Gerontología - Universidad MaimónidesGerontología - Universidad Maimónides
Septiembre 22, 2004
El medio acuático y el adulto mayor

La propuesta apunta a lograr una mejoría en la calidad de vida de la población de adultos mayores, mediante la enseñanza-aprendizaje de la natación como actividad física programada; proporcionándoles a los participantes distintas actividades que le generen placer y le permitan disfrutar del medio acuático de acuerdo a sus posibilidades y limitaciones.

Prof. Débora Di Domizio dedido@hotmail.com
Docente del Programa Universitario de Adultos Mayores: taller de natación
Docente en el Club Peñarol: gimnasia para adultos mayores
Mar del Plata - Prov. de Bs. As. Argentina

Publicado por Mayores en Movimiento (mayoresenmovimiento@gruposyahoo.com.ar)

En un principio, las actividades motrices variadas, aunque puedan estar encaminadas a cumplir diferentes objetivos, serán la base para la adquisición de las técnicas de propulsión o desplazamiento. Poco a poco, y sin darse cuenta, el alumno de edad avanzada dominará el equilibrio de su cuerpo frente a las diferentes resistencias que oponga el agua. Pronto se desenvolverá dentro del agua con suma facilidad y adquirirá el suficiente dominio, la seguridad y la motivación adecuadas como para iniciarse, sin demasiados problemas en el aprendizaje, en un principio rudimentario de técnicas de la natación y, progresivamente, con el dominio paralelo de la flotación, irán adquiriendo calidad y eficacia.

Para poder cumplir con los objetivos propuestos, los docentes deben planificar su enseñanza con distintos recursos y estrategias que potencien y optimicen las capacidades motrices (“poder hacer”), las intelectuales (“saber hacer”) y las afectivas (“querer hacer”), buscando el desarrollo individual y la integración sujeto mayor – grupo - medio, permitiéndoles a nuestros alumnos encontrar en el mismo su plenitud total.

Objetivos específicos de un programa de actividad acuática:

· Lograr la ambientación, la relajación y la flotación.

· Generar placer y adquirir autonomía en el traslado por el medio acuático.

· Aprendizaje de técnicas de natación en forma básica.

· Aprehender y practicar hábitos de vida sana y mantenerse en buena salud.

Además de……………….

· Mantener las capacidades biológicas básicas: fuerza, movilidad, flexibilidad; las capacidades de coordinación: postura, equilibrio, percepción espacial y temporal; las capacidades de comunicación: consigo mismo, con el otro, con el grupo, con los objetos; y las funciones nerviosas con base biológica de los procesos intelectuales: observación, atención, memoria, concentración.

Beneficios específicos de la práctica regular y sistemática de ejercicio físico en el agua:

· Es un elemento de superación a sí mismo, es un momento en que parece que no se puede mejorar, avanzar o aprender cosas nuevas.

· Es un medio para recuperar sensaciones que despierta la percepción cutánea, táctil, kinestésica y en general la de todo el organismo.

· Posibilita la práctica segura del ejercicio dado que la reducción de la velocidad de los movimientos por la mayor densidad del agua, impide la realización de ejercicios bruscos que pudieran provocar lesiones.

· La mayor densidad, la tensión superficial, la viscosidad y las turbulencias que en el agua se producen, oponen una resistencia de intensidad baja, permitiendo una tonificación adecuada de la musculatura y el desarrollo de la movilidad articular y la elasticidad muscular.

· La presión hidrostática del agua ejerce una acción de masaje sobre la piel y los músculos, estimulando la conciencia de la superficie corporal, mejorando el retorno venoso y la eficacia del trabajo cardíaco.

· El efecto de la flotabilidad, es decir, el estado de ingravidez en el que nos sitúa y por el cual nos libramos de la mayor parte de nuestro peso. Este efecto provoca la descarga de la estructura ósea y articular relajando los músculos y disminuyendo los dolores articulares.

· La adaptación de nuestro cuerpo a las fuerzas de flotación, para mantenernos, avanzar o sumergirnos en el agua, aumenta la capacidad motriz y el equilibrio.

· La temperatura del agua que se encuentra entre los 27 y 30 grados mejora la circulación sanguínea y relaja la tensión muscular provocando, además, un gasto energético suplementario para mantener la temperatura corporal de 36,5 y 37 grados que puede incidir en la composición corporal.

· El agua es además un elemento lúdico y de relación social inmejorable que provoca siempre risas y diálogo.

Prof. Débora Di Domizio dedido@hotmail.com
Docente del Programa Universitario de Adultos Mayores: taller de natación
Docente en el Club Peñarol: gimnasia para adultos mayores
Mar del Plata - Prov. de Bs. As. Argentina

Enviado por Licenciatura en Gerontología el: Septiembre 22, 2004 07:54 AM