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Agosto 04, 2004
¿Es posible detener el envejecimiento?

La expectativa de vida del ser humano ha venido incrementándose paulatinamente con el paso de las edades históricas. Pero fue en el siglo pasado y lo que va de este nuevo milenio cuando las posibilidades promedio de vivir más allá de los 75 o más años se hicieron una realidad.

Publicado por LatinSalud.com

El todo y la parte

El conocimiento acerca de las causas de las enfermedades, las vacunas, los antibióticos, la evolución de las técnicas de diagnóstico, el avance de la cirugía, el desarrollo de la farmacéutica, la dietética... Muchos factores han influido para que podamos tener una esperanza de vida mucho mayor que nuestros antepasados. Pero, paradójicamente, cuanto más tiempo vive una persona, mayores posibilidades tiene de que su organismo desarrolle enfermedades que se originan en fenómenos degenerativos de las células.

Muchos de quienes se dedican a investigar y desarrollar el conocimiento con la esperanza de perpetuar la vida y la salud han centrado sus estudios en este campo: el celular. Frenar el deterioro del todo puede lograrse, presumiblemente, frenando el envejecimiento de sus partes, en especial las más minúsculas. Los grandes signos de envejecimiento que en general nos disgustan al verlos reflejados en el espejo, tienen su base microscópica en el envejecimiento celular. Veremos ahora cómo sucede la caducidad y muerte de las células, y si los científicos pueden hacer algo para frenar este fatal proceso.

División celular
Una teoría científica sostiene que una de las claves del envejecimiento hay que buscarla en el sistema de la división celular.

Cuando una célula se divide debe duplicar todos sus componentes incluidos los cromosomas. Para luego dar lugar a dos células hijas idénticas.

En los extremos de los cromosomas se encuentra una pieza o secuencia fundamental, que controla la vida de todas las células del organismo: el telómero. Con cada división que la célula sufre para dar lugar a otra nueva, este segmento se va acortando. Este acortamiento telomérico marca, como un implacable reloj biológico, el tiempo máximo que una célula puede vivir. En promedio, se calcula que cada célula podrá dividirse un máximo de 50 veces. Luego, los cromosomas se habrán acortado lo suficiente como para llegar a un punto crítico, activándose el proceso de la muerte celular.

El tamaño del telómero está en relación con la cantidad de veces que se ha dividido la célula.
Este proceso ocurre en las células somáticas normales, sin embargo en las células germinales así como también en las células embrionarias la presencia de una enzima llamada telomerasa impide ese acortamiento copiando y pegando secuencias teloméricas. Restaura la secuencia del telómero para así prolongar la vida de la célula, manteniendo su capacidad de multiplicación.
Así como, desde los inicios de la gestación, la telomerasa resulta imprescindible para que el feto crezca en el seno materno, también habilitaría a las células tumorales para que se reproduzcan ilimitadamente.

Fallas de sincronismo y cáncer

La muerte de las células puede parecer un acontecimiento desgraciado pero, como todo en el organismo, responde a un delicado y complejo sistema sincronizado. Cuando algo falla en el sistema, y una célula que estaba destinada a morir sigue viviendo, pueden aparecer defectos mutacionales, alteraciones en sus futuras replicaciones. Muchos científicos aceptan la teoría de que la mayoría de los cánceres y otras enfermedades degenerativas son producidos por la persistencia de células que saltan aquel punto crítico del acortamiento telomérico, siguen viviendo y degeneran.

Se ha demostrado que esta enzima se expresa en las células tumorales, permitiéndoles no perder telómero, no volverse inestables y no morir. En este caso, el seguro de vida de la célula cancerosa se vuelve una amenaza para el organismo, ya que estas células fatídicamente longevas, engendran un número ilimitado de nuevas células tumorales.

Se postula que desarrollando inhibidores de telomerasa se podría combatir el tumor, ya que dichas células se volverían inestables, debido a la longitud de sus telomeros, y morirían.

Conclusiones

La diferencia en la actividad de la telomerasa en el proceso de división de las células somáticas normales y el comportamiento de las células tumorales es lo que pone a la telomerasa en el centro de las investigaciones.

Por un lado las orientadas a buscar sus beneficios - ya que su actividad impide la muerte celular -, y por otro las inmensas posibilidades que se abren en cuanto a la investigación de terapias contra el cáncer que usen la inhibición de la telomerasa para impedir la replicación de células tumorales.
Sin embargo, muchos investigadores ven en los intentos de combatir el envejecimiento un arma de doble filo. Opinan que impidiendo el acortamiento del telómero se perpetuarían células viejas que pueden sufrir mutaciones las cuales se irían acumulando, si bien seguirían multiplicándose, probablemente no darían el mismo resultado que la replicación de las células normales, pudiendo generar enfermedades como el cáncer.

Hasta ahora, todo lo que ha nacido está destinado a la decrepitud y la muerte. Pero, en los fértiles campos de la genética, el camino de la inmortalidad puede deparar nuevas soluciones para viejos males. O, al menos, perpetuar la búsqueda científica para que ese progresivo deterioro llamado envejecimiento se alargue en el tiempo junto con una mejor calidad de vida.

Enviado por Licenciatura en Gerontología el: Agosto 4, 2004 07:16 PM
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