Gerontologia - Universidad Maimónides

Diciembre 04, 2005

Hacer ejercicio mantiene la discapacidad por artritis a raya

Mantenerse independiente con la edad puede depender de mantenerse en forma. De acuerdo con un nuevo estudio, los individuos con artritis que evitan ejercitarse tienen un doble riesgo de ser incapaces de desarrollar las tareas de cada día como vestirse, bañarse y cocinar en sus "años dorados".
Las personas mayores que no se ejercitaban eran 90 por ciento más propensas a padecer un declive funcional en su habilidad para desarrollar estas actividades básicas en la vida cotidiana, reportan los investigadores en la edición de abril de Arthritis and Rheumatism.

Fuente: e-medicum
Publicado por Mayores en Movimiento
http://ar.groups.yahoo.com/group/mayoresenmovimiento/

"El mensaje importante que se desprende de este estudio, especialmente para las personas con artritis, es que la participación en una actividad física regular les ayudará a mantener su habilidad para vivir de forma independiente a medida que envejecen", dijo la autora principal del estudio, Dorothy Dunlop, profesora asociada de investigación en el Instituto de Investigación sobre el Cuidado de la Salud de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern en Chicago.

La osteoartritis afecta casi a 21 millones de estadounidenses, de acuerdo con la Arthritis Foundation. Asimismo, la artritis es la principal causa de discapacidad, y una de cada 10 personas con artritis reportan dificultades para realizar las actividades de cada día, de acuerdo con la información de fondo del estudio.

El estudio actual hizo un seguimiento a la actividad de casi 6,000 personas por encima de los 65 años durante dos años. Todos habían sido diagnosticados con artritis.

Los investigadores recopilaron datos de características demográficas, tales como la edad, raza, sexo, estado civil, así como información sobre el estado y dolencias crónicas de salud de cada participante.

Además, fueron cuestionados con relación a conductas que pudieran afectar la salud de los participantes, tales como fumar, hacer ejercicios, consumo de alcohol y la dieta.

Las limitaciones funcionales fueron evaluadas tomando en cuenta la habilidad para desarrollar actividades básicas de la vida diaria (ABVD), como caminar por una habitación, vestirse, bañarse, comer e ir al baño.

Entre las actividades diarias de "mayor nivel" se encuentran la elaboración de comidas calientes, ir al supermercado, hacer llamadas telefónicas, tomar los medicamentos o administrar el dinero.

En general, el 19.7 por ciento reportó dificultades para desarrollar tareas de ABVD o actividades cotidianas de mayor nivel. Casi el 13 por ciento del grupo no era capaz de desarrollar al menos una ABVD, el 5.6 por ciento no pudo desarrollar al menos dos tareas básicas, y el 2.9 por ciento tuvo problemas para completar al menos tres tareas básicas de la vida diaria.

Durante el periodo de estudio de dos años, el 14 por ciento de los participantes del estudio experimentó una reducción perceptible en sus habilidades para completar las tareas diarias.

El mayor factor de riesgo para tener una reducción funcional significativa fue la falta de ejercicio regular y enérgico. Casi dos tercios del grupo dijo que no había hecho ejercicios en una base regular. De acuerdo con Dunlop, esta falta de ejercicio regular casi duplica el riesgo de declive funcional.

Si los voluntarios del estudio se hubieran ejercitado, los investigadores estimaron que la pérdida de habilidades funcionales se habría reducido casi un tercio.

"El mensaje final es que los adultos mayores con artritis que no están involucrados en alguna actividad física deben participar en ejercicios enérgicos regulares, con lo que podrían reducir sustancialmente la progresión de discapacidad", dijo Dunlop.

"Este estudio nos ofrece un poco más de razón para continuar predicando el evangelio de ejercicios a nuestros pacientes", afirmó el Dr. Joseph Guettler, director de educación en medicina deportiva e investigación del Hospital Beaumont en Royal Oak, Mich. "Ciertamente cuantifica de manera científica que lo que ya sabíamos es importante".

Guettler señaló que la osteoartritis puede crear un ciclo vicioso en el que el dolor hace que las personas dejen de ejercitarse, lo que conduce al empeoramiento de los síntomas, lo que provoca a su vez una mayor inactividad.

Los programas de ejercicios son la piedra angular de cualquier plan de tratamiento para la artritis, agregó Guettler, porque los ejercicios ayudan a mantener la flexibilidad de las articulaciones y a mejorar la fortaleza de los músculos alrededor de las articulaciones.

"Cualquier ejercicio con movimiento fluidos, sin peso, como nadar, caminar, montar bicicleta, etc., puede ser útil", destacó.

Dunlop afirmó que si bien su estudio no analizó la cantidad específica de ejercicio que alguien debe realizar, las directrices del Cirujano General son un buen lugar para empezar. Eso significa que debe participar en una actividad física moderada de unos 30 minutos la mayoría de los días de la semana, indicó.

Para las personas con artritis a punto de iniciar un programa de ejercicios, Dunlop sugirió contactar la oficina local de la Arthritis Foundation. Esos expertos pueden recomendar programas de ejercicios locales diseñados específicamente para las personas con artritis, sostuvo.

Publicado por Licenciatura en Gerontología el día: Diciembre 4, 2005 06:09 PM