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Marzo 09, 2004
Graciela Ocaña: "Cuando me enojo, soy mala"

Graciela_Ocania.jpg Tiene 43 años y vive en Haedo. Está en pareja. Es Licenciada en Ciencias Políticas y diputada nacional por el ARI. Se destacó por sus investigaciones. Ahora está al frente del Pami.
Publicado Originalmente en Clarín - Suplemento Mujer - 9/3/2004

No puede parar de trabajar. Sin tiempo para su vida en pareja y sin hijos, reconoce que para ella la maternidad es un tema conflictivo.

Está más flaca, eso es evidente. El PAMI adelgaza.
El PAMI adelgaza (risas). Por lo menos adelgacé seis kilos. Es el aspecto más positivo de todo.

Por los nervios. ¿Se debe a la cantidad de horas que trabaja?
Sí, son muchas horas. Además, cuando tengo mucho trabajo, me olvido hasta de comer y sigo así todo el día. Pero es muy bueno.

¿Cómo es su rutina desde que está a cargo del PAMI?
Me levanto siempre a la misma hora, entre las 6.30 y las 7. A las 8.30 salgo para acá y estoy hasta tarde (se ríe).

¿De qué se ríe?
De que paso mis días enteros acá adentro.

¿Qué es tarde para usted?
Para dar una idea: irme temprano es irme a las 10.30 de la noche.

¿Y el resto de su vida no existe?
No, un ratito a la mañana y otro a la noche. Trato de dormir unas cuantas horas porque sino no puedo andar.

A partir de este cambio, ¿qué pasa con los que la rodean? Ya no está más disponible...
Siempre fui así.

Su pareja no protesta...
Bueno, protestar, protesta. Pero sabe que esto es muy importante para mí. Es un desafío enorme poder llevar adelante una gestión. Lo entiende, lo comprende.

¿También está en política su pareja?
No, nada que ver. Pero, eso ya entra en la esfera de nuestra vida privada.

¿Cuándo se dio cuenta de que le gustaba la política?
De muy chica. A los 11 años leía todo y jugaba a ser periodista. Hacía programas políticos y noticieros.

¿Podría haber sido periodista, entonces?
Sí, es una carrera frustrada. En algún momento me gustaría trabajar más en el periodismo de investigación. Después del PAMI, periodismo.

Está bien, porque después del PAMI para alguna gente no hubo nada. Sólo la cárcel.
Sí. Pero, en verdad, la cárcel fue para pocos. Debieron haber pasado muchos más.

¿La asusta pensar que el PAMI es una especie de picadora de carne para los políticos? Hasta ahora a nadie le fue bien.
Sucede es que ésta es una organización muy grande y hay una lógica: los interventores, los directores y los presidentes pasan y la estructura y la organización quedan.

Organización suena a mafia, ¿no? ¿Hay prácticas mafiosas en el PAMI?
En algunos sectores, sí. Durante años han vivido de los recursos del PAMI y esto es lo que hay que ir desarmando.

Este trabajo que no se ve, ¿es un trabajo hormiga, diría Carrió?
Sí, y son los trabajos que a mí me gusta hacer. Son lentos, pero en definitiva marcan cambios profundos. Me parece que la gente está aburrida de los golpes de efecto.

¿Qué se puede saber de su vida fuera de su trabajo? ¿Cuáles son sus hobbies? ¿Qué le gusta hacer los fines de semana?
La verdad es que, desde que estoy acá, los fines de semana me dedico a trabajar. Pero me gusta mucho leer, escuchar música. Hace unos meses había empezado a hacer gimnasia, una cosa impresionante para mí porque jamás había conseguido hacerlo. Iba dos o tres veces por semana a un gimnasio. Pero bueno, ahora he abandonado. Hacía aparatos y todo ese tipo de cosas.

¿Por salud o por coquetería?
Por salud. La verdad es que yo no soy muy coqueta. Como toda mujer, me gusta comprarme ropa. Mi debilidad son los zapatos y sobre todo las carteras. Pero no soy lo que se dice coqueta, no me gusta pintarme.

¿Haría gimnasia para estar más flaca, por ejemplo?
No, para nada. Pero, cuando esté un poco más tranquila y esto esté más en orden, seguramente...

Debe faltar mucho para que esto esté en orden (risas).
Estoy en eso. Ver si por ahí consigo el sábado.

¿No le gusta el aire libre?
Me encanta la naturaleza, pero no soy de hacer actividades. Me pondría a leer en el jardín (risas).

¿No tuvo ganas de tener chicos?
Sí, quizás es algo que deba terminar de resolver. Es un conflicto porque mi mamá murió al nacer mi hermano. Entonces, por ahí, yo tengo un lío bárbaro en ese sentido. En alguna época quise ser madre, pero hace años que no me lo planteo. Supongo que el reloj biológico en algún momento...

- La maternidad viene asociada al peor de los dolores, entonces...
- Sí, me da miedo. Está asociado a cosas dolorosas de mi historia.

- ¿Estos días son tan agitados como cuando investigaba el lavado de dinero?
- No, son más agitados. Acá tenés la responsabilidad sobre personas. Es distinto a trabajar sobre expedientes.

- ¿Qué le sucede con la gente de su barrio desde que está en el PAMI?
- Sigo siendo la misma vecina de siempre, lo único distinto es que me llegan cartas a mi casa como nunca antes me habían llegado. Gente que me busca en la guía, pasa y me deja una carta con algún problema, por un medicamento o un servicio.

- A veces en esas pequeñas historias está la punta del ovillo.
- Encontrás una madeja y, al investigar, podés encontrar el nudo de un problema serio.

- ¿Los jubilados o pensionados de su familia la acosan con "esto está mal" o "el médico aquel..."?
- Sí, además mi familia vive en San Justo, en La Matanza. Todos los días me informan sobre los problemas de esa pobre gente.

- ¿Está deprimida como dicen?
- No, no estoy deprimida, aunque a algunos le gustaría verme así o apuestan a que me vaya mal.

- ¿Cree que hay gente que quiere que le vaya mal dentro del ARI?
- Lamentablemente, sí. Por ahí, para que me vaya a mi casa. Yo lo veo como una cuestión personal, de mezquindad. La verdad, me pueden deprimir las mezquindades, me pueden deprimir muchas cosas pero lo único que no me deprime es la injusticia, al contrario me subleva.

- ¿Qué piensa cuando Lilita Carrió dice lo que dice de usted?
- Mirá, yo pienso que a veces el enojo te hace decir cosas que no creés. Lilita me conoce y sabe perfectamente que no tengo precio, que a mí nadie me compra. Yo creo que ella está enojada, pero los enojos no te pueden llevar al decir cualquier cosa.

- ¿Nunca más hablaron por teléfono?
- No la llamé porque sé que estuvo afuera de vacaciones. Pero siempre pregunto cómo está y en qué anda. Seguramente ella también pregunta por mí.

- ¿Entonces, cero rencor?
- Yo no tengo ningún rencor. Eso es como dos amigas que a veces discuten por puntos de vista diferentes, pero la amistad es algo superior a las rencillas. Yo le tengo un enorme cariño personal y un gran respeto político.

- Volvamos a su vida: marido no, usted dice pareja.
- Es que concubino es feo.

- Compañeros dicen algunos.
- Compañeros es muy peronista (risas).

- ¿Novio?
- No, ya no estoy para novio.

- ¿Tiene perros?
- Sí, tengo tres. Son tres caniches. Dos negros y uno blanco.

- Son perros de diva, ¿no?
- Y de peronistas, porque el general Perón tenía caniches.

- ¿Son los nenes mimados de la casa?
- A mí no me hacen caso, hacen lo que quieren.

- ¿Sólo los caniches hacen lo que quieren con usted? (Risas).
- Uno tiene esas debilidades. Mi perro Batuque Feroz es un personaje total. Yo andaba con él por todos lados.

- Como Jazmín.
- ¡Sí!

- ¿Siempre tiene este carácter amigable?
- Salvo cuando me enojo.

- ¿Cómo es cuando se enoja?
- Soy mala. Grito, pero no insulto.

- Hay gente que cuando se enoja corta el audio y no habla más.
- No, ese es el estilo Lilita. Cuando me enojo, grito. Pero se me pasa al rato, salvo que sea grave. Si es grave, no se me pasa nunca. Es para siempre.

- Y si dicen "qué yegua, qué loca", ¿no le importa?
- No. Además, de las mujeres siempre se dice que somos histéricas y locas... Yo no soy explosiva y no parezco de carácter fuerte, pero soy muy firme en mis convicciones. No me gusta pelear, no me gusta confrontar por confrontar. Busco el consenso, soy de escuchar a todos. Pero cuando estoy convencida de algo, de ahí no me mueven.

- Por más que hable suavemente.
- Eso confunde a muchos.

- ¿Qué suponen?
- Que es un signo de debilidad. Piensan: "ésta es tonta". Pero después se sorprenden.

- ¿Tiene miedo? Hay gente pesada en el PAMI...
- No tengo miedo. El miedo impide hacer cosas. Sí puedo tener miedo de desilusionar a los que tienen fe en que yo puedo cambiar esto. A los malos no les tengo miedo.

Otros reportajes a Graciela Ocaña:

"El PAMI ha sufrido un saqueo estructural" La Nación 9/3/2004

"Me amenazaron con evacuar de las clínicas a los pacientes" La Nación 10/3/2004

Enviado por Licenciatura en Gerontología el: Marzo 9, 2004 09:19 PM