Gerontología - Universidad Maimónides

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Julio 29, 2006

Estereotipos negativos que afectan la memoria

Resultados de un estudio de psicólogos de EE.UU.

Aceptar la idea de que la vejez la altera lleva a sufrir olvidos

La Nación Ciencia/Salud
Sábado 29 de Julio de 2006

NUEVA YORK.- Resignarse al avance de la vejez puede producir aquellas fallas mentales que muchas personas temen que se presenten en sus años dorados.

En un reciente estudio publicado en la última edición de la revista Social Cognition, psicólogos reportaron que hombres y mujeres en los últimos años de la edad media tienen resultados inferiores en los test de memoria cuando se les dice que están participando de un estudio que incluye a personas de más de 70 años.

Ser incluidos en un grupo de mayor edad -un recordatorio indirecto del vínculo entre la edad y la disminución de la memoria- fue suficiente como para afectar su desempeño, especialmente en aquellos más preocupados por envejecer, concluyeron los autores del estudio.

Los investigadores hablan de este autoboicot como un efecto estereotípico, que ya ha sido documentado en muchos grupos. En otros estudios, las mujeres han obtenido peores resultados en exámenes de matemáticas después de leer que a los hombres les iba mejor en esas pruebas. De modo similar, hombres occidentales obtuvieron resultados inferiores cuando se les dijo que estaban compitiendo contra estudiantes asiáticos.

A las personas mayores de 65 años también les va mal en los test de memoria cuando se les recuerda el vínculo entre la edad y el declive mental. El estudio, financiado por el Instituto Nacional del Envejecimiento, de los Estados Unidos, es el primero en mostrar este efecto de modo tan claro y en un grupo fronterizo, dijeron los expertos, para quienes edad media no es juventud, pero tampoco es ser "mayor".

"Este estudio es una buena extensión de trabajos previos realizados en este grupo etario intermedio -dijo Becca Levy, profesora de psicología de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Yale-. Los hallazgos muestran cómo las imágenes negativas sobre la vejez en la televisión o en los chistes que refuerzan los estereotipos negativos pueden afectar el desempeño incluso antes de alcanzar la edad de jubilarse."

Cómo fue el estudio

Los investigadores reclutaron a 85 hombres y mujeres de entre 48 y 62 años, y los dividieron en tres grupos. A los del primero les dijeron que competiría en tests de memoria con personas mayores de 70 años, mientras que a los del segundo se les dijo que competirían con personas de 20 años. A los del tercer grupo no se les dijo que competirían.

Todos recibieron tests de memoria estándar, en los que debían estudiar una lista de 30 palabras y después escribir la mayor cantidad que pudieran recordar. Aquellos que creían competir con personas de menor edad obtuvieron buenos resultados, mientras que los que creían competir con personas mayores tuvieron peores resultados.

Ser incluido en un grupo de mayor edad aparentemente es suficiente como para provocar una aceptación inconsciente del estereotipo de que la edad avanzada afecta la memoria. Y los tests lo reflejan.

Por Benedict Carey
De The New York Times

http://www.lanacion.com.ar/cienciasalud/nota.asp?nota_id=827175

Lanzan un nuevo medicamento para la hiperplasia prostática

Afecta al 75% de los mayores de 65 años

Presenta menos efectos adversos

El dutasteride es una droga emparentada con el finasteride, que se emplea actualmente para tratar esta afección Tiene un menor impacto negativo sobre la vida sexual de la persona

La Nación Ciencia/Salud
Sábado 29 de Julio de 2006

Un nuevo medicamento para la hiperplasia prostática benigna -llamado dutasteride- acaba de ser lanzado en la Argentina, ampliando las posibilidades de tratamiento de los varones que la padecen. Este trastorno se caracteriza por un excesivo crecimiento de la próstata, que, al obstruir la uretra, ocasiona diversos problemas miccionales.

¿Qué tan frecuente es en la Argentina? "El 75% de los mayores de 65 años que acudieron al Hospital de Clínicas durante la Semana de la Próstata [en la que se realizaban los estudios para diagnosticarla en forma gratuita] tenía hiperplasia prostática benigna, y de ellos el 57% tenía los síntomas que señalan la necesidad de indicar un tratamiento", comentó a LA NACION el doctor Edgardo Becher, médico del Servicio de Urología del citado hospital.

Aunque en algunos casos el tratamiento es quirúrgico, la mayoría de los pacientes puede ser tratado en forma farmacológica. "El medicamento que actualmente se utiliza -el finasteride- es muy efectivo, pero en el 20% de los casos produce una disminución del deseo sexual que llevaba a suspender el tratamiento", dijo el doctor Becher.

"Los estudios realizados con el dutasteride muestran un mejor perfil de seguridad que el finasteride. Aunque no hay estudios comparativos entre ambas drogas, los realizados con el dutasteride sugieren que tendrá menos efectos adversos sobre la esfera sexual que el finasteride", comentó el urólogo que participó de los estudios clínicos de la nueva droga, que en parte se realizaron en la Argentina.

Ambos medicamentos actúan sobre la enzima que convierte a la hormona masculina testosterona en dihidrotestosterona, que es la responsable directa del agrandamiento de la próstata. Los estudios que avalan la utilidad clínica del dutasteride muestran que es capaz de reducir hasta en un 90% los niveles de dihidrotestosterona.

"Esto permite una reducción de por lo menos el 20% del volumen prostático, aunque en algunos casos llega al 50% -indicó Becher-. Pero esto no necesariamente implica la mejoría clínica del paciente, por lo que a veces es necesario combinar este tipo de medicamentos (finasteride, dutasteride) con otros llamados alfabloqueantes."

Esta otra familia de medicamentos actúa sobre los músculos que se encuentran en la salida de la vejiga, relajándolos y facilitando así la micción.

Síntomas miccionales

El doctor Becher aclara que no todas las personas que padecen hiperplasia prostática benigna requieren tratamiento.

"El tratamiento, ya sea farmacológico o quirúrgico, se reserva para los pacientes que presentan síntomas asociados a este trastorno, que son aquellos en los que la próstata está causando la obstrucción de la uretra", apuntó este profesor de urología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

¿Cuáles son los síntomas más frecuentes? "Disminución de la fuerza miccional, aumento de la frecuencia nocturna, sensación de vaciado vesical incompleto, goteo postmiccional, urgencia miccional son algunos de sus síntomas", enumeró el especialista, que agregó que alrededor de la mitad de las personas con hiperplasia prostática benigna padece estos síntomas.

En definitiva, concluyó, "es el médico urólogo el que debe evaluar si la persona requiere un tratamiento, y cuál".

Sebastián A. Ríos

http://www.lanacion.com.ar/cienciasalud/nota.asp?nota_id=827174

5ta. Reunión Científica SAGG

Miércoles 2 de agosto de 2006 - 21.00 hs.
Asociación Médica Argentina - Av. Santa Fe 1171

Mesa Redonda:
"Tratamiento de la Enfermedad de Parkinson"
Coordinadora: Prof. Dra. Margarita Murgieri

Panelistas:
Dr. Gonzalo GÓMEZ ARÉVALO
Lic. José CORDERI
Prof. Dra. Margarita MURGIERI

Temario: Presentación a cargo de la Prof. Dra. Margarita Murgieri
Tratamiento Farmacológico: Dr. Gonzalo GÓMEZ ARÉVALO
Kinesioterapia: Lic. José CORDERI
Aspectos Geriátricos: Prof. Dra. Margarita MURGIERI
Discusión y Cierre

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INFORMES: de lunes a viernes de 14.00 a 20.00 horas
San Luis 2538 - Capital Federal
4961-0070 y líneas rotativas
info@sagg.org.ar - difusion@sagg.org.ar

Julio 27, 2006

El nivel social bajo acelera el envejecimiento

Las personas con dificultades económicas tienen 7 años menos de vida que las demás

Un estudio británico ha descubierto que el estrés al que se ven sometidas las mujeres de las clases más pobres deriva en un envejecimiento acelerado, de origen genético. El desgaste de una parte del ADN que se encarga de regular el buen estado de las células tiene su origen en los sobreesfuerzos y en el estrés que producen las dificultades. Este desgaste puede llegar a producir una diferencia de siete años de vida entre mujeres de la misma edad.

Por Marta Morales.

El envejecimiento biológico humano no depende sólo de nuestra buena salud, sino también de nuestro estatus social, señala un estudio realizado por un equipo de la unidad de Twin Research and Genetic Epidemiology (de investigación de gemelos y epidemiología genética) del St Thoma's Hospital de Londres, liderados por el profesor Tim Spector.

Una esperanza de vida más corta está asociada a un nivel socio económico bajo, señala el estudio, que concluye que las personas que pertenecen a las clases populares envejecen más deprisa que aquéllas cuyo estatus social es más alto: la diferencia es de siete años con respecto a las personas de las clases más favorecidas.

En el estudio, los científicos analizaron a 1.552 gemelas británicas de edades comprendidas entre los 18 y los 75 años, que provenían de clases sociales distintas. Además de realizar un cuestionario acerca de la ocupación, la educación, los sueldos, el tabaco, el ejercicio físico, la talla y el peso de las participantes, a las gemelas investigadas también se les tomaron muestras de sangre para la extracción de su ADN, que se investigó.

La observación genética se centró particularmente en los llamados telómeros, es decir, los extremos de los cromosomas. Estas regiones de ADN son muy repetitivas y tienen la función de estabilizar estructuralmente a los cromosomas en la división celular y en el tiempo de vida de las estirpes celulares, entre otras funciones.

El desgaste en ellos (la reducción de su longitud) podría ser un indicador biológico del envejecimiento humano, señalan los investigadores en un artículo publicado en la revista Aging Cell.

De hecho, se pudo comprobar que los telómeros de las mujeres que pertenecían a clases sociales más bajas eran significativamente más cortos que los de las mujeres de clase alta.

El estrés, origen del mal

Los científicos constataron que existía una diferencia biológica de siete años entre las mujeres de una u otra clase social que tenían la misma edad. Esta diferencia no puede explicarse sólo por cuestiones como la educación, la higiene, el tabaco o la obesidad, sino que, según los investigadores, podría ser originada por el estrés, que provocaría el envejecimiento de las células.

La inseguridad laboral, más frecuente en medios populares, así como una auto-estima más baja o una sobrecarga de trabajo, podrían llevar a un esfuerzo que afectara al cuerpo hasta el punto de envejecerlo “prematuramente”.

También se descubrió que aquellas mujeres de clase alta que habían “descendido” de estatus al casarse con alguien de clase más baja, también sufrían un envejecimiento acelerado, lo que refuerza la hipótesis de que una vida difícil, con problemas económicos de los que carecen las clases altas, puede afectar a esta parte de los genes responsable de nuestro envejecimiento.

Este descubrimiento puede explicar asimismo la gran diferencia en la ratio de muertes entre las diversas clases sociales, ratio que no puede explicarse completamente sólo por los estilos de vida y los excesos que se hagan. La clase social y nuestra calidad de vida afectan no sólo al desarrollo o no de determinadas enfermedades: de hecho puede propiciar nuestro envejecimiento.

Siempre los genes

El equipo británico liderado por Tim Spector ha realizado en el pasado otros importantes descubrimientos. Por ejemplo, en 2004 publicaron un artículo en el que señalaban que el sentido del humor no es una cualidad intrínseca, sino algo que se aprende por la educación y la cultura.

Asimismo, han encontrado que los factores genéticos tienen un papel importante en los desórdenes del sueño, como los ronquidos severos y sacudidas involuntarias de piernas.
Este descubrimiento se basa en un estudio realizado con casi 2.000 parejas de gemelas.

Para este equipo, la infidelidad de la pareja es asimismo de origen genético, ya que según otro estudio, si entre dos hermanas mellizas, una tiene una historia de infidelidad, el porcentaje de que la segunda también sea infiel es superior al 55%. En general, se estima que el 23% de las mujeres no son fieles.

Otra investigación realizada por Tim Spector señala que los fumadores y los obesos se vuelven más viejos con mayor rapidez que las personas delgadas y no fumadoras. En este trabajo se obtuvieron evidencias, también a través de los telomeros, acerca de cómo y de cuánto envejecen a nivel molecular los individuos que fuman y padecen de obesidad.

La música tendría asimismo un origen genético, según otra investigación de este equipo británico. Otros estudios con gemelos han mostrado asimismo que en el caso del dolor de espalda el factor más importante está en los genes: la posibilidad de heredar un problema discal llega hasta un 74%. Los factores genéticos suponen más del 50% de la variación en las posibilidades de sufrir dolor lumbar, según este estudio.

jueves 27 Julio 2006
Marta Morales
Fuente
http://www.tendencias21.net

Julio 25, 2006

La búsqueda de la verdad debe estar guiada por la ética

eugenia_lustig.jpgEugenia Sacerdote de Lustig

A los 95 años, la investigadora presenta hoy un libro autobiográfico

"Mi historia no ha sido tan fácil", dice, a los 95 años, la doctora Eugenia Sacerdote de Lustig, investigadora emérita del Conicet y de la UBA, pionera de la técnica del cultivo de tejidos en el país, que introdujo en 1943, e iniciadora en el Instituto Roffo del área de investigación básica en oncología.

La Nación
Martes 25 de Julio de 2006

Hoy, a las 19, en el templo de la comunidad Amijai, Arribeños 2355, se presentará su libro autobiográfico, "De los Alpes al Río de la Plata", que ella escribió como recuerdos para sus nietos pero que una amiga, sin consultárselo, estimó oportuno publicar en la editorial Leviatán, porque pensó que podía ser un testimonio enriquecedor y de interés para el público.

La doctora Lustig sonríe mucho, enfoca los problemas de su vida con buen humor y no deja de encontrar un lado positivo a las dificultades. Está casi ciega, pero no se nota, por la facilidad con que se mueve en su soleado departamento de Belgrano. "Cuando quiero leer alguna nota científica sobre biología o medicina, tengo amigas que vienen a leérmela", dice.

Además, dispone de una máquina que reproduce oralmente escritos que le sean compatibles por su idioma y su tipografía. Y cada mes recibe de Italia un libro grabado en CD, de una biblioteca para ciegos, que tiene 10.000 volúmenes. "Tengo para elegir", comenta, sonriente.

Un Nobel en la familia

Está actualizada en todo. Cada domingo la llama por teléfono de Roma su prima Rita Levi Montalicini, premio Nobel de Medicina 1987, que es un año mayor que ella y aún sigue dirigiendo un instituto de investigaciones sobre el cerebro y preside una fundación para mujeres de Africa.

Eugenia y Rita estudiaron juntas medicina; en 1930, fueron dos de las cuatro mujeres que ingresaron para cursar esa carrera en la Universidad de Turín, entre 500 estudiantes. Y como el liceo femenino que habían cursado no preparaba para la Universidad, para poder ingresar tuvieron que dedicar entre 12 y 14 horas diarias durante un año a estudiar materias que no habían visto: latín, griego, matemática, física. "Nunca estudié tanto en mi vida", afirma, 75 años después.

"El país de la abundancia"

Se graduó de médica con las máximas calificaciones. Y tuvo que dar el examen de Estado, que habilitaba para ejercer, en la Universidad de Parma. La dejaron dos horas a solas con un enfermo, apenas con un análisis de sangre y una radiografía, y ella debió dar el diagnóstico y dictaminar el tratamiento adecuado. "Por suerte, salí muy bien gracias al enfermo, que era muy inteligente y me ayudó muchísimo", dice con sencillez.

Se casó y tuvo una hija, Livia, pero no pudo ejercer: en 1938 le sacaron el carné de médica por ser judía, tras las leyes raciales de Mussolini, que "antes de aliarse con Hitler no había demostrado ese nivel de antisemitismo". Su marido, Maurizio, trabajaba en Pirelli. La firma decidió mandarlo a la Argentina, donde pensaba establecer una fundición de cobre. Llegaron a Buenos Aires el 25 de julio de 1939. "Nos parecía estar viviendo en el país de la abundancia porque veíamos en los tachos de basura pedazos enteros de pan y de carne." Pero a los pocos días al marido lo enviaron a Brasil, y ella se quedó varios meses acá, sola, sin conocer el idioma.

Finalmente, pudo unirse a su marido en Brasil. Luego volvieron a la Argentina, pero aquí a Eugenia Sacerdote no le reconocieron el título de médica, ni siquiera la escuela primaria, por lo que empezó a dar exámenes de historia argentina. Hasta que nació su segundo hijo, Leonardo, y no pudo seguir.

Como había trabajado en cultivo de células vivas en el laboratorio del profesor Giuseppe Levi, en Turín, se acercó a la cátedra de Histología de la UBA, donde la dejaron trabajar. "Nadie había visto aquí células vivas, ésta fue mi suerte -dice, con humildad-. Naturalmente, no me pagaban nada. Pero había un fondo para reponer el material de vidrio del laboratorio que se rompiera. Y si no se rompía, me daban un pequeño sueldo. Lógicamente, yo cuidaba que nadie rompiera nada."

Profesora en la UBA

Luego, el director del Instituto de Medicina Experimental, hoy Roffo, la invitó a ir a trabajar allá, con células cancerosas, en 1947. Y en 1954, estando a cargo del Instituto de Virología del Instituto Malbrán, el Ministerio de Salud Pública la convocó para encarar la epidemia de poliomielitis. "Yo estaba en continuo peligro de contagio", reconoce. La enviaron a Estados Unidos y a Canadá para estudiar la vacuna Salk. Al volver aquí, lo primero que hizo fue vacunar a sus propios hijos y decirlo públicamente, por lo que muchos se animaron a vacunar a los suyos.

En 1958, el rector de la UBA, Risieri Frondizi, le permitió presentarse a concurso, aunque su título fuera italiano, y ganó la cátedra de Biología Celular. Bernardo Houssay la llamó al Conicet en 1960 y permaneció en la carrera de investigador hasta el año 2000. A la cátedra renunció en 1966, cuando Onganía intervino las universidades. La noche que la policía entró en Ciencias Exactas, se salvó de los golpes que sufrieron otros profesores porque había salido a hablar por teléfono a su casa para avisar que iba a llegar tarde.

Eugenia Sacerdote formó a muchos jóvenes investigadores y piensa, modestamente, que de todo lo que sembró algunas semillas dieron su fruto. "Agradezco a la Argentina, que me recibió en un momento tan sombrío de la historia del Viejo Continente y me permitió desarrollar con pasión mi actividad científica -dice-. Creo que la ciencia, en la búsqueda de la verdad, nos ha enseñado mucho; esta búsqueda que siempre debe estar guiada por la ética".

Por Jorge Rouillon
De la Redacción de LA NACION

http://www.lanacion.com.ar/cultura/nota.asp?nota_id=826015

Julio 24, 2006

Diagnosticar el Alzheimer por una simple prueba ocular

A medida que envejece la población van aumentando el número de pacientes que sufren enfermedades degenerativas como la enfermedad de Alzheimer. Este tipo de demencia, el más común en los países occidentales, es difícil de diagnosticar y puede confundirse con demencias similares producidas por otras causas.

Hasta ahora el único método de diagnostico fiable consistía en el análisis del tejido cerebral del paciente tras su muerte. Esto es un problema a la hora de definir los mejores tratamientos para un paciente o analizar la eficacia de medicamentos experimentales. Buscando mejorar esta situación el doctor Lee Goldstein y su equipo hay desarrollado un nuevo método no invasivo y aparentemente efectivo de diagnostico basado en el análisis del cristalino.

Uno de los síntomas de la enfermedad es la acumulación de la proteína amiloide en diferentes partes del cuerpo. En el cristalino pueden producirse cataratas , inducidas por esta acumulación, lo que las convierte en un indicador “externo” a los problemas que se ocultan el cerebro del paciente. Utilizando un láser estos científicos han logrado medir con precisión la opacidad del cristalino incluso antes de que el paciente lo note y sea consciente del problema.

Todavía son necesarias muchas investigaciones para determinar la relación exacta entre el nivel de opacidad del cristalino y el grado de desarrollo de la demencia en los pacientes. Aun así es un avance interesente para luchar contra una enfermedad que, debido al constante envejecimiento de la población, se esta convirtiendo en un problema de salud pública cada vez mas importante.

Más Información
http://news.bbc.co.uk/2/hi/health/5198602.stm

Crece el consumo de drogas entre los mayores de 40 años

TENDENCIAS | ADVERTENCIA DE ORGANISMOS PUBLICOS Y PRIVADOS SOBRE UN FENOMENO INEDITO EN EL PAIS

Dicen que cada vez hay más adictos en tratamiento. La mayoría abusa de psicofármacos —estimulantes y tranquilizantes—, sobre todo las mujeres. También aumentó el consumo de cocaína y marihuana.

Georgina Elustondo

24.07.2006 | Clarin.com | Sociedad

Desde hace al menos veinte años, las drogas son uno de los fantasmas que más desvelan a los padres de niños, adolescentes y jóvenes, considerados los más vulnerables ante la creciente amenaza de la adicción. Las últimas estadísticas, sin embargo, revelan que la droga no discrimina edades a la hora de sumar clientes. Por estos días, es entre los mayores de 40 años donde se advierte un incremento en el consumo de drogas legales e ilegales inédito en el país.

"No advertí que tenía un problema hasta que el médico me detectó una arritmia y me preguntó si había cambiado alguno de mis hábitos. Me seguía desde siempre y se desconcertó, jamás había surgido en mis controles anuales", cuenta Mabel, que un año después aún no olvida la cara del clínico cuando escuchó que "empezó tomando algo para dormir" y terminó recurriendo a las pastillas "para salir a la calle, para poder trabajar, para llegar de humor a la cena, para todo". Así, de a poco, sin darse cuenta, llegó a tomar un blister entero de ansiolíticos en cuestión de horas.

La historia de Mabel, de 48 años, está lejos de ser excepcional. Arquitecta, divorciada y madre de dos nenas, es apenas uno de los tantos casos que encarnan una tendencia que preocupa a organismos e instituciones vinculadas a la problemática de las adicciones: desde el 2001, y con la crisis socioeconómica como principal desencadenante, los adictos de más 40 años no hicieron más que multiplicarse, año tras año.

"Creció notablemente el consumo de psicofármacos, sobre todo en el caso de las mujeres. La gente toma de manera abusiva estimulantes y tranquilizantes. También aumentó el consumo de cocaína, marihuana y alcohol, aunque en una proporción menor", revela Diego Alvarez, al frente del Observatorio Argentino de Drogas de la Secretaría para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha Contra el Narcotráfico.

"Hace unos años, la consulta de adictos de más de 40 era nula. Hoy, el 18% de los pacientes se encuentra dentro de esa franja", dice José Rshaid, director de Casa de Sur, una ONG con 14 centros abocados a la asistencia y la prevención de las adicciones.

También allí los psicofármacos se llevan las palmas entre los mayores. El cuadro suele repetirse casi idéntico: primero, una pastilla que alguien ofrece para aliviar un mal día, para dormir mejor o sobrellevar la angustia de una fea noticia; en breve, el cuerpo que se acostumbra, el umbral que se corre y la persona que aumenta la dosis y/o las pastillas para lograr el mismo efecto que antes; el final: la toma compulsiva, producto de una adicción que pocas veces se reconoce como tal.

"Antes, los adictos de más de 40 eran pocos y llegaban por consumo de alcohol. Hoy, 3 de cada 10 pertenecen a esa franja, y el 70% ingresa por otras drogas. Muchos son adictos desde su juventud", dice Cristian Laclau, de la Fundación Manantiales.

También en la Subsecretaría de Atención a las Adicciones bonaerense registran la tendencia: los adictos de más de 40 en tratamiento treparon del 8 al 14% desde el 2003. "Creció mucho la consulta, sobre todo de adictos al alcohol. Creo que tiene que ver con el trabajo que venimos haciendo de plantear el alcoholismo como una adicción. La mayoría son alcohólicos de larga data que empiezan a asumir que tienen un problema", dice la subsecretaria Patricia Segovia.

En la mayoría de los casos, son los propios hijos los que internan a sus padres. "Papá es alcohólico desde muy joven, pero nunca fue agresivo. Este año murió su mujer, se desmoronó y no tuvo otra que ponerse en nuestras manos. Lo fui a buscar a Bariloche, donde vivía, lo traje a Capital y lo interné. El período de desintoxicación fue terrible, pero lo estoy conociendo por primera vez —dice Laura, 25 años, instructora de yoga—. Siempre sentí vergüenza, lo odiaba. Pero ahora entiendo que está enfermo, lo veo como a una persona. Nunca pensé que haría algo por él, lo daba por perdido y, por el contrario, lo recuperé".

La mitad de la vida es, de por sí, una etapa difícil. La famosa crisis de los 40 no es mito. "Es un momento bisagra, que desencadena reflexiones y cuestionamientos duros de sobrellevar —dice Rshaid—. A su vez, los adultos tienen hoy mayores niveles de angustia que hace 20 años, cuando la gente llegaba a los 50 con las cosas bastante resueltas. Hoy lo hacen con mucha incertidumbre, y la droga, para algunos, asoma como un refugio o una manera de tapar agujeros".

Si bien la crisis del 2001 es considerada el principal desencadenante, otros factores influyen. "El alto consumo de psicofármacos está relacionado con el estrés y la sobreexigencia que sufren algunos sectores, sobre todo medios y altos. Se da mucho en profesionales y ejecutivos", apunta José Granero, titular de la Sedronar. "Nos preocupa la venta sin receta y el uso indebido de medicamentos. Los datos son tan alarmantes que vino un organismo de la ONU a investigar".

"El consumo indebido de psicofármacos está instalado —dice Cecilia Arizaga, investigadora—. Vivimos en una cultura que promueve la automedicación. En ese marco, crece el consumo de remedios que no son para curar sino para estar a la altura de la performance que exige la sociedad, y es grave: no hay percepción del riesgo que eso supone".

http://www.clarin.com/diario/2006/07/24/sociedad/s-02601.htm

Los argentinos saben poco sobre la diabetes

Es una enfermedad que padecen unos 4 millones de personas en la Argentina

Para prevenir una enfermedad, hay que conocerla. Sin embargo, los primeros resultados de una encuesta nacional sobre cuánto saben los argentinos sobre la diabetes explicarían por qué cuesta controlar un mal que padecen unos cuatro millones de argentinos, el 50% de los cuales lo desconoce.

La Nación
Lunes 24 de Julio de 2006

Afirmaciones como que la diabetes es contagiosa, que aparece por comer dulces o alergia al azúcar, que sólo la sufren los adultos o que se puede tener "un poco" de la enfermedad no siempre fueron reconocidas como falsas entre las 10.000 personas consultadas ya en siete ciudades del país.

"Hay grandes vacíos informativos sobre la diabetes, aunque la población general conoce que es una enfermedad que compromete la calidad de vida, que puede darse en cualquier etapa de la vida y que sus consecuencias incluyen el deterioro de órganos y modifican la funcionalidad biopsicosocial, también desconoce las causas, la prevención y el tratamiento", concluyen los responsables de la Primera Campaña Nacional de Concientización en Diabetes.

Organizada por la Federación Argentina de Diabetes (FAD), una entidad sin fines de lucro que agrupa a más de 138 asociaciones de ayuda al paciente diabético en el país, la iniciativa aspira a dibujar un mapa argentino de conocimientos básicos y desterrar los mitos que aún prevalecen sobre el origen, los síntomas y el tratamiento.

En la ciudad de San Luis, por ejemplo, el 42% de las 619 personas encuestadas, de 8 a 87 años, afirma que la diabetes se origina por comer dulces. Sin embargo, el 98% sabe que es un mal con un patrón hereditario.

Para el 86%, una persona puede tener "un poco" de diabetes, mientras que el 71% asegura que las personas que se inyectan insulina sufren "diabetes grave", al igual que el 51% de las 97 personas en la ciudad cordobesa de San Francisco, el 46% de los 254 encuestados en Río Gallegos (Santa Cruz), el 65% de los 725 bonaerenses que participaron, o el 66,5% de 1806 transeúntes que hace dos semanas pasaron por la esquina del Cabildo, en la ciudad de Córdoba.

"La diabetes tipo II, erróneamente, parecería que no es tan grave porque la persona no debe aplicarse inyecciones y con el tiempo es peor", comentó a LA NACION la doctora Marcela Deveaux-De la Plaza, vicepresidenta de la FAD, sobre los primeros resultados de la campaña.

Esa falsa asociación entre la gravedad de la diabetes tipo I, o insulinodependiente, y de la tipo II lleva a que muchos pacientes que no necesitan de la insulina pasen los primeros 20 años mal tratados y lleguen al consultorio de un especialista con una lesión grave en el pie, los riñones o la vista, según indicó la experta.

Entre los resultados positivos del mapa argentino sobre mitos y verdades de la diabetes, que se presentará en el IV Congreso Federal para Personas con Diabetes (informes: www.fad.org.ar ), figura que esa alteración metabólica que aumenta el nivel del azúcar en la sangre no es contagiosa, sino hereditaria (tal como aseguró entre el 98 y el 100% de los encuestados), y que la falta de control de la enfermedad produce complicaciones como la ceguera y las lesiones graves en los pies, las piernas, el corazón y los riñones.

"Estos primeros resultados indican claramente que la diabetes es una enfermedad que se respeta, pero que a la vez se conoce poco", resumió De la Plaza.

Miseria educativa

La sorpresa frente a los resultados también alcanzó a la coordinadora general de la campaña. "Casi me muero de un infarto al ver los resultados porque la ley nacional de protección del diabético habla de educación diabetológica y la miseria educativa que hay en el país sobre una epidemia que afecta al 8% de los argentinos es difícil de aceptar", señaló la licenciada Nydia Farhat, presidenta de la Nueva Asociación Civil para la Prevención y la Educación en Diabetes, de Río Cuarto y alrededores (Córdoba), donde viven unos 16.000 diabéticos.

En la ciudad de Buenos Aires, donde existe un mayor acceso a la información, el 67,5% de los 3962 encuestados, de 11 a 87 años, está convencido de que se puede tener "un poco" de diabetes, mientras que siete de cada 10 desconocen que una mujer puede desarrollar la enfermedad durante el embarazo (diabetes gestacional) y sólo la cuarta parte de los consultados sabe que se inyectan insulina quienes tienen el tipo I de la enfermedad.

Para Farhat, "si dejamos que permanezca silenciosa o ignorada, la próxima epidemia no será la diabetes en sí, sino las complicaciones que hoy se pueden evitar, retrasar y hasta revertir".

Por Fabiola Czubaj
De la Redacción de LA NACION

http://www.lanacion.com.ar/cienciasalud/nota.asp?nota_id=825808

Julio 23, 2006

Horacio Coppola: los ojos del siglo

horacio_coppola.JPGCámara en mano, trajo al país las vanguardias de Europa y fotografió Buenos Aires como nadie. Días antes de su cumpleaños número 100, recibió a la Revista y recordó su historia

La Nación Revista
Domingo 23 de julio de 2006

Casi todo el siglo XX pasó ante sus ojos, empujado por el vértigo y la fugacidad de muchos instantes eternizados en una imagen. Tal vez mucho de lo que vivió se le escurra hoy, como arena entre los dedos, en la profundidad de su memoria centenaria. Pero su historia y sus vivencias se filtran en las imágenes que tomó con su Leica, testigos de un mundo que ya no está pero del que sus fotos dan testimonio.
Su obra torrencial se entroniza en el punto más alto de la fotografía moderna argentina junto con los registros de Annemarie Heinrich; su ex esposa, Grete Stern y Anatole Saderman, entre otros fotógrafos de exquisita sensibilidad que abrieron las ventanas de las vanguardias en los prósperos años 30 para que por allí se colara la modernidad y la experimentación visual.
La mesa del té está servida en su departamento de la calle Esmeralda. Y, como en sus imágenes, todo está como detenido en el tiempo. En el piano de cola de su querida Raquel Palomeque, su segunda esposa, fallecida dos años atrás, se apila su obra inmensa, recogida en media docena de libros que descansan cerca de un retrato suyo tomado en el veneciano puente de Rialto.
Custodiado por libros de filosofía alemana, literatura francesa, arte universal y la más variada prosa argentina recopilada en primeras ediciones, el ejemplar de Evaristo Carriego dedicado por su autor, Jorge Luis Borges, dispara sus recuerdos mientras compartimos el té junto a su hijastro Carlos Peralta Ramos, su fiel galerista, Jorge Mara y su colega y amigo, Daniel Merle.
Horacio Coppola se acomoda ágil en su sillón preferido; sabe que en tan sólo ocho días más, el lunes 31 de julio, el calendario le recordará su cumpleaños número 100 y que tres días después esa Buenos Aires a la que tanto retrató en sus incansables peregrinajes urbanos le dedicará en el Malba el primero de los muchos homenajes que celebrarán su legado (ver recuadro).
El ardid para reconstruir su historia no puede ser otro que el mostrarle sus fotos. "Cada una de ellas tiene su historia", asegura con su voz dulce, la mirada de niño grande que enternece cada vez que nos regala una sonrisa hospitalaria. Abre el libro sobre Carriego y allí aparece la esquina de Jean Jaurés y otra toma palermitana, de Paraguay al 2600, elegidas por Borges para recrear la semblanza del poeta que le hizo dar el mal paso a la costurerita.
Cuatro años después de la aparición de Fervor de Buenos Aires, Coppola trajinó con Borges la ciudad de calles empedradas y charcos estancados. Sobre uno de esos pequeños espejos de agua, se proyectó la silueta de una casa típica de Palermo. El ojo avizor de Cóppola recogió esa "poesía" en una instantánea. Borges, al verla, no dudó: "Esto es Buenos Aires", dijo. Y con esa síntesis tan certera, el fotógrafo tomó prestada la frase de su amigo para titular su foto.Tuvo el privilegio de que los mayores intelectuales y artistas del siglo XX –Alfredo Guttero, Xul Solar, Leopoldo Marechal, Victoria Ocampo, Ezequiel Martínez Estrada, Jorge Romero Brest– le regalaran su amistad y sus confidencias.
"Caminar por Buenos Aires era una forma de conversar y una manera de cultivar la amistad –confiesa Coppola–. Veíamos la ciudad como un paisaje escurridizo en el que había que estar atento a sus personajes, a los objetos fortuitos en los que si uno sabe mirar encuentra mil formas insólitas. Mi primera aventura fue descubrir las perspectivas geométricas, las simetrías y sombras que dibujaban las siluetas negras de hombres de espaldas, aferrados a sus periódicos sin que se les moviera el sombrero. La Leica siempre lista, colgada al cuello. Cuando bajaba el sol, tomábamos la calle Corrientes a la altura de Once y llegábamos hasta Chacarita unas cuantas horas después."
En uno de esos recorridos, con palabras en neocriollo, Xul Solar le confió sus cuitas. "Si sacó una rosa roja y comenzó a comer sus pétalos, hoy ya no lo recuerdo –concede–, pero si así lo consigné en mi autobiografía debe ser cierto."Carlos Peralta Ramos, que se turna con su hermana Raquelita para cuidarlo, le acerca de improviso un tesoro: la Leica que compró especialmente en Alemania en 1938, y que guarda en un armario junto a su profuso archivo de negativos y fotos vintage, resguardadas en un añejo álbum que tiene el valor de un relicario. "¿Esta es la mía?", pregunta sorprendido, y la explora con entusiasmo. Mira por el visor, pero no dispara: "Hace tanto que no saco –se queja–. ¿ No está cargada, no?"
Tras un silencio prodiga una sonrisa como preámbulo de una revelación inesperada: "Fue mi hermano Armando, dentista y 20 años mayor que yo, el que me enseñó en mis comienzos todo cuanto supe sobre fotografía".La confesión anima a que entre todos los presentes se reconstruya el derrotero que lo convirtió en el cronista de la ciudad y en un poeta visual del siglo XX.
El menor de seis hermanos en una familia de origen genovés que gozó de un muy buen pasar gracias a que su padre poseía una fábrica de máquinas a vapor, Coppola pasó por la Facultad de Derecho y se convenció de que lo suyo no eran las leyes, sino el poder registrar el gran espectáculo que le ofrecía la vida.Las conferencias en Amigos de Arte, sobre todo aquella de Le Corbusier acerca de "La mirada de las casas tradicionales de Buenos Aires como formas abstractas", fueron el eje teórico a partir del cual surgirían sus modernas visiones de los barrios porteños: un encuadre original que sacaba provecho de las perspectivas y los puntos de fuga y acentuaba las líneas y ángulos geométricos en fachadas, aceras y balcones.
Viajó por primera vez a Europa en 1930. Si bien su interés primero había sido el cine (en 1929 fue el fundador y presidente del primer Cine Club del país) la visión del húngaro Laszlo Moholi-Nagy y del germano Albert Renger-Pätzsch, factótum de la Nueva Objetividad en fotografía, redireccionaron su camino estético. En Italia, Alemania y Francia estudió la luz y los encuadres. Supo capturar los climas, ambientes y personajes de la Europa de entreguerras, en el que se destaca su célebre registro de los hierros curvos del balcón de la Municipalidad de San Gimignano; ejercicio de contrastes arquitectónicos que continuó a su regreso en Buenos Aires.
Pero los estímulos del Viejo Continente lo siguieron atrayendo y en 1932 regresó a Alemania, entonces inmersa en la paradoja de la expansión vanguardista en el arte y del frenético avance nazi. Llegó a inscribirse en la Bauhaus berlinesa, tomó clases con Walter Peterhans y allí conoció a Grete Stern antes de que la escuela fuera cerrada definitivamente en 1933 por el nacionalsocialismo. Grete ya estaba empapada en las aventuras de la vanguardia, pero ante la amenaza nazi se instala en Londres. Coppola, en cambio, viaja a París, donde Christian Zervos, el director de Cashiers d´Art, le encarga su primer libro fotográfico: L´Art de la Mesopotamie. Para ello fotografía el acervo de arte sumerio del Louvre y del British Museum. Al volumen lo presenta con elogios en Londres el escultor Henry Moore a partir de un extenso análisis que escribe para la revista The Listener. También por gestiones de Zervos, Coppola se interna en los ateliers parisinos de Marc Chagall y de Joan Miró, cuyos retratos se publican en París.Ya casado con Grete, se reparte entre la capital gala y la británica. En Francia documenta y filma la región de La Ardéche, la campiña entre Lyon y Marsella, y en las afueras de Londres produce su primer documental: Un domingo en Hampstead Heath, sus primeros pasos como cineasta.
Pero vuelve. "Buenos Aires decide retenerme junto con Grete y nuestros hijos Silvia y Andrés: Victoria Ocampo nos ofrece la redacción de Sur para la primera exposición conjunta que realizamos con Grete", recuerda Coppola. Tras el éxito de la muestra, llega el encargo del intendente Mariano de Vedia y Mitre: registrar Buenos Aires cuando transita por el cuarto centenario de su fundación. El libro Buenos Aires, 1936. Visión fotográfica, con prólogo y comentarios de Alberto Prebisch, contará con varias reediciones. El volumen pasó a formar parte de una memoria visual mítica de la fotografía, a la altura de Paris de nuit de Brassï; del Stockholm, de Andreas Feininger o de los perfiles londinenses de Bill Brandt.
Siguen años de experimentación que alcanzan su punto más alto en la creación del Grupo Imagena, que preside y forma junto con un centenar de artistas. Las noches de bohemia y tertulias en Buenos Aires se alternan con viajes y exposiciones por el mundo.Sus últimas retrospectivas –la que le dedicó el Bellas Artes en 1992, y luego el IVAM, en Valencia – profundizaron la gravitación que sus fotos tienen hoy en el mundo.
De pronto, fatigado por una visita que resultó más extensa de lo esperado, Coppola junta fuerzas para expresar el que ha sido el principio irrenunciable de su labor: "He vivido en un estado de permanente contemplación; esa es una de las razones de mi existencia y sobre todo, de mi felicidad".
Hoy el mundo festeja esos ojos.
Agenda
Festejos y muestras

Buenos Aires se rinde a los pies de Coppola. La primera muestra para festejar su centenario la inaugurará el Malba el 3 del mes próximo. El 7, Juan Manuel Bonet brindará una conferencia sobre su obra en el museo de Palermo Chico y se proyectarán sus cuatro cortometrajes.

Con fecha por definir, el Ministerio de Cultura de la Ciudad hilvanará un recorrido por las esquinas de Buenos Aires que Coppola retrató. La Galería Jorge Mara, por su parte, prepara una muestra para septiembre. Y ese mismo mes, Ediciones Larivière editará un volumen con las imágenes de Coppola en un contrapunto con los registros contemporáneos de la ciudad capturados por Facundo de Zubiría.

Cien años de prodigios
Por Juan Manuel Bonet (*)
Rodeado del cariño de los suyos y del reconocimiento de su ciudad natal, Horacio Coppola, un grande de la fotografía universal, cumple 100 años fecundísimos. "Lo he hecho todo con entusiasmo", me decía el pasado mes de abril.
Descubrí la obra de Horacio Coppola hace unos once años, en una librería de viejo madrileña, donde encontré Buenos Aires 1936. "He descubierto al Brassaï de Buenos Aires", les conté maravillado a los amigos. Poco después, yo llegaba a la dirección del IVAM, el museo valenciano de arte moderno. En la programación heredada había una muestra de los Sueños psicoanalíticos de Grete Stern. "El año que viene, tu papá", le dije a Silvia Coppola, hija de ambos.
Diez años después de aquella muestra, El Buenos Aires de Horacio Coppola, estoy poniendo en pie, para la editorial madrileña Documenta –que prevé coediciones con otras de otros países– una monografía sobre el gran fotógrafo.
Azoteas, esquinas rosadas, carromatos, anuncios, cables eléctricos, barcos de La Boca, trabajadores y "flâneurs": todo es registrado por la cámara del primer Coppola, con una mirada de notario y a la vez de poeta, que se fija en un mundo antiguo, el mismo que queda fijado por siempre en las páginas del primer Fervor de Buenos Aires, o en ciertos dibujos de Norah Borges.
En el libro también recopilo imágenes más tardías: su fotovisión de La Plata, sus retratos –entre ellos, el de Alejandra Pizarnik–, un viaje brasileño en pos del Aleijadinho o esa serena instantánea de la Plaza San Martín…
Todo lo ha hecho el gran Horacio Coppola con entusiasmo, y ahora ese mismo sentimiento nos embarga a nosotros, sus espectadores. Tanto sus conciudadanos como quienes, para rendirle homenaje, vendremos de lejos, y una vez más, inevitablemente, veremos la metrópoli austral a través de sus ojos.
* Ex director del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) y del Museo Reina Sofia. Tiene en preparación el libro Buenos Aires, metrópolis moderna, sobrela obra de Horacio Coppola.

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