El Parkinson también afecta a los menores de 40 años
“En un momento dado empecé a notar que mis movimientos eran cada vez más lentos. Mientras caminaba, sentía una sensación de que algo en el pecho me golpeaba y me decía ‘caminá más lento’.
Infobae.com
Viernes 27 de Octubre de 2006
A raíz de esas sensaciones, realicé la consulta con el médico que me dijo, muy seguro, ‘señora, usted tiene Parkinson. Tenga en cuenta que es importante que no se guarde nada y exprese todo lo que tiene adentro’. Esas palabras me quedaron grabadas porque asumir una enfermedad es muy difícil. Es muy cruel saberse enfermo teniendo por delante proyectos que realizar”, afirmó Nilda, recordando el momento en que el mal de Parkinson, una enfermedad que en la Argentina afecta aproximadamente a 55 mil personas, comenzó a ser parte de su vida.
Cuando se menciona el Parkinson, inmediatamente viene a la mente la imagen de los temblores, sin embargo, este cuadro que fue descripto hace 200 años, es mucho más que eso, ya que se trata de una condición crónica y progresiva que condiciona profundamente la calidad de vida.
“Hace algunos años, el Parkinson tenía diagnóstico de muerte, es decir, que quienes lo padecían fallecían entre siete y ocho años después de conocerse la enfermedad. Afortunadamente actualmente eso ya no sucede, porque existen diversas herramientas terapéuticas que permiten tratar esta condición.
No obstante, lo más importante es cuidar y preservar la calidad de vida del paciente para evitar el desarrollo de un cuadro depresivo”, expresó, en diálogo con Pro-Salud News, Marcelo Estegui, médico neurólogo especialista en Parkinson, miembro de la Sociedad Neurológica Argentina (SNA).
Generalmente caracterizada como una enfermedad de adultos mayores, el mal de Parkinson también puede afectar a personas jóvenes. De acuerdo con los especialistas, teniendo en cuenta esas variaciones, es posible establecer cuatro diferentes tipos de pacientes.
En primera instancia, se encuentran los pacientes más frecuentes que son aquellos de entre 60 y 62 años.
En segundo lugar se presenta el grupo denominado “de aparición tardía”, dado que la enfermedad se manifiesta después de los 65 años, mientras que el tercer estadío corresponde al Parkinson “de comienzo temprano” en el cual los pacientes tienen entre 40 y 50 años.
Finalmente, la caracterización “juvenil” engloba a las personas que manifiestan los primeros síntomas antes de la cuarta década.
“En los casos de desarrollo temprano, que corresponden al cinco por ciento de los pacientes, es más fácil identificar un gen causante, es decir, que la enfermedad podría ser atribuida a causas genéticas. Sin embargo, para los pacientes mayores de 60 años aún no se han hallado genes responsables, debido a que hay muchos que todavía no fueron descubiertos.
A causa de ese vacío y a pesar de que no se conoce la causa exacta del Parkison, se sospecha que es una combinación de factores genéticos y ambientales”, indicó José Antonio Bueri, médico neurólogo especialista en Parkinson, integrante del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Austral.
Primeros síntomas
Hace aproximadamente 20 años, se descubrió que la región del cerebro denominada “sustancia nigra” es la responsable del desarrollo del mal del Parkinson, cuyas primeras manifestaciones son físicas.
“El Parkinson tradicional, el que comienza a los 60 años, empieza a mostrarse a través de la rigidez, generalmente de un solo lado del cuerpo. Luego, en forma progresiva, se van sumando otros síntomas como el temblor y el enlentecimiento de los movimientos.
Por lo general, la primera consulta no es con el neurólogo, salvo que las manifestaciones iniciales sean del lado dominante, es decir que una persona zurda, por ejemplo, comience a notar que su mano izquierda tiembla.
En esos casos, el paciente se da cuenta más rápido y suele recurrir al especialista”, detalló Marcelo Estegui, también integrante de la Sociedad Europea de Neurología (ENS, según sus siglas en inglés).
Por su parte, el doctor Bueri postuló: “Los síntomas son variables pero muchas veces comienza con el temblor en una mano en reposo, acompañado por la torpeza manual, la dificultad y lentitud para realizar movimientos finos como abrocharse un botón o bajarse de un auto, y la pérdida de expresión facial. Otra de las claves es el empequeñecimiento de la escritura”.
Tratamientos
El abordaje del mal de Parkinson cuenta con diversas variables entre las que se encuentran el tratamiento alopático, la kinesiología y las intervenciones quirúrgicas, en tanto en el futuro, se espera que a partir de la conservación de células madres sea posible prevenir y combatir la enfermedad.
Consultado acerca de las principales terapéuticas, Estegui enumeró: “Una de las opciones para el tratamiento quirúrgico son las operaciones que ayudan a que el cerebro pueda fabricar dopamina, una sustancia que los enfermos de Parkinson no producen.
También hay otras intervenciones más fisicológicas, aunque también complicadas que generan estimulación eléctrica.
En Argentina se realizan ambas desde la década del 90 y, luego de 16 años de experiencia, es posible afirmar que si bien no son curativas, ambas logran resultados sustentables en el tiempo”.
“Con tratamiento de por medio, alopático, homeopático, kinesiológico y realizando natación, logré cambiar de camino para así tratar de sobrellevar la enfermedad de mejor forma. También me ayudó participar de grupos de autoayuda en los cuales aprendí a conocer a Mr. Parkinson, así como también los tratamientos y las actitudes de mis compañeros. Yo soy una persona muy activa que no soporta quedarse quieta y entonces tuve que buscar una manera de adaptarme a mi enfermedad y hacer algo por mí y por el prójimo”, comentó Nilda.
“Una manera de asumir el Parkinson es aceptar día a día las limitaciones que nos propone. También es importante conocerlo e informarse para poder tener una mejor calidad de vida. Pero lo fundamental es no negar la enfermedad y no engañarse a uno mismo”, concluyó Nilda.
Contención e información
Procurando la difusión de la enfermedad y sus características principales, la Asociación Civil Enfermedad de Parkinson (ACEPAR), entidad presidida por la señora Sarah Sidoti, se encuentra organizando las 5º Jornadas Nacionales de Parkinson, que tendrán lugar los días 25 y 26 de noviembre en el Hotel Colón de la Ciudad de Buenos Aires.
“Mi esposo, Juan, comenzó con síntomas cuyo origen era muy difícil de determinar, razón por la cual, después de un largo tiempo le diagnosticaron Parkinson. A partir de ese momento, sabiendo que se trataba de una enfermedad crónica, ambos pensamos en la posibilidad de organizar un grupo de autoayuda. La más necesitada era yo que, como esposa, no podía entender qué estaba sucediendo. Después de 37 años de casados, comenzábamos a vivir cambios que se traducían en una alteración en nuestra relación. Por eso decidimos tomar contacto con amigos, los co-fundadores, para realizar una primera reunión en nuestra casa el martes 15 de Julio de 1997”, contó Sarah, con visible emoción.
En cuanto al trabajo cotidiano, la señora Sidoti postuló: “Desde ACEPAR trabajamos sin apoyo oficial, manteniéndonos sólo con la cuota social para asesorar y brindar apoyo e información. En caso de que no encontremos profesionales para atender a quienes se acercan a la institución, los derivamos al Hospital Ramos Mejía en el cual funciona el Centro Municipal de Parkinson que trabaja con especialistas de gran formación profesional. Hasta ahora, el mayor problema que tenemos, por falta de información e imposibilidad de comunicarnos, es en el interior del país”
Para anotarse en las jornadas, cuyos cupos son limitados, como así también para obtener información y conocer los derechos de las personas con Parkinson, comunicarse con ACEPAR al (011) 4393-9433 y 4582-4598 o por mail a las direcciones info@parkinsonargentina.org.ar y parkinson@fibertel.com.ar
Fuente: Pro-Salud News