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Agosto 14, 2004
El viagra y el feminismo provocan un “boom” de divorcios entre los mayores de 55 años

El porcentaje de parejas que se separan después de una larga convivencia se ha multiplicado en el último lustro. Infidelidad, aburrimiento o falta de motivación cuando se alejan los hijos, son algunas de las causas más comunes.

Por Alex Kuczynski 
Clarín
13.08.2004


En los Estados Unidos el divorcio ya no es patrimonio específico de los norteamericanos de cuarenta y tantos años en plena crisis de edad. Por lo contrario, parece estar cada vez más aceptado entre la gente de más de 55 años e, incluso, de más de 80, según abogados especializados, asesores matrimoniales y gerontólogos de ese país. Estos profesionales apuntan a muchos factores que explican estos divorcios “de cabello blanco”, como le dicen: entre ellos, un incremento de la longevidad entre los norteamericanos y la creciente independencia económica entre las mujeres.

El doctor Robert Stephan Cohen, un abogado matrimonial de Nueva York, también señaló como factor importante la buena salud que ofrecen los cócteles farmacéuticos que reducen el colesterol y la presión arterial, erradican la depresión y estimulan la libido. (Para los hombres, está el Viagra; para las mujeres, aunque existen interrogantes sobre su seguridad, la terapia de reemplazo hormonal).

En los últimos dos años hubo un boom de divorcios entre los ejecutivos de alto perfil de más de 55 años. Pero no son exclusivamente los ricos y famosos los que se divorcian después de décadas de matrimonio. El porcentaje de norteamericanos de 65 años o más que se divorciaron o se separaron aumentó a 10 por ciento en 2001, de 7 por ciento en 1999, según el Departamento de Salud y Servicios Sociales de Estados Unidos.

La cantidad de parejas en la ciudad de Nueva York que se separan después de 30 a 34 años de casados viene aumentando marcadamente, según las estadísticas recientes. En 2000, 574 parejas que estuvieron casadas todo ese tiempo se divorciaron, en 1998 habían sido 485. Los que se divorciaron más tarde en la vida, ya sea de un primer matrimonio o uno subsiguiente, mencionan los mismos disparadores que la gente joven: infidelidad, aburrimiento, un alejamiento cuando se fueron los chicos de casa.

“A veces es una combinación”, dijo el doctor William Doherty, asesor matrimonial y director del Programa de Terapia Matrimonial y Familiar en la Universidad de Minnesota. Parte de la razón por la que está viendo cada vez más pacientes de más edad, dijo el doctor Doherty, es que la cultura de la actualización personal se expandió a la gente mayor. “Toman clases de cocina escandinava, prueban con el yoga, hacen terapia para intentar entenderse mejor y, al igual que los más jóvenes, se divorcian por lo que llamo razones ‘blandas’: ‘no estoy feliz’, ‘no me siento realizado’, ‘no tenemos comunicación’”, dijo.

Un divorcio cuando la vida está más avanzada tiene sus propios problemas y complicaciones. Aunque los hijos sean grandes, tal vez se sientan mal sin la seguridad de un hogar paterno. “Hasta los hijos adultos necesitan un hogar adonde ir”, dijo Doherty. Muchas veces, más de una generación o rama de la familia se ve afecta. Más triste aún son los casos de las mujeres mayores abandonadas por sus maridos sin los suficientes recursos financieros. Algunas buscan ayuda en el Instituto de Igualdad en el Matrimonio, un centro de investigación en Nueva York.

Como contrapartida, hay decenas de activistas que trabajan para salvar matrimonios de muchos años. David y Claudia Arp, que se casaron hace 41 años, escribieron varios libros de autoayuda sobre las cuestiones que se plantean en los matrimonios de larga data: “La segunda mitad del matrimonio” o “Cómo luchar por su matrimonio cuando los hijos ya no están”. Los Arp dan seminarios por todo Estados Unidos para ayudar a las parejas a enfrentar los problemas que surgen en el inicio del ocaso matrimonial.

“No es un momento fácil”, dijo Claudia Arp. “Un día uno se despierta, está por jubilarse, los chicos crecieron y se producen todos esos cambios hormonales. Hasta las parejas que tienen relaciones sólidas pasan por algunos baches. Para nosotros, es muy triste ver a una pareja que estuvo casada durante 30 años tirar todo por la borda”, dice y agrega: “No se dan cuenta de que cuántos más años uno tiene, más le cuesta rehacer su vida”.

The New York Times.
Traducción de Claudia Martínez.

Enviado por Licenciatura en Gerontología el: Agosto 14, 2004 05:21 PM
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