Si lo que se vaticina para Estados Unidos sirve para vislumbrar fenómenos que podrían desarrollarse en otras latitudes, habría que prestar atención a los conceptos de William D. Novelli, CEO de la American Association of Retired Persons.
Revista Mercado
Viernes 28 de Enero del 2005
En un simposio auspiciado conjuntamente por la AARP Global Aging Program, el Centro de Recursos Humanos (Wharton) y el Centro Boettner para la investigación de Pensiones y Retiro, Novelli abrió el debate hablando de los grandes cambios demográficos en la fuerza de trabajo actual. Según sus cálculos, para el año 2010, 20% de la fuerza laboral tendrá más de 55 años, algo que él interpreta como una maravillosa oportunidad para la comunidad empresaria de aprovechar el conocimiento y experiencia colectiva que ofrece ese grupo. Eso, claro, si las empresas se avienen a ajustar su concepto de qué y cómo los "viejos" pueden aprender y lograr en esa etapa de su carrera laboral.
"Cuestiono seriamente el valor del retiro involuntario en cualquier campo, salvo tal vez en aquellas tareas que requieren un gran esfuerzo físico", dijo al empezar su alocución.
No hay duda de que la composición de la fuerza laboral se vuelve más vieja a medida que la generación de posguerra se aproxima a la edad tradicional de jubilarse: 65 años. Pero el significado de ese límite cambia a la misma velocidad. Hoy, menos de 2% de los trabajadores americanos están en agricultura; la manufactura emplea aproximadamente a 13% de la población. Esto quiere decir que la economía se alejó del duro trabajo físico y de la agricultura Novelli. "en muchos casos el cerebro y las habilidades aprendidas dominan, si no remplazan totalmente, al músculo y la resistencia física". El resultado de ese cambio es la economía del conocimiento, a la que los trabajadores más viejos pueden hacer un valioso aporte de experiencia y sabiduría. Eso convierte a la vieja noción de "edad de jubilación" en algo obsoleto. "Si el trabajo cambió, también deben cambiar nuestras ideas sobre los trabajadores", concluyó Novelli.
El cambio demográfico que señala Novelli no es teórico. Según el Census Bureau, entre 1998 y 2000 el número de trabajadores entre 65 y 74 aumentó un séptimo a casi 4 millones. En 2002, el total de la fuerza laboral estadounidense sumó 720.000 trabajadores, y ese aumento estuvo representado casi totalmente por gente e más de 55 años. Según el Bureau of Labor Statistics, para fines de la década actual, 20% de la fuerza laboral tendrá más de 55 años.
Aunque circulan teorías que explican la prolongación de la vida activa como una consecuencia de las bajas tasas de ahorro para el retiro, Novelli insiste en que - cualquiera sea la causa - el envejecimiento (287900) de la fuerza laboral es una realidad. Reconociendo que cada vez más estadounidenses extienden su vida laboral, la Administración de Seguridad Social respondió elevando la edad de beneficios completos de 65 a 67 años. Novelli pide que las empresas ajusten de la misma manera su idea del trabajo que pueden realizar los más experimentados.
Describió ante su público un "plan de impacto social a 10 años" para cambiar la visión de las empresas y acepten recapacitar a los veteranos. En términos generales, su plan pretende reducir la discriminación por edad en el trabajo, instar a los empleadores a adoptar políticas de recursos humanos con opciones múltiples para satisfacer las necesidades de la gente mayor y ayudarla a permanecer en o retornar a la fuerza laboral ofreciéndole más oportunidades de aprendizaje.
Según el plan, las empresas podrían ofrecer trabajos de medio tiempo u horarios alternativos para dar más flexibilidad en el trabajo. Otra sugerencia es que los empleadores brinden cursos de capacitación tecnológica especialmente adaptados para cubrir baches y tener a esa gente al día con los avances tecnológicos. "Los viejos trabajadores pueden aprender cosas nuevas, tal vez no con los mismos métodos que se usan para los jóvenes; pero si se les permite aprender a su ritmo los resultados pueden ser igualmente satisfactorios", recalcó. Las empresas que actualicen a sus veteranos tendrán entonces una fuerza laboral indudablemente mejor capacitada.
Pero lo que más tiene que cambiar es la percepción del público en general, esa expectativa de que llegada determinada edad, la gente debe jubilarse.
Enviado por Licenciatura en Gerontología el: Enero 28, 2005 08:50 AM