Recientemente, un nuevo estudio se suma a la larga lista de investigaciones que, a lo largo de los años, han procurado determinar los efectos de la contaminación en el organismo.

Los puntos finales del relevamiento, que contó con la participación de 65 mil mujeres y estuvo encabezado por el doctor Joel Kaufman de la Universidad de Washington en Estados Unidos, son concluyentes al afirmar que las mujeres postmenopáusicas que viven en grandes ciudades presentan, como consecuencia de la exposición constante a partículas contaminantes, mayores probabilidades de sufrir afecciones cardíacas y accidentes cerebrovasculares, en comparación con las habitantes de ciudades pequeñas y con menores niveles de polución.

“Al realizar la investigación, encontramos que en las grandes urbes el riesgo de padecer eventos cardiovasculares, y de morir como consecuencia de ellos, es mayor. Las cifras varían de acuerdo con los diferentes lugares y al nivel de contaminación que éstos presenten”, aseguró el doctor Kaufman en las conclusiones generales de la experiencia, que forman parte de la presente edición de la publicación New England Journal of Medicine.

Para los especialistas argentinos, la asociación entre la contaminación ambiental y la posibilidad de sufrir afecciones cardíacas aún no es tan concluyente. Un exponente de esta tendencia es el doctor Eduardo Esteban, médico cardiólogo, integrante del Consejo de epidemiología y prevención cardiovascular de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC), quién expresó a Pro-Salud News: “Que yo conozca, no hay una relación puntual o directa entre la polución y las afecciones cardíacas o cerebrovasculares. Hasta el momento no había tenido conocimiento de trabajos de tanta magnitud que ahondaran sobre esta temática. De cualquier manera, la contaminación es un tema que concierne a todas las poblaciones, en especial a la de las ciudades más grandes”.

Detalles del estudio
Con el objetivo de establecer por primera vez las principales causas de fallecimiento asociadas a la contaminación en las grandes ciudades, el equipo de profesionales analizó datos de 65 mil mujeres de aproximadamente 50 años a lo largo de 36 ciudades de Estados Unidos.

Cabe destacar que las involucradas se encontraban atravesando la etapa postmenopáusica y, al comenzar la investigación en el año 1994, no contaban con antecedentes cardiovasculares.

Para controlar y medir el nivel de exposición a sustancias contaminantes se utilizaron monitores colocados en las entradas de los hogares de las mujeres y se estableció un parámetro: cada vez que la concentración de sustancias tóxicas medida en microgramos por metro cúbico de aire aumenta un diez por ciento, el riesgo de padecer una afección cardiovascular se incrementa en un 76 por ciento.

Si bien la razón por la cual el aumento de sustancias representa un perjuicio no fue establecida puntualmente, los especialistas indican que probablemente se deba a la inflamación de las células sanguíneas y los pulmones, condición que favorece la acumulación de grasa y la aterosclerosis.

Entre los principales contaminantes, se encuentran el ácido sulfúrico y el monóxido de carbono así como también otros gases emanados como consecuencia, por ejemplo, de la quema de árboles y de combustibles fósiles.

“El estudio sirvió para expandir nuestro conocimiento acerca de cómo las partículas de aire contaminado afectan nuestra salud. Si bien esto se conocía previamente, ahora es posible contar con más detalles acerca de la magnitud del problema”, señalaron, en una declaración conjunta, los responsables del hallazgo.

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