El tiempo familiar fluye, transcurre casi invisible como un escenario,
aunque en determinados momentos, el tiempo precipita, se presentifica,
siendo así la obra misma.
Lic. Mirta Ungierowicz
Directora de Cohabitam
Hotel Asistido
Publicado por Mayores en Movimiento
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Esto generalmente coincide con el fin de una etapa y el comienzo de la
otra: nacimientos, comienzo de la escolaridad, casamientos, viudez.
Etapas todas ellas, vividas con sentimientos contradictorios y ambiguos,
tristezas, alegrías, esperanzas y temores se mezclan en distintas dosis.
La vejez no escapa a este impacto.
Cada familia y cada individuo la procesarán según su historia y perfil
personal.
Esto resulta más sencillo en aquellas familias cuyos intercambios
verbales, emocionales y materiales están reguladas por las diferencias
entre cada uno de sus integrantes.
Están ejercitadas en el arte de escucharse, atendiendo a las necesidades
y deseos de cada uno, así como a evaluar su reserva de respuestas,
eligiendo la más apropiada.
Frente a la vejez de los padres, cada familia armará entre todos su
mejor opción posible. No hay recetas! No hay respuestas ideales!
Una elección no es buena o mala per se. Ni la asistencia en la casa ni
la búsqueda de una institución con determinadas características, ni la
concurrencia a un centro diurno, puede desgajarse de las variables en
juego. No es fácil llegar a una buena resolución, esto resulta de un
proceso.
Por ello recomendamos tomar en cuenta estas sugerencias:
* Comunicarse fluidamente entre todos los miembros de la familia,
que la vejez no se convierta en un tema tabú, “de esto no se habla”.
* Tomar conciencia que el tiempo transcurre para todos los
integrantes de una familia, y que los sentimientos de duelo, con lo que
implican, están presentes en cada uno. Hay que hacerles lugar para
evitar su expresión a través de otras sintomatologías (por ejemplo:
insomnio, ansiedad, depresión, etc)
* Saber pedir ayuda profesional. Hoy son muchos los recursos con
los que se puede contar, como ser un diagnóstico situacional-familiar,
que contemple los aspectos físicos y psicológicos, que incluya niveles
de necesidades y recursos, que más allá de todo comprometa a la familia
en el proceso de decidir.
El constante ejercicio en pos de comunicarse mejor, intrafamiliarmente,
aceptando y alentando las diferencias, es una tarea que podríamos
empezar a practicar ya hoy!
Constituye un desafío para los adultos de hoy, futuros viejos del
mañana, pensar y anticipar sus propios proyectos, como modo de poder
hacerse cargo en el futuro de sus propias decisiones, naturalmente
acompañados y sostenidos afectivamente por sus familias!