Debido a los avances en el ámbito de la medicina, la edad media de las poblaciones ha aumentado en los últimos años lo que ha llevado a un aumento en la incidencia de las enfermedades características de la tercera edad, como por ejemplo, la demencia y la enfermedad de Alzheimer. Algunos estudioshan puesto de manifiesto que las personas realizan menos ejercicio físico del recomendado para una vida saludable.
· R . Alonso - 09/11/2005
websalud.com
Los programas de salud han detectado la necesidad de implantar programas de salud para posponer el desarrollo de aquellas enfermedades cuyo inicio y evolución natural puede ser modificable. El análisis de trabajos epidemiológicos y experimentales sugiere que la actividad física puede mejorar la salud cerebral y tener una influencia positiva en la prevención de las enfermedades degenerativas, como la demencia.
Los estudios publicados hasta la actualidad, tienen limitaciones metodológicas importantes, por ello, para demostrar la veracidad de estos resultados, un grupo de trabajo europeo ha realizado un estudio durante un largo período de seguimiento a 1.449 personas con edades comprendidas entre los 65 años y los 79 años. El análisis preliminar de los resultados del estudio pone de manifiesto que la actividad física realizada durante la edad adulta, disminuye el riesgo de demencia y enfermedad de Alzheimer durante la tercera edad.
Los participantes que realizaban ejercicio dos días a la semana tuvieron una disminución del 50% en el riesgo de padecer alteraciones cognitivas.
Los beneficios del ejercicio físico
Algunos trabajos han sugerido la existencia de una relación inversa entre la intensidad y el tipo del ejercicio practicado y el riesgo de demencia. Se han identificado distintos mecanismos para explicar porqué la actividad física previene las enfermedades cognitivas: El ejercicio físico mejora la salud vascular, mediante sus efectos positivos sobre la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia, la diabetes mellitus y el sobrepeso, uno de los principales factores implicados en el mecanismo de la demencia. Además, estudios recientes, han demostrado que la actividad física puede estar implicada en la trascripción de los genes que influyen en la función cerebral.
Otro efecto beneficioso de la práctica habitual de ejercicio físico es la disminución de los depósitos de amiloide en el cerebro y el aumento de la reserva funcional cerebral. Según los resultados del trabajo, parece indispensable el diseño de programas preventivos de salud, para potenciar el desarrollo de actividades físicas durante la edad media de la vida, para prevenir la aparición de enfermedades degenerativas.