre enfermedad respiratoria, un 30% anemia y deterioro cognitivo, un 12% insuficiencia renal). Por ello, la mayoría de los pacientes con insuficiencia cardiaca se benefician de la visión integradora del médico internista”, argumenta el Dr. Pedro Conthe, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Gregorio Marañón (Madrid).
Con esta opinión coincide el Dr. Manuel Montero, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Reina Sofía (Córdoba) y Coordinador del Grupo de Insuficiencia Cardiaca de la SEMI: “Los pacientes con insuficiencia cardiaca consultan a los médicos cuando sufren una descompensación de su patología o al padecer problemas derivados de las enfermedades asociadas, como diabetes, hipertensión arterial, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, insuficiencia renal...”.
La labor del internista
¿Cuál debe ser, entonces, la labor del especialista en Medicina Interna en la atención a estos pacientes? Según comenta el Dr. Conthe, la actuación del internista no se debe ceñir a prescribir fármacos, “sino también a la valoración y tratamiento de la comorbilidad, implantación de estilos de vida y normas higiénico-dietéticas (dieta pobre en sodio, vida activa con ejercicio físico moderado, control de peso corporal...), así como educación e información al paciente y cuidadores, valoración funcional del paciente y optimización de la adherencia al tratamiento”.
Eso sí, los internistas consideran fundamental la colaboración con otros facultativos para la adecuada atención a los pacientes con insuficiencia cardiaca. El Dr. Conthe afirma que estos enfermos se beneficiarían aún más si la visión integradora de los internistas es compartida por los médicos de Atención Primaria. Además, “la SEMI apuesta por centrar los cuidados hospitalarios en Medicina Interna con la colaboración multidisciplinaria de todos los profesionales de la salud implicados (cardiólogos, médicos de Atención Primaria, trabajadores sociales y enfermería especializada en este área)”.
Solamente con estas unidades multidisciplinarias coordinadas por Medicina Interna junto con Atención Primaria, concluye el Dr. Conthe, pueden mejorarse los cuidados continuados que precisan estos pacientes en su entorno, previniendo reingresos hospitalarios por esta enfermedad y por la comorbilidad frecuentemente acompañante.
Diabetes y obesidad
La necesidad de una óptima atención a los pacientes con insuficiencia cardiaca cobra aún más fuerza ante el incremento de los casos de esta patología, que suelen tener un origen isquémica y/o hipertensivo en tres de cada cuatro casos. La hipertensión arterial está detrás de más del 80& de los casos de insuficiencia cardiaca, pero la progresión creciente del binomio diabetes-obesidad (lo que los expertos comienzan a denominar diabesidad) es también un factor clave para la aparición de esta patología; de hecho, se calcula que ser diabético multiplica hasta por siete el riesgo de sufrir insuficiencia cardiaca.
Una vez que esta enfermedad se diagnostica, es necesario aplicar un tratamiento idóneo. El Dr. Montero pone de relieve los importantes cambios terapéuticos producidos en los últimos años, “sobre todo relacionados con el concepto fisiopatológico de la activación del sistema renina angiotensina, planteándose como clave del tratamiento el bloqueo de este sistema”. Y las pautas terapéuticas deben ser cumplidas estrictamente por los afectados, pues la irregularidad en la cumplimentación terapéutica, en opinión del Dr. Montero, es uno de los factores principales de desestabilización e ingreso hospitalario de los pacientes con insuficiencia cardiaca.
El Dr. Conthe corrobora lo expuesto por el Dr. Montero: “El pronóstico de la insuficiencia cardiaca es malo si no se toman las medidas adecuadas. Estamos hablando de una enfermedad muy grave, con una elevada tasa de mortalidad en las fases finales (también ha sido llamada el ‘cáncer de las enfermedades cardiovasculares’). La probabilidad de fallecer a causa de esta patología es de un 5-10% al año en los pacientes con clínica moderada, pero se incrementa al 30-40% anual en las fases más evolucionadas”.
Publicado por Licenciatura en Gerontología el día: Noviembre 18, 2005 11:46 AM