EN LA ARGENTINA, LA LONGEVIDAD TIENE SELLO FEMENINO
La relación desigual crece en la franja de entre los de 85 y 89 años: el 70% son mujeres. Dicen que es por las diferencias hormonales y porque la mujer se adapta mejor y el hombre sufre más estrés.
Gabriel Giubellino.
ggiubellino@clarin.com
Martes 10 de agosto de 2004
Si lo que cuenta Kofi Annan, secretario general de la ONU, es cierto —"en Africa se dice que cuando muere un anciano desaparece una biblioteca"—, esa biblioteca tiene despoblados sus anaqueles de autores varones argentinos: por cada dos hombres mayores de 60 años, hay tres mujeres de esa edad. Y la diferencia aumenta a medida que pasan los años.
Según los datos del Censo 2001 realizado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (INDEC), si en la franja de población de entre 85 y 89 años, el 70% es mujer, en la de 90/94 años, el 73% lo es. Las mujeres son el 75% en la franja de entre 95/99 años.
La máxima brecha llega en aquéllos que lograron superar la marca de los 100 años —eran 1.855 personas cuando se hizo el censo—: 8 de cada 10 son mujeres.
¿Cuáles son las causas de esta tendencia demográfica? ¿Por qué ellas viven más? Los especialistas dicen que las causas hormonales y genéticas se suman a las psicológicas y de actitud frente a las circunstancias.
Alberto Boveris es profesor en la Cátedra Fisicoquímica de la Univbersidad de Buenos Aires e investigador del Conicet. Acaba de presidir la XII Bienal de la Sociedad Internacional para la Investigación de los Radicales Libres. Estudia el envejecimiento en animales de laboratorio y no duda al señalar tres causas:
* El sobrepeso. "Está probado que revienta a la gente", dice en tono informal, "y en el laboratorio vemos que los machos comen mucho más que las hembras." Si una ratona come 1,5 gramo de alimento diario, el ratón come 2 gramos... y muere antes. "Si ponemos a los ratones a hacer ejercicios, la expectativa de vida se empareja. Pero cuando ponemos a la hembra a hacer gimnasia, vuelve a existir esa diferencia". Es decir, hay otras causas también.
* Los cromosomas. "No sabemos si es a causa de las dos 'y' que tiene la mujer, o si es por la acción del cromosoma 'x' que tie ne el hombre. Pero los cromosomas son una de las causas de la histórica mayor expectativa de vida de la hembra, algo que sucede en todos los animales de laboratorio."
* Las hormonas. "Las femeninas son fenoles, y éstos son químicamente antioxidantes." Boveris explica que el efecto tóxico acumulativo de los radicales libres lleva al envejecimiento, pero son justamente los antioxidantes los que controlan y neutralizan ese trabajo tóxico en las células.
Pero hay especialistas que no descuidan el efecto negativo del estrés entre las causas de la mayor sobrevida femenina y la menor longevidad masculina. Juan Hitzig, médico especialista en Psicobiología del Envejecimiento, autor del libro "Cincuenta y tantos", dice: "La muerte prematura del hombre es un efecto ambiental; las causas que engendran la biología del estrés, la que abre la puerta a las enfermedades y acelera el envejecimiento, eran más frecuentes en el hombre que en la mujer."
Lo que Hitzig llama "la lucha de la vida cotidiana" desencadena el estrés, que es "una cascada de acontecimientos químicos que transforma a un ser cualquiera en el Increíble Hulk. En situaciones de estrés, se acelera el corazón, se estrechan los vasos sanguíneos, se espesa la sangre, se estimula la respiración, se fortalecen los músculos, aumenta la presión... La idea de la creación es buena... para enfrentar a un oso. Pero cuando la amenaza es crónica, el hombre finaliza desplomándose antes de tiempo."
El médico psicogerontólogo Leopoldo Salvarezza hace un diagnóstico similar. Pero Salvarezza agrega un elemento importante. Dice: "Hay una situación cultural que hace que el hombre se mezcle menos; lo gregario está más acentuado en las mujeres que en los hombres... En todas las conferencias, cursos y seminarios que hay para los viejos, está lleno de mujeres. Y también ocurre que la mujer, que era más dependiente en aspectos materiales, no lo era tanto en aspectos afectivos."
Lía Susana Daichman, médica especialista en gerontología y geriatría, coincide "desde lo empírico" —aclara— con que "las mujeres tuvieron mejor vida y se 'gastaron' menos; podemos creer que su vida fue más aliviada que los varones y tal vez sea cierto lo que se dice que es el verdadero sexo fuerte".
Pero introduce un nuevo elemento: "La mujer tiene mayor plasticidad psicológica. Muestra mayor capacidad de adaptación a los cambios frente al hombre, por lo general más estructurado. Y cuanto más preparada para lo nuevo, más posibilidad de sobrevivir."
Daichman es presidenta de la Red Internacional de Prevención del Abuso y Maltrato en la Vejez (INPEA). Desde ese lugar, se hace la pregunta: la mujer vive más, pero ¿mejor? Esa mujer de más de 60 años, plantea, o tuvo un trabajo peor remunerado que el del hombre, o trabajó en su casa sin retribución económica a cambio. Entonces hoy vive de una jubilación mínima, o una pensión heredada. "Está en estado de semipobreza, cuyo estado de salud puede ser precario. Sin la ayuda de sus familiares, no podría vivir", completa Daichman.
Pero en los últimos tiempos, el "viejo" y la "vieja" han ganado respeto. Abrieron las puertas de sus casas para recibir a sus hijos golpeados por la crisis. Cuidan a sus nietos para que sus hijos puedan trabajar. El desafío, dice Daichman, es que vivan más sin estar enfermos. "No tenemos ni tendremos recursos ni económicos ni humanos para paliar las enfermedades crónicas. Tenemos que capacitar a los 'viejos jóvenes' para que se cuiden ellos y a la vez sean agentes sociales de cuidado de otros viejos."