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Febrero 13, 2005
40 años: ¿Qué quiero ser cuando sea grande?

que_quiero_ser.gifEso, ¿qué quiero ser en mis próximos cuarenta años?, es la pregunta del millón a la que todos aquellos que han cruzado la línea de las cuatro décadas buscan respuestas por tan diversos caminos. El planteo abierto surge de la pluma inquieta y desinhibida de Ana Gambaccini en su libro Ahora me toca a mí, cumplir cuarenta: un pasaporte hacia nosotras mismas.

Revista Nueva
Por Verónica Podestá / Ilustración: Verónica Behrens
13 de Febrero de 2005

Esta exitosa productora de un importante multimedios que al cumplir cuarenta pateó el tablero y cambió de rumbo, analiza a través de vivencias propias y ajenas las contradicciones, cuestionamientos y resignificaciones que experimenta la mujer cuando llega a la mitad de la vida.

Edad cronológica vs. edad biológica
Por el doctor Juan Hitzig
La edad cronológica depende directamente de nuestra partida de nacimiento; en cambio, la edad biológica es la que realmente tiene nuestro organismo. Aquí, los factores que influyen en el ritmo del envejecimiento:
Aceleran
Estrés
Aumento de la glucosa
Radicales libres
Hipertensión
Aumento del colesterol
Enfermedades previas
Sedentarismo
Drogas, alcohol, cigarrillo
Retardan
Manejo del estrés
Actitud mental positiva
Satisfacción vital
Dieta hipocalórica
Alimentación equilibrada
Calidad de vida
Ejercicio físico
Conductas sociales


Pero este ir y venir de hormigas fastidiosas, irritantes, que caminan dentro de uno y producen urticaria emocional dentro y fuera del cuerpo, cuando se ingresa en la mediana edad o en la “medialescencia”, no es propiedad exclusiva femenina. También los miembros del género masculino se ven afectados. “Es un tiempo en que los niveles de producción de hormonas merman, la cabeza comienza a vacilar, el vigor sexual disminuye, los chicos crecen, los padres se comportan como hijos, el pasado flota en una niebla de sueños no realizados”, explica el psicoanalista Humberto Lestman.

¿Cómo no entrar en crisis ante semejante panorama? Mark Gerzon, autor de Listening to Midlife (Escuchando a la edad intermedia) sintetiza con precisión el sentimiento de la mayoría cuando asegura que en esta etapa todos “anhelamos vivir nuestras vidas no vividas”. Además, todavía tienen con qué. Los cuarentones están convencidos de que su edad cronológica, la que delata su documento de identidad, no corresponde con la imagen que tienen de sí mismos, siguen sintiéndose como jóvenes promesas. “Antes pensaba que cumplir 40 años iba a ser ‘el momento’. De chico pensaba que a esa edad un hombre era viejo, pero hoy con la vida que vivimos, un tipo de 40 años es alguien muy joven”, dijo Marcelo Tinelli en el 2000 al poner un pie en su cuarta década. Y en esto coincide con su “archienemigo” Mario Pergolini: “Creo que la crisis se ha corrido. Lo mismo pasa con las mujeres. Ahora por la actitud, las cirugías, el Viagra, lo que quieras, se ha corrido cierta llegada a la adultez. A lo mejor lo digo porque tengo 40.”

Ansiedades inexplicables, miedos, irritabilidad con todo y todos, descontento, ceño fruncido y ese hueco… tan, tan molesto que no se llena con comida ni se tapa con las mejores pilchas… en fin “un infeliz con todo para ser feliz”, se define Norberto, un cuarentón con una familia divina y una posición económica envidiable. Dice que ama a su mujer y a sus hijas, pero siente algo adentro que lo hace desear otros brazos, nuevas experiencias, aunque no se anima porque teme perder lo que ha construido durante todos estos años. Es un abogado exitoso, pero está harto del derecho y le encantaría largar todo para encarar nuevos desafíos. Claro que son sólo sueños, ¿quién se atreve a soltar la vaca atada? Entonces, como para mitigar un poco su descontento sale a pasear en su flamante moto último modelo, y con una campera bien motokeira que disimula esa panza imposible de borrar con los noventa abdominales matinales.

“En esta etapa, ciertos hombres deciden cambiar a su mujer de cuarenta por dos de veinte: mientras que, a otros, les agarra el famoso “viejazo” y entonces se hacen un corte de pelo fashion”, comenta Gambaccini .

El doctor Juan Hitzig, especialista en Medicina del Envejecimiento y Prevención Gerontológica, asegura que la insatisfacción vital es una emoción estresante que conduce a la caída inmunitaria y a la vejez prematura. Por el contrario, la satisfacción vital puede lograr milagros en los que transitan por la segunda mitad de la vida. “Se trata de la resultante del equilibrio entre nuestros proyectos y ambiciones, por un lado, y nuestros logros y realizaciones, por el otro. Para sentir la sensación de plenitud que despierta la satisfacción vital, la ecuación entre la ambición y los logros debe estar en equilibrio –asegura este doctor que siguió muy de cerca a más de un centenar de longevos saludables para descubrir el secreto de su “eterna” juventud–. Así como en la primera etapa de nuestras vidas las metas estaban relacionadas con los logros materiales, en la segunda mitad nuestras metas deberían estar más identificadas con el mejoramiento de las conductas por medio del crecimiento personal. El motivo de la crisis propia de esta etapa es tener que tomar conciencia de aquellos aspectos que no hemos podido lograr y que definitivamente tendremos que abandonar. Este desprendimiento del pasado es como una amputación que nos llena de dolor. Y ante este dolor podemos reaccionar con resignación, que es sinónimo de derrota o podemos tener una actitud positiva, intentando la aceptación que es producto de la sabiduría. Tomar conciencia de que es la oportunidad ideal para producir los cambios en nuestras conductas y actitudes que nos permitirán envejecer en plenitud, es un pensamiento positivo que llevará al crecimiento personal.”

Señora de las cuatro décadas...

Muchas mujeres sienten de repente que han estado corriendo para cumplir con todos –padres, profesores, jefes, amigos, marido, hijos– y en esa carrera por lo que debían hacer olvidaron pensar en lo que ellas genuinamente deseaban. Y entonces, sobreviene la crisis.

“Así que acá estoy, presa de mi middle-age crisis –ni siquiera es muy original lo mío–, síndrome que no trata ningún especialista del plan médico y del que aparecen novecientas catorce mil entradas sólo en un buscador de Internet... Tengo conocidas que han planteado el divorcio, otras cambiaron de estilo de vida, y se dedicaron al yoga. Algunas buscaron un nuevo amor; otras, un nuevo modelo de nariz... Muchas se animaron a cambiar de horizonte laboral. Y están también las que encontraron otro sentido a su vida y no necesitaron mover demasiado las piezas del juego”, comenta Gambaccini.

Un buen ejemplo es el de Susana Cervantes que, llegando al final de la década, decidió cumplir su sueño: tener una fábrica de tortas galesas. “ Involucré a toda la familia y nos mudamos al sur. Las primeras que hice las regalé a los amigos, ahora después de casi dos años, ya tenemos una amplia distribución. Fue un cambio feliz que me llenó de energía. Es una buena edad para emprender, uno es más reflexivo y se pone metas más realizables.”
“Señora, no le quite años a su vida, póngale vida a los años, que es mejor” canta Ricardo Arjona mientras conmueve hasta las lágrimas a tantísimas féminas mayores de 40. Para ellas y ellos, la gran pregunta sería entonces: ¿qué quieren ser cuando sean grandes?


Cambiar, sin olvidar que…

Del libro Ahora me toca a mí, de Ana Gambaccini

Es un error tirar todo por la borda y huir. Vender todo y viajar a España no soluciona nada: al cabo de un tiempo, vamos a reencontrarnos con nosotros mismos y con nuestros dilemas. Conviene resolverlos antes de partir.

No es un momento para sentirse desengañado con la vida, sino para revisar lo aprendido y utilizarlo con vistas al futuro.

Quizás existan razones para tener una sensación de pérdida: ya no somos más jóvenes promesas. Pero esta pérdida no se calma con tranquilizantes, no se ahoga en el alcohol ni disminuye con una lipoaspiración.

Quizás cambies durante un tiempo algunas actrividades. Pero tal vez, después de experimentar otras, vuelvas más convencido a las que hacías antes, sabiendo lo que no te interesa y habiéndote nutrido de otras fuentes. Seguro que valió la pena probar, porque ahora vas a tener la posibilidad de disfrutar lo que hacías, pero de otra manera.

Este es el momento de redescubrir la sensualidad, los placeres, las pasiones, la alegría en las pequeñas y grandes cosas de la vida, de darte tiempo para ellas y de ser consciente de cuánto las disfrutas.

También es hora de pensar en qué tipo de anciano quieres ser: si uno que se lamenta por lo que no hizo; u otro que, al menos, intentó vivir la vida como quería.


Mario Pergolini: “Ahora por la actitud, las cirugías, el Viagra, lo que quieras, se ha corrido cierta llegada a la adultez. A lo mejor lo digo porque tengo 40”.


Marcelo Tinelli: “Antes pensaba que cumplir 40 años iba a ser ‘el momento’.
Pero hoy para mí es un año más. No sufro el paso del tiempo”.

 
7 causas para una crisis

1. Cambios hormonales: disminución de la testosterona en el varón y los estrógenos en la mujer con todas sus consecuencias.
2. Discrepancias entre lo que se esperaba de la vida y lo que realmente alcanzó.
3. Se hacen presentes de improviso los sueños de juventud omnipotentes.
4. Aparece la sensación de estancamiento, el agotamiento de los proyectos.
5. Cambios en la familia, nido vacío, padres ancianos, deterioro familiar.
6. Factores externos como el estrés generado por problemas económicos e insatisfacción vital.
7. Las mujeres sienten cada vez más el tic tac de su reloj biológico. Para las que no tuvieron hijos esta es un etapa de decisiones.
 
Más info:
www.rejuvenezca.com.ar
www.longevus.com.ar

 

Enviado por Licenciatura en Gerontología el: Febrero 13, 2005 07:39 AM