Marketineros y fabricantes ya comenzaron a ocuparse de los mayores. Ahora que el grupo etario que más crece es el de la gente de más de 80 años, olvidan su obsesión con la juventud y atienden las realidades de una población cada vez más vieja.
Revista Mercado
Hoy, 35 millones de estadounidenses tienen 65 años o más. El número se duplicará en poco más de 30 años gracias a los 70 millones de baby boomers, cuyos representantes más viejos ya están en los 50. En realidad, gran parte del mundo desarrollado está envejeciendo, a medida que la gente vive más y las tasas de natalidad declinan. Japón pronto tendrá menos de dos adultos en actividad para sostener a un jubilado (hoy trabajan cinco por cada jubilado). El número de italianos de más de 65 años aumentará 15% en los próximos 12 años mientras que la tasa de natalidad se contraerá 30%. Alemania y Francia presentan situaciones semejantes.
o Los marketineros redoblarán sus esfuerzos por llegar a los ciudadanos viejos que tienen más salud y más dinero que las generaciones anteriores. En publicidad, las imágenes de ancianos reflejarán más justamente una heterogénea población de ancianos: muchas razas, muchos intereses, muchos niveles de bienestar emocional y físico. (Y, por qué no, también se los puede ir a buscar en la Internet. La gente de más de 50 constituye el segmento de usuarios Web de mayor crecimiento, y tan inclinado a comprar online como cualquier otro grupo).
o La persistente escasez de mano de obra obligará a los empleadores a ajustar la estructura organizacional para acomodar trabajadores de diferentes generaciones. Esto llevará a una nueva apreciación de lo que los más viejos aportan al trabajo: lealtad, flexibilidad y un tesoro de conocimiento acumulado y experiencia. Lo que es más, muchos de los viejos de mañana no podrán darse el lujo de la jubilación, y querrán seguir viviendo vidas productivas prolongando sus carreras o iniciando nuevas.
o Las comunidades de retirados cambiarán de aspecto para reflejar una nueva clase de residentes, más activos y más independientes. Los colegios de los pueblos, siempre ricos en estimulación cultural e intelectual, están brotando con campos de retiro. Nuevos modelos de viviendas para ancianos y hasta comunidades con atención personal y médica y viviendas preparadas para impedidos o personas con dificultades físicas. Las ciudades están haciendo esfuerzos por ser más confortables para los ancianos, para que puedan continuar viviendo en las casas que ya conocen y quieren, en lugar de verse obligados a retirarse a lugares especiales.
o Los productos y servicios para el consumo se volverán más accesibles a la gente que ya no se mueve como antes, o que tiene problemas de visión y oye menos. Comparativamente tendrán más salud que antes, pero a la larga el tiempo deja su marca en la mayoría de los cuerpos. Aparatos que se activan con una orden verbal, libros con letra grande y ropa cómoda y fácil de mantener, son algunas de las respuestas para esta tendencia.
También aquí surgen oportunidades:
o Centros de salud que atiendan especialmente a los pacientes de más edad y medios económicos.
o Servicios personales, incluyendo mantenimiento del hogar, diligencias y cuidado del césped.
o Nuevas formas de viviendas para gente de más edad.
o Talleres de computación e Internet y materiales educativos.
o Guías de turismo.
o Productos contra el envejecimiento.
o Formas de compra y entrega de productos que faciliten la vida del anciano.
La población que está entrando en la tercera edad obligará a casi todos los negocios a repensar sus productos, servicios y marketing. Las empresas crearán "empleos puente" para ayudar a que los empleados hagan la transición hacia la jubilación en forma gradual. Se acentuará el debate sobre el derecho a morir a medida que crece el número de los que confrontan su propia mortalidad.
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