Gerontología - Universidad MaimónidesGerontología - Universidad Maimónides
Enero 06, 2005
Cuando el hospital sale y llega a las casas

hospital_domiciliario.JPGPara pacientes del PAMI

El Clínicas tiene un servicio de atención domiciliaria

En el hospital de Clínicas funciona un servicio único en el país, destinado a beneficiarios del PAMI que reúnan dos condiciones: haber sido internados en ese centro asistencial y vivir en la ciudad de Buenos Aires.

La Nación
Jueves 6 de Enero de 2005

Se trata del Programa de Atención a Domicilio (PAD), que desde su inicio, en septiembre del año pasado, lleva atendidos a 72 enfermos (en su mayoría, personas mayores, con un promedio de 73 años).

Los pacientes reciben la visita todas las semanas, en distintos días, de un equipo interdisciplinario integrado por médico, enfermera, trabajadora social, extraccionista y, en algunos casos, psicólogo o psiquiatra. Todos ellos, de uno en uno, tocan el timbre de la puerta asignada con un único objetivo: mejorar la calidad de vida del paciente y de su familia.

“Durante meses tuve que levantarme antes de las 6 de la mañana y esperar la ambulancia para ir al hospital. El pagaba exclusivamente para mí, pero dábamos vueltas tres horas por la ciudad para levantar a otros cinco pacientes, así el viaje les rendía más", recuerda y sonríe Jorge Balerga, de 67 años, rodeado por la enfermera Beatriz Morales y la trabajadora social Gabriela Campese, del PAD, en su casa de Núñez.

Jorge Balerga es artista plástico -tiene más de 200 obras-, y durante muchos años fue docente de plástica, pero después de su jubilación y cuando pensaba destinar todo su tiempo libre a dedicarse a sus pasiones (dibujar, leer, escuchar música), el destino le tenía reservados otros planes.

"Me diagnosticaron mieloma múltiple -dice-, y de entrada yo quise enterarme de la verdad, así que cuando me mandaron al oncólogo confirmé que era cáncer... En tres meses perdí 30 kilos de peso y 10 centímetros, porque me afecta la columna vertebral. Tuve muchos dolores y me sentí agotado. Pero desde que terminó la última internación y recibo la asistencia en mi casa estoy mucho mejor, ya no sufro el mismo desgaste; vienen a medicarme, me ayudaron con las gestiones para conseguir la silla de ruedas, el oxígeno que a veces necesito... Y, sobre todo, no viajo más en ambulancia", afirma sonriendo otra vez con picardía, al evocar el auténtico drama que significaba en su estado esperar el traslado, viajar varias horas, llegar tarde a los tratamientos y no saber cuándo regresaría a casa, porque la ambulancia lo hacía esperar horas y horas.

"El caso de Jorge es especial, porque vive solo y tiene dos sobrinos que lo asisten y acompañan -dice la trabajadora social Gabriela Campese-, pero generalmente, cuando trabajamos en el contexto de toda una familia, profundizamos mucho todo lo que se vincula con la organización en la atención de la persona enferma. La enfermedad no sólo recae sobre quien la sufre, sino también sobre todos los que lo rodean. Nosotros intentamos contener, ayudarlos a manejar estrategias acerca de qué puede hacer cada uno, cómo repartir las responsabilidades, o cómo lograr la participación de algunos integrantes del grupo familiar que quizá quieren acercarse, pero no saben cómo y por eso se sienten culpables, cuando en realidad tal vez pueden ayudar haciendo una tarea que, aunque pequeña, los ayude a sentirse partícipes."

La doctora Rosa Mertnoff, directora de los Programas de Atención Domiciliaria y de Cuidados Paliativos del Hospital de Clínicas llama la atención sobre el creciente proceso de envejecimiento poblacional en nuestro país, y el hecho de que más de la mitad de los pacientes geriátricos sufre alguna discapacidad funcional que suele dificultar enormemente su traslado hasta los lugares de atención, y que a menudo sus esposas o maridos están en condiciones igualmente frágiles de salud.

Una mirada integral

"Nuestro programa no es un dispositivo aislado del resto del sistema hospitalario -dice Mertnoff-. Un equipo de profesionales del grupo visita cotidianamente los pisos del hospital y analiza, entre los pacientes internados, quiénes reúnen los criterios para ingresar al Programa de Atención Domiciliaria: un primer grupo son aquellos con enfermedades avanzadas, incurables y progresivas, como algunos casos de cáncer, patologías respiratorias y cardíacas, neurológicas degenerativas, y un segundo grupo que son los pacientes con patología aguda, como los operados (en particular, de cadera), o que padecen alguna infección ya diagnosticada y que requiere un tratamiento prolongado."

Mertnoff agrega que la Organización Mundial de la Salud (OMS) propone a los Cuidados Paliativos (puesto en marcha para acompañar a los enfermos terminales durante su proceso final) como el modelo apropiado para asistir a los pacientes que padecen estas enfermedades, "porque es un enfoque muy humanista que busca una unidad asistencial entre el paciente y sus seres queridos desde un abordaje interdisciplinario, que atiende las dimensiones física, psicológica, social y espiritual. Nosotros decimos, a modo de ejemplo, que una enfermera de cuidados paliativos que aplica un antibiótico a un paciente lo hace de una manera especial, lo mira y lo escucha de una manera distinta".

El programa, añade la médica, está dimensionado para una población de cerca de 50.000 pacientes del PAMI que se atienden en el Hospital de Clínicas, pero se busca extenderlo a otras obras sociales, entre éstas, la de la Universidad de Buenos Aires (Dosuba). "Al evitar hospitalizaciones prolongadas, desplazamientos innecesarios y consultas en la guardia o en consultorios externos, saturando los servicios, el programa tiene resultados eficaces."

A la hora de los fríos números, Mertnoff afirma que en los EE.UU el gasto al final de la vida consume del 10 al 12% del presupuesto en salud y el 27% de las arcas del Medicare (el seguro en el que capitan la mayoría de las personas mayores en ese país). "Acá no tenemos estadísticas -señala-, pero no ha de ser distinto. Aparece claro que buena parte de los recursos del sistema de salud se destinan a prolongar artificialmente las vidas, más allá de los deseos de los propios pacientes, y con alto costo en términos de sufrimiento y de recursos."

El doctor Carlos Gherardi, uno de los directores del Hospital de Clínicas, director a su vez del Comité de Bioética del hospital, apoyó la creación del Programa de Atención Domiciliaria. "Este nuevo modelo de acceso a la atención es el primero a cargo de un hospital y podría ser la base de un modelo aplicable en toda la ciudad -dijo-. Y es prueba de que con todas las dificultades para mantener abierto un hospital como el nuestro, el Clínicas, aún hace esfuerzos para responder al espíritu y la creatividad universitarios."

Por Gabriela Navarra
De la Redacción de LA NACION

http://www.lanacion.com.ar/cienciasalud/nota.asp?nota_id=668827

Enviado por Licenciatura en Gerontología el: Enero 6, 2005 09:30 AM