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Diciembre 08, 2004
La amenaza del siglo XXI: el envejecimiento de la población

Un panel de expertos analizó las consecuencias de la crisis demográfica

La demografía no es el destino, pero le anda cerca. Cada vez más la longevidad y los menores índices de natalidad están creando un considerable problema demográfico, tanto en los países desarrollados como en los que están en vías de serlo.

La Nación
Miércoles 8 de Diciembre de 2004

El índice de natalidad en casi un tercio de las naciones del mundo cayó por debajo del nivel de reposición de dos hijos, y para 2050, por primera vez en la historia humana, habrá más personas de más de 60 años que de menos de 15 años. Estos cambios presentan profundos desafíos a los sistemas socioeconómicos mundiales y ponen en tela de juicio algunas presunciones básicas sobre la continua prosperidad y el crecimiento económico.

El diario International Herald Tribune organizó una mesa redonda de especialistas en Nueva York para analizar qué significa la demografía para la productividad, el ahorro, la riqueza familiar, el bienestar social y la geopolítica, y qué se debe hacer para afrontar la venidera revolución de la mayor edad. El panel, cuya moderadora fue Erika Kinetz, incluyó a los siguientes participantes:
Gary Burtless, miembro y especialista en estudios económicos de la Brookings Institution, de Washington; Joseph Chamie, director de la División Población del Secretariado de las Naciones Unidas, con sede en Nueva York; Diana Farrell, directora del McKinsey Global Institute; el grupo de investigación económica de la firma consultora McKinsey & Co. Phillip Longman, miembro de la New America Foundation, de Washington, y autor del libro “The Empty Cradle: How Falling Birthrates Threaten World Prosperity and What to Do About It” (La cuna vacía: cómo los menores índices de natalidad amenazan la prosperidad mundial y qué hacer al respecto).

-Dentro de un panorama global, ¿quién está envejeciendo?

Chamie: - El envejecimiento de la población no tiene precedente. Se trata de un fenómeno global que afecta a hombres, mujeres y niños, y tiene implicancias en todos los aspectos de la vida humana.

La gente a menudo está confundida sobre el concepto de envejecimiento de la población, que es un cambio en la estructura de la edad, y el envejecimiento de un individuo, la longevidad. Ambas cosas están sucediendo. Hoy en día las mujeres ejercen un control sobre el momento y el número de hijos que tienen. Estamos conquistando muchas enfermedades y males que causaban muerte prematura. Esa es una buena noticia. El desafío que tenemos por delante es cómo resolver el problema de la relativamente baja fertilidad -61 países de los 190 están por debajo del nivel de reposición- y el hecho de que la gente vive más años, cuando nuestros sistemas socioeconómicos están preparados para gente que muere antes de los 65 años.

-¿Por qué sucede esto ahora?

Chamie: -A lo largo de la historia, había que tener muchos hijos para compensar el elevado índice de mortalidad. Cuando bajamos el índice de mortalidad en Occidente y luego exportamos esa capacidad -dimos el control de la mortalidad a Africa, Asia y otros países en forma de pesticidas, medicinas y antibióticos- la fertilidad comenzó a reducirse. Esto ocurrió con más dinamismo en los países en vías de desarrollo porque su transición hacia el control de la mortalidad fue muy rápida. Se ve en una generación, en Irán o incluso en China, que la fertilidad baja de seis a dos. Esto provocó una veloz transformación en la estructura de la edad, y esos países no tienen la estructura económica ni social ni psicológica para afrontar eso. Los franceses, alemanes, japoneses y norteamericanos tuvieron más tiempo para desarrollar instituciones.

Longman: -En Europa, los países nórdicos y escandinavos tienen un mayor índice de fertilidad. También cuentan con mucho más apoyo para cuestiones relacionadas con la familia que trabaja. Además, parece existir una especie de correlación entre las convicciones fundamentalistas religiosas tradicionales y el compromiso de procrear.

Chamie: -Yo no opino igual. La religión está al margen de las decisiones respecto del número familiar. Se trata de tradicionalismo contra modernismo. Si uno es como los talibanes y no educa a sus hijas ni permite que trabajen, entonces ellas tendrán muchos hijos. Pero si uno es como los iraníes y educa a las niñas y las manda a la escuela para que puedan leer el Corán y también Cosmopolitan, van a tener menos hijos.

-¿Quién tiene, ahora, muchos hijos?

Chamie: -Los países con un alto índice de fertilidad son los de Africa al sur del Sahara.

Burtless: -Dentro de los países industrializados, Estados Unidos es un caso aislado. Hay algo en Estados Unidos que despierta, según algunos economistas, optimismo, lo cual se refleja en tener hijos.

Chamie: -Estados Unidos va a alcanzar a la Unión Europea dentro de 60 años si Europa no cambia de rumbo. Las mujeres en Estados Unidos tienen, en promedio, 2 o 2,1 hijos. En Canadá tienen 1,5; en Corea del Sur, 1,2; en Japón, 1,3; en Francia, 1,9. Y Estados Unidos va incorporando más inmigrantes que cualquier otro país.

Longman: -Estados Unidos está envejeciendo mejor que, digamos, Japón, pero el costo de nuestro envejecimiento es mucho más elevado. Gastamos, en el cuidado de la salud por persona de más de 65 años, el doble que Gran Bretaña y el triple que Japón.

El otro aspecto es que nuestro dinamismo depende de inmensas corrientes inmigratorias. No sólo llegan nuevos inmigrantes, sino que su fertilidad aumenta aquí. ¿Hasta cuándo puede durar eso? México acaba de caer por debajo del índice de fertilidad de reposición. Lo mismo pasa hoy en casi toda América latina. Nuestras fuentes tradicionales de capital humano importado están comenzando a consumirse.

Chamie: - Yo soy más optimista. En Estados Unidos la población no se está reduciendo. Pero la de Europa ha estado bajando desde 1998. Estados Unidos no tiene esa perspectiva. Somos casi 300 millones y seremos más de 400 millones hacia mediados del siglo.

-La demografía, entonces, podría indicar un Estados Unidos ascendente y una Europa descendente. ¿Dónde estarán los otros futuros centros de poder?

Chamie : -En número de habitantes, Irán superará a Rusia; las Filipinas, a Japón; Marruecos, a España. Habrá más palestinos que israelíes. En este momento, seis países son responsables de la mitad del crecimiento del mundo: India, China, Paquistán, Nigeria, Bangladesh e Indonesia. La India será el país con mayor cantidad de habitantes en un lapso de 30 años. En 1950, la población de Europa era tres veces mayor que la de Africa. Para 2050, la población de Africa será tres veces mayor que la de Europa.

-¿Por qué tanta gente se alarma por el cambio demográfico que, según ustedes, es un bien humano fundamental. ¿Qué les preocupa? ¿Y dónde ven oportunidades?

Farrell: -El cambio demográfico puede afectar el crecimiento económico y requiere un mayor crecimiento de la productividad. Aunque se extienda la edad laboral, las personas de 65 años o más no pueden trabajar como lo hacían cuando tenían 40 años. A medida que se jubilan enormes sectores de la población, se ahorra menos. Las familias de más edad usan sus ahorros para el consumo. En Japón ya se percibió ese impacto sobre el ahorro. ¿Qué función cumplió Japón como país ahorrista en el mundo? Una función preponderante. Es uno de los motivos por los que Estados Unidos puede tener tantos bonos del Tesoro en el mercado sin tener que aumentar las tasas de interés. Si seguimos viendo más tendencias a ahorrar menos, eso creará un problema para las economías que dependen de esas inversiones.

-¿De qué forma nuestros sistemas económicos y sociales deben ser modificados para atenuar los efectos negativos del envejecimiento de la población?

Farrell: -El ajuste más obvio es extender la edad jubilatoria. Es una palanca poderosa, pero, salvo en Estados Unidos, no aportará la solución.

Chamie : -Desde que los republicanos asumieron el poder en Estados Unidos, han estado hablando de cobrar menos impuestos. Los europeos no van a decir que hay que pagar más impuestos para destinarlos a la tercera edad. Lo que quieren es una solución menos dolorosa: trabajar un poco más de tiempo, tener un poco menos de beneficios, y acaso aceptar algo más de inmigración.
Burtless: -Una buena manera de resolver los problemas de las pensiones en Estados Unidos consiste en elevar la edad en la que la gente puede obtener beneficios. Pero, según las encuestas, los norteamericanos preferirían mantener la edad en la que se pueden jubilar y efectuar más aportes impositivos.

Chamie: -La inmigración no puede resolver el envejecimiento de la población. Se pueden importar trabajadores. Pero la cantidad es muy elevada. Si Corea del Sur tratara de mantener la estructura de la edad de su población, tendría que aceptar, para 2050, el ingreso de 6000 millones de personas para mantener la estructura de la edad de esos inmigrantes.

Farrell: -De modo que ¿cómo salimos de este problema? Una de las cosas que se pueden hacer para aumentar la productividad es mantener condiciones muy competitivas. Pero ¿qué clase de mecanismos se pueden crear para desalentar el consumo y promover el ahorro? Tirar de esas palancas es difícil. Cada una de ellas significa un salto político.

Longman: -Y algunas medidas podrían ser contradictorias o contraproducentes. Si se les dan a las mujeres puestos de trabajo estresantes, en sectores altamente productivos, el sector humano de la economía se verá afectado.

-¿Cómo puede un aumento de la productividad ayudarnos a crecer y salir de esta situación, especialmente si los ahorros, y no sólo la robustez de la fuerza laboral, son importantes?

Burtless: -Mantener los beneficios demandará mayores aportes de la población laboralmente activa. Pero el nivel de vida de los trabajadores activos está determinado por lo que obtienen a partir de su ingreso salarial después de pagar sus impuestos. De modo que el impuesto tiene que subir 10 puntos porcentuales, pero el salario, antes de pagar impuestos, ha subido 30 puntos porcentuales. El monto de dinero que a uno le sobró después de realizar esos aportes para los programas destinados a la tercera edad es aún mayor que en el caso del padre o el abuelo de uno.

Longman : -Pero ¿de dónde proviene la productividad? Vivimos en una economía que demanda cada vez más capital humano: uno tiene que cursar más y más estudios más para mantener incluso algo parecido a una vida de clase media. Los padres son los únicos que pagan por esa carga cada vez mayor de productividad. Si el envejecimiento de la población exige una mayor producitividad y, a su vez, una mayor productividad exige mayores niveles de inversión en capital humano, ¿quién va a hacer eso y por qué?

Chamie: - Los jóvenes son más productivos que la gente mayor. Si uno tiene una estructura de edad mayor, acaso no logre tanta innovación ni productividad ni cambio tecnológico.

-Gran parte de la riqueza de las familias gira alrededor de los bienes raíces y, en especial en Estados Unidos y en Gran Bretaña, la gente considera que constituyen una manera segura de ganar dinero a largo plazo. ¿Cambiará eso?

Chamie: -Si la población disminuye, sí. La demanda baja.

-A partir de nuestra conversación, podría, con pura lógica, inferir que los bienes raíces se desplomarán, las acciones europeas se desplomarán y los mercados emergentes repuntarán.
Farrell: -Dé un paso atrás. Mis colegas de instituciones financieras han encuestado a grupos específicos que están por jubilarse y les preguntaron, por ejemplo: "¿Pensó en el hecho de que la expectativa de vida ha aumentado?" Ni siquiera se han aproximado a la cuestión de cómo mejorar la colocación de activos si dejan de trabajar a los 65 años y les quedan, digamos, unos 20 años de vida. Es sorprendentemente bajo el nivel de conciencia al respecto.

Chamie: -Uno invierte el dinero donde cree que obtendrá la mayor utilidad. ¿Para qué invertir en Ford Motor y General Motors cuando esas empresas deben pagar 1400 dólares por automóvil para cubrir los costos del cuidado de la salud? La estructura de la edad gravita en la competitividad. Imaginen que crean una compañía y tienen 100 empleados, cuyas edades están entre los 55 y los 60 años, en comparación con otra compañía que podrían crear, con empleados de 20 o 22 años...

Farrel : -... en un país, por ejemplo, como la India. Una de las cosas en las que insisten las compañías en este momento es en que instalarse en el extranjero no es sólo un recurso para bajar costos, sino que se trata de una cuestión relacionada con el cuidado de la salud, del cual quieren apartarse.

Chamie : -Tener un hijo; ésa es una buena inversión.

Burtless: -Sólo si uno piensa que ese hijo nos cuidará en nuestra vejez.

Chamie: -Hay algo más que apoyo financiero. El dinero no es lo único. ¿Quién afrontará los costos cada vez más elevados debido al envejecimiento? ¿Los gobiernos? La mayoría no quiere aumentar los impuestos y asumir responsabilidades adicionales para con las personas de la tercera edad ¿Las empresas privadas? Las compañías quieren desembarazarse de las pensiones, el cuidado de la salud, etc. y transferirlos a otros. ¿Las organizaciones no gubernamentales y las entidades de beneficencia? No están en condiciones de afrontar la inmensa demanda en el largo plazo.

Farrell : -En parte, la respuesta puede provenir de la integración económica global. Muchas de las actividades que las compañías multinacionales realizan en este momento tienen el potencial para lograr una feliz coincidencia entre el envejecimiento del mundo desarrollado y el ingreso en la mayoría de edad del mundo en vías de desarrollo.

Longman : -Esa es la clave. Si la empresa de la globalización es sustentable y podemos arbitrar los medios entre los países ricos que no tienen suficiente cantidad de hijos y otros países que no tienen suficiente capital pero demasiados hijos, entonces todo puede funcionar bien. Todos son protagonistas de la acción; cada uno con su pequeño papel y especialidad. De modo que si uno cree en la globalización, entonces el envejecimiento global acaso no sea un problema. Pero si uno considera que existen problemas con la globalización y los retrocesos políticos, las pandemias, los portadores de enfermedades, el terrorismo y demás, entonces nosotros, los viejos países ricos, afrontaremos un futuro muy distinto.

Traducción de Luis Hugo Pressenda

http://www.lanacion.com.ar/exterior/nota.asp?nota_id=661231

Enviado por Licenciatura en Gerontología el: Diciembre 8, 2004 07:52 AM