Frustrados ante la pasmosamente lenta adopción de las salvaguardas tecnológicas más básicas por parte del sector médico, el gobierno de Bush y el Congreso de Estados Unidos se aprestan a ejercer mayor presión sobre las autoridades y los profesionales que se desempeñan en los hospitales. No obstante, por una década o quizás más, millones de pacientes deberán seguir soportando el elevado riesgo de que se cometan errores médicos mortales porque no hay computadoras que registren las equivocaciones.
Por Randy Dotinga
Wired News
Jun. 18, 2004
Los hospitales estadounidenses no tienen ni remotamente el nivel de informatización de, por dar un ejemplo, el Departamento de Vehículos Automotores o el IRS (ente recaudador fiscal). Los médicos pueden pasarse días y días sin tocar un teclado, y las enfermeras siguen los cambios en el estado de sus pacientes mediante una serie de notas manuscritas que pasan de mano en mano.
"Se trata de un juego ridículo, de grandes proporciones, del teléfono descompuesto", señaló el médico cirujano Dr. Robert Wachter, coautor de un nuevo libro que analiza los motivos por los que los errores médicos les cuestan la vida a decenas de miles de estadounidenses cada año.
También entraña un enorme potencial para el desastre la cuestión de los medicamentos: los garabatos con que se llenan los formularios de recetas suelen confundir a los farmacéuticos, que terminan proporcionando drogas que no son las indicadas y, en algunos casos, provocando la muerte de los pacientes.
Y aquí es donde, por fin, hacen su entrada los políticos. En el nivel federal, los miembros del Congreso anunciaron a principios de este mes la creación de una comisión que impulsará la implementación de tecnologías de mejor calidad en los hospitales. El gobierno de Bush está siendo objeto de alabanzas por contratar a un experto en informática sanitaria , mientras que el ex presidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich ha creado un centro de estudios cuyo objetivo será explorar el tema del equipamiento de los hospitales.
"El gobierno finalmente comprendió en los últimos meses que a menos que intervenga...mucha gente morirá debido a la ausencia de sistemas informáticos razonables en el sistema de atención de la salud estadounidense", indicó Wachter, un profesor de medicina de la Universidad de California, sede San Francisco, y coautor de Internal Bleeding: The Truth Behind America's Terrifying Epidemic of Medical Mistakes (Hemorragia interna: La verdad tras la aterradora epidemia norteamericana de los errores médicos).
El debate nacional en torno de la tecnología y los errores médicos surgió en 1999, cuando el Instituto de Medicina dio a conocer un informe ampliamente difundido en el que se afirmaba que 98.000 estadounidenses mueren cada año a causa de errores médicos.
Si bien algunos expertos cuestionaron la veracidad de la estimación, la difusión de informes periodísticos que daban cuenta de equivocaciones médicas en los últimos cinco años contribuyó a intensificar la sensación de que los hospitales actúan con descuido. El caso quizás más famoso fue el de los cirujanos de la Universidad de Duke que en 2003 le transplantaron un corazón y un pulmón equivocados a un paciente de 17 años, que luego murió.
Desde 1999, por lo tanto, los hospitales han ido incorporando lentamente más computadoras, en particular, los denominados sistemas de Ingreso Computarizado de Prescripciones Médicas que obliga a los médicos a tipear sus recetas en lugar de escribirlas en papel. No es sorprendente que parte de los errores ocurra cuando un farmacéutico interpreta erróneamente la letra de un médico. En 1995, un hombre de Texas murió porque un farmacéutico creyó que el médico le había prescripto a su paciente la medicación para el tratamiento de la hipertensión Plendil, cuando en realidad le había recetado otra droga denominada Isordil. El paciente tomó una dosis de Plendil que equivalía a ocho veces la dosis máxima posible de ese medicamento. (Wachter les mostró la receta manuscrita a 158 médicos y sólo un tercio entendió que la droga recetada era Isordil.)
Pero en unrelevamiento efectuado en 2003 se encontró que sólo el 10 por ciento de los hospitales relevados había adoptado los sistemas de recetas informatizadas; la mayoría son hospitales militares y de veteranos de guerra. "Vivimos en un mundo no informatizado", señaló el doctor Blackford Middleton, presidente del Center for Information Technology Leadership (Centro para el Liderazgo Informático).
Los hospitales no tienen objeciones con la tecnología en sí: emplean dispositivos médicos de avanzada y recurren al software para facturarles servicios a los pacientes y programar citas. Según los especialistas, el problema reside en la informatización. "Existen buenas razones. Es cara, no es del todo funcional y es difícil lograr una buena implementación", dijo Joan Ash, una investigadora de la Universidad de las Ciencias y la Salud de Oregón que colaboró en el informe de 2003.
A algunos médicos no les gusta la idea de tener que tipear las recetas porque les puede llevar más tiempo que garabatearlas en papel, dijo. De hecho, la falta de entusiasmo por la tecnología es bastante común entre los médicos. Otrorelevamiento, también efectuado en 2003, encontró que casi la mitad de los médicos encuestados no tenía intención de computarizar sus recetas ni las historias clínicas de sus pacientes.
Pero por otro lado, a los médicos les suele gustar la tecnología una vez implementada, agregó Ash. "Tiene que ver con la motivación y las recompensas que se les brinden a las personas a las que se les está pidiendo que trabajen más".
Hay otro factor, claro: el dinero. O mejor dicho, el deseo de los hospitales de no gastarlo. "En esencia, el problema es que quien paga no es quien se beneficia con la informatización de la atención de la salud", dijo Middleton. "Se les está pidiendo a los prestadores de servicios de atención de la salud que compren tecnología informática y la implementen, cuando el que se beneficia con la reducción de costos, de errores y visitas no es el prestador".
Las computadoras, por supuesto, tienen límites. A pesar de los médicos computarizados de Viaje a las Estrellas , la tecnología no va a convertir a un médico incompetente en un profesional apto, ni proveerá la intuición de la que dependen las enfermeras a la hora de atender a los pacientes.
Lo importante, señaló Wachter, es proporcionar sistemas de respaldo que adviertan a los profesionales de los hospitales antes de que cometan errores. "No vamos a resolver esta clase de horrores aconsejando a la gente que sea más cuidadosa. Van a volver a equivocarse", dijo.
Entonces, ¿cuál es la solución? Middleton apuntó que los créditos de bajo interés podrían impulsar la inversión en tecnología, al igual que los esfuerzos concertados de Medicare y Medicaid que, recurriendo a su poder para ejercer presión, podrían convencer a los hospitales de adoptar la tecnología necesaria. También los consumidores pueden realizar un aporte exigiendo cosas como recetas electrónicas que les evitarán acudir a la farmacia con una hojita de papel, señaló.
Pero no hay que esperar que nada vaya a suceder en el futuro inmediato. El senador Edward Kennedy (Partido Demócrata, Massachusetts) y Gingrich están trabajando en la elaboración de un proyecto de ley cuyo fin es crear un sistema médico "totalmente conectado, integrado y sin papel" en Estados Unidos. ¿La fecha fijada para la puesta en marcha del sistema? Algún momento del 2015.
http://mx.wired.com/wired/cultura/0,1155,26114,00.html
Enviado por Licenciatura en Gerontología el: Junio 19, 2004 08:11 AM