Las personas de la tercera edad no necesitan una dieta esencialmente distinta a la de los adultos jóvenes, salvo que tengan alguna enfermedad que requiera una dieta específica.
Por GLORIA RODRIGUEZ MULLOY
CNN en Español
4 de mayo, 2004
Lo que sí necesita es una alimentación que se adecue a sus necesidades digestivas y nutricionales, al tipo de actividad que realiza y a su estado de salud en general.
El anciano debe recibir alimentos variados que proporcionen los nutrientes básicos. Hay que tener en cuenta que con la edad se necesitan menos calorías..
La dieta debe aportar suficiente fibra para evitar el estreñimiento.
Se deben limitar los alimentos que tengan colesterol y grasas saturadas, como por ejemplo las carnes y los huevos, así como el exceso de sodio y azúcares refinadas.
También se debe prestar especial atención al calcio, pues a medida que se envejece los huesos se vuelven frágiles y se rompen fácilmente.
Se debe mantener un peso saludable para así prevenir otros problemas o enfermedades crónicas.
La actividad fisica es importante para la salud de los ancianos, ya que una de las caracteristicas del envejecimiento es la pérdida de músculo.
La mayoría de las personas mayores, aún aquellas con enfermedades e impedimentos físicos, pueden hacer ejercicio, como caminar. Pero, recuerde consultar con su médico antes de comenzar un programa de ejercicios.
Hay que tomar suficientes liquidos. Algunos adultos mayores no toman suficiente agua por temor a orinar frecuentemente, sin darse cuenta de que esto les puede crear problemas de digestión y también los puede llevar a la deshidratación, sobre todo en las épocas de calor.
En la vejez, se recomienda hacer "cinco" comidas al día en lugar de "tres", como se acostumbraba en la juventud.
No es raro que ellos rechazen alimentos duros como la carne o pasen al estómago alimentos mal triturados. Las comidas deben ser preparadas adecuadamente y ofrecerlas en forma blanda, preferiblemente.
La pérdida de los sentidos como el del gusto y el olfato, la sequedad en la boca, pueden tambien limitar aún mas el gusto por la comida.
La depresión y la soledad son muy comúnes en las personas mayores, lo que puede afectar la nutrición.
Los cambios en la estructura familiar de los ancianos por la muerte de un cónyuge o la independencia de los hijos puede frecuentemente contribuir a la depresión y el aislamiento y afectar el deseo por los alimentos.
Es muy importante que los ancianos esten acompañados de familiares, amigos o de las personas que los cuidan a las horas de las comidas.