La transformación de nuestras costumbres es fundamental para combatir la enfermedad
Los hábitos derivados de la modernidad favorecen el cáncer, según una investigación médica realizada con datos sobre la enfermedad recopilados en todos los continentes. Los nueve hábitos más nocivos son: el sobrepeso y la obesidad, el bajo consumo de frutas y verduras, la vida sedentaria, el tabaco, el consumo de alcohol, la actividad sexual sin protección, la contaminación del aire de las ciudades, el humo en el interior de las casas como consecuencia del uso del carbón como combustible para calefacciones, y la utilización en hospitales y centros médicos de material inyectable contaminado. Del estudio se desprende que la guerra contra el cáncer debe enfocarse no sólo desde los avances tecnológicos y médicos, sino también desde la transformación de nuestros hábitos.
Por Marta Morales.
Tendencias21.net
Existen causas modernas que propician la aparición del cáncer, señala un estudio realizado por la Harvad School of Public Health (HSPH). Esta investigación, realizada por científicos de esta institución en colaboración con una red de colaboradores, ha demostrado que existen en total 12 tipos de cáncer relacionados con nueve factores de riesgo que se encuentran instaurados en los hábitos de los occidentales, así como en el medio ambiente que hemos contaminado. Estas causas son las responsables de más de un tercio de los siete millones de muertes por cáncer en 2001 en todo el mundo.
Un 35% de las muertes que cada año se producen en el mundo pueden atribuirse a estos nueve factores de riesgo típicos de nuestro modo de vida. Los investigadores del HSPH han utilizado los datos del proyecto Comparative Risk Asessment y las bases de datos de la Organización Mundial de la Salud para determinar el nivel de riesgo en las diversas regiones del planeta, así como la diferencia en la incidencia de la enfermedad entre hombres y mujeres. Los resultados de esta investigación han sido publicados en la revista The Lancet.
Según informa el HSPH en un comunicado, el análisis realizado incluye Asia del Este y la zona del Pacífico, el sur de Asia, Europa y Asia central, Latinoamérica, el Caribe, el medioeste y el norte de África, y el África subsahariana.
Los nueve factores de riesgo son: el sobrepeso y la obesidad, el bajo consumo de frutas y verduras, la vida sedentaria, el tabaco, el consumo de alcohol, la actividad sexual sin protección, la contaminación del aire de las ciudades, el humo en el interior de las casas como consecuencia del uso del carbón como combustible para calefacciones, y la utilización en hospitales y centros médicos de material inyectable contaminado.
Más hombres que mujeres
Estos nueve factores causan una de cada tres muertes por algún tipo de cáncer de los siete millones que se producen al año en el mundo, lo que supone que se podría reducir el número de afectados sólo con una modificación de los hábitos. Así, podrían ahorrarse casi 2,43 millones de muertes anuales atribuídas a esta enfermedad.
Los hombres salen peor parados, ya que un total de 1,6 millones de ellos mueren del cáncer producido por uno de estos factores. Las muertes por esta misma causa entre mujeres ascienden a 830.000 al año. El tabaco por sí solo produce el 21% de las muertes por cáncer al año en el mundo.
En los países más desarrollados, estos nueve factores de riesgo causaron 760.000 muertes. El alcohol, el tabaco, el sobrepeso y la obesidad fueron las principales causas. En los países en vías de desarrollo, se registraron 1.67 millones de muertes por cáncer por estos mismos nueve factores. Los que más afectaron a la población fueron el tabaco de nuevo, el consumo de alcohol y la escasa ingesta de frutas y vegetales. La transmisión sexual del virus del papiloma resultó ser el factor de mayor riesgo de cáncer cervical entre las mujeres de estos países, en particular en el África subsahariana y en el sur de Asia, donde los controles cervicales están muy limitados.
Europa y Asia: las más afectadas
Las regiones en vías de desarrollo de Asia y Europa Central son las que mayor proporción tienen de muertes de cáncer como consecuencia de uno de estos nueve factores de riesgo: el 39% de las 825.000 muertes por cáncer de estas regiones son debidas a alguno de ellos.
Este efecto es más devastador entre los hombres, ya que la mitad de las muertes por cáncer entre este sector de la población se debe a uno de estos factores. Del estudio se desprende, sin embargo, que la guerra contra el cáncer debe enfocarse no sólo desde los avances tecnológicos y médicos, sino también desde la transformación de nuestros hábitos. A través de esa modificación, podría ganarse más de una batalla, afirman los expertos.
La Organización Mundial de la Salud ya advirtió, en su Informe mundial sobre el cáncer del año 2003, que la incidencia mundial del cáncer podría aumentar en un 50% hasta llegar a los 15 millones de casos en 2020. Dicho Informe Mundial demostró que las actuaciones sobre el consumo de tabaco, las dietas y las infecciones podrían prevenir un tercio de estos nuevos casos.
El consumo de tabaco sigue siendo, según la OMS, el principal factor evitable de riesgo de cáncer, ya que en el siglo XX murieron en el mundo nada menos que 100 millones de personas afectadas por enfermedades relacionadas con el tabaco. El régimen alimentario y los modos de vida saludable también pueden ayudar, así como los programas de detección precoz que posibilitan la prevención y el éxito de la curación, particularmente en los casos de cánceres de mama y del cuello uterino.
Asimismo, otro estudio de la Universidad de Newcastle puso de manifiesto también que el consumo de zanahorias reduce los riesgos de contraer cáncer, corroborando así, entre otros muchos, la relación que existe entre determinados hábitos de consumo de la vida moderna y la aparición de ciertos tipos de cáncer.
Marta Morales
08/12/2005
Fuente
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