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Enigma EPOC

Según la OMS, padecen el mal pulmonar más de 600 millones de personas en el planeta. En la Argentina, la sufren millones, pero muchos desconocen su situación. Qué es y cómo se trata. Los especialistas responden.

Revista Nueva

EPOC”, escuchó Roberto y recuerda haberse sentido confundido por esa sigla que le resultó ajena. Por más de 20 años, Roberto fumó a razón de 15 cigarrillos por día. Por ello, a sus 54 años, se encuentra dentro del 75% de los enfermos de EPOC que se quedan sin aliento con sólo subir una escalera y no pueden caminar a la velocidad promedio de cualquier individuo. Más importante aún: es uno de los tres millones de argentinos que padecen este mal poco conocido.

“EPOC significa Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica. Se caracteriza por la presencia de obstrucción crónica y poco reversible al flujo aéreo causada, fundamentalmente, por una respuesta inflamatoria anómala a ciertas partículas nocivas o a gases, aunque el principal factor de riesgo es el humo del tabaco. Es un proceso lentamente progresivo”, introduce Edgardo Rhodius, Jefe de Neumonología del Hospital Alemán, director asociado de la carrera de Médicos Neumonólogos de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y especialista del Colegio Americano de Médicos del Tórax. Ricardo Jorge Gené, Jefe de Neumonología del Hospital de Clínicas y Profesor Adjunto de Medicina Interna de la UBA, agrega: “Obedece a alteraciones estructurales en la pared de los bronquios –bronquitis crónica–, y en el pulmón, donde hay ruptura de las fibras elásticas –enfisema–. Esto lleva al cierre de la vía aérea y dificultad para respirar. La capacidad pulmonar merma, así como el estado físico”.

Las cifras del fenómeno son impactantes: en la actualidad, la EPOC es la quinta causa de muerte en el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 660 millones de personas la padecen en todo el planeta (provoca la muerte de 250 personas por hora). Y los especialistas estiman que, en el 2020, se transformará en la tercera causa de muerte a nivel mundial (detrás de las enfermedades cardíacas y el accidente cerebrovascular).

“Desde principios a fines de los 90, la mortalidad en argentina por EPOC aumentó un 113%. Habitualmente afecta de un 20 a un 25% de aquellas personas que fuman más de 15 o 20 cigarrillos por día, durante más de 20 años. El 90% de los pacientes son fumadores”, explica Rhodius. La estadística arroja que uno de cada cinco fumadores muere habiendo contraído EPOC. En grupos mayores de 65 a 70 años, la probabilidad de adquirirla es mayor.

¿Cuáles son las otras causas de la enfermedad? “Algunas están relacionadas con un pasado asmático. Aunque es imperioso aclarar que todo asma no termina siendo EPOC –advierte Gené–. También influyen la polución atmosférica y contaminantes ambientales, como pueden ser los industriales, o la inhalación de humo de madera, donde se cocina a leña. Por último, hay un factor genético de manera tal que no todos los que fuman desarrollan EPOC. Otros casos son los hijos de padres fumadores que se convierten en fumadores pasivos y están predispuestos a padecer bronquitis crónica de adultos”.

[Cuando algo no anda bien]
Durante tres meses consecutivos y dos años seguidos, Roberto tuvo tos y expectoración. Más tarde, sintió la falta de aire progresiva (disnea) y una opresión en el pecho al caminar rápido. Los consideró signos normales por ser fumador, luego se enteró de que eran los primeros síntomas de la EPOC. “La gente que fuma suele tener catarro, y eso no es percibido como una anormalidad. Pero se confunde lo habitual con lo normal. Es habitual que tenga flema, pero no es normal. No se consulta al médico por esto, sino cuando se tiene dificultad para respirar. Y allí la persona ya está bastante enferma, y sus valores funcionales están reducidos a un 50%”, admite Gené. Tendencia a sufrir resfriados de pecho, respiración sibilante, pérdida de peso importante, hinchazón en las piernas y la sensación de ahogo al realizar actividades diarias como bañarse, vestirse o preparar la comida, son señales de alerta cuando alguien fumó 10 años o estuvo expuesto a partículas o a gases nocivos.

Pero uno de los mayores inconvenientes que acarrea la EPOC es que constituye una enfermedad subdiagnosticada. Daniel Colodenco, Jefe de Alergia e Inmunología del Hospital María Ferrer y Coordinador de la Sección Obstructiva dela Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR), informa que, en el mundo, el 80% de los pacientes desconocen su condición. “Al no diagnosticarla, es como que ‘no existe’, en consecuencia no se trata… y habría que empezar a tomar conciencia”, aconseja.

La imposibilidad de detectar precozmente la EPOC es un gran tema de preocupación. “Para que el paciente manifieste síntomas, se necesita, desde el punto de vista fisiológico, más de un 50% de obstrucción al flujo aéreo. Generalmente, la consulta es tardía”, manifiesta Rhodius. Si bien la enfermedad suele dar indicios cuando ya está muy avanzada (sobre todo en pacientes mayores a 65 años), los especialistas coinciden en que no se le atribuye la relevancia debida a la espirometría, un estudio simple que ayuda a detectar la EPOC.

[Combatir el mal]
Por año, la EPOC –que tiende a progresar– provoca más muertes que el cáncer de pulmón y de mama juntos. Sin embargo, Gené y Colodenco asienten en que la enfermedad es prevenible. “La espirometría debería ser considerado un estudio de rutina a partir de los 40 años –tanto para los fumadores como para los que ya dejaron el vicio, ya que también pueden padecer EPOC–. Es una prueba respiratoria muy sencilla que determina si existe limitación en el pasaje de aire a los pulmones, o sea la obstrucción de los bronquios. De esta manera, se diagnostica y se trata consecuentemente para prevenir la progresión de la enfermedad y mejorar muchísimas de sus aristas”, comenta Rhodius. El análisis también es útil para predecir la tolerancia al ejercicio y evaluar el riesgo quirúrgico, no así la calidad de vida del paciente.

Por otro lado, la EPOC puede acarrear alteraciones extrarrespiratorias. “Es una enfermedad que favorece el desarrollo de otras: cardiovasculares –infartos e hipertensión arterial– o cáncer de pulmón”, aporta Colodenco. Además, el paciente con EPOC tiene más posibilidades de tener diabetes y osteoporosis que el que no la contrajo.

¿La enfermedad es más frecuente en hombres que en mujeres? Colodenco derriba el mito: “Afecta a ambos. Hace 25 años, era predominantemente una enfermedad de varones de edad avanzada. Hoy, la mortalidad en mujeres aumentó con respecto a los hombres. En los últimos 20 años, el porcentaje subió un 138% para ellas, y un 30% para ellos. El cáncer de pulmón pasó a ser más importante que el de mama”.

[Una luz en el horizonte]
Así como es prevenible, la otra buena nueva con respecto a la EPOC es que su tratamiento puede mejorar la calidad de vida y reducir el riesgo de muerte en un 17.5%. “El tratamiento debe ser multidisciplinario; deben trabajar especialistas en el aparato respiratorio, kinesiólogos, nutricionistasa y psiquiatras”, afirma Gené. Y prosigue: “El primer paso es la cesación tabáquica. El deterioro puede enlentecerse de manera significativa. El futuro de una persona de 45 años que tiene EPOC y deja de fumar es totalmente diferente del que lo tiene a los 60 y sigue con el hábito. El segundo paso es la administración de fármacos que disminuyan la tasa de exacerbaciones, que es cuando, por algún motivo, la enfermedad se agudiza”.

El ejercicio es una de las claves en la rehabilitación pulmonar. Rhodius detalla el entrenamiento combinado de brazos y piernas que mejoran la calidad de vida, la disnea y disminuyen las internaciones. “Durante dos meses, se llevan a cabo tres sesiones por semana, de hora y media de duración. Después continúan en el domicilio pruebas a la capacidad física del paciente con la intención de alcanzar una mejoría significativa en su andar diario; esto es caminar más de 54 m en 6 minutos. Hay que tratar de que el enfermo logre la mayor independencia posible”, amplia.
A su vez, los nutricionistas cumplen un rol principal en esta fase, ya que el enfermo de EPOC debe tener un peso ideal. “Tienden a adelgazar, pierden masa y fuerza muscular, y cada vez salen menos de sus casas. Allí comienza un círculo vicioso de encierro que puede llevar a la depresión”, destaca Gené. El dato no es menor: el 40% de los pacientes sufren de baja autoestima, ansiedad y aislamiento social debido a las limitaciones que la dolencia les impone.

[El mejor remedio: la conciencia]
Dejar de fumar, evitar la exposición a partículas irritantes en el aire, vacunarse anualmente contra la gripe (además de recibir una vacuna antineumónica cada seis años), visitar al médico ante cualquier infección en las vías respiratorias y hacer ejercicio. Todas son opciones excluyentes para prevenir, tratar o detener a la EPOC. Pero a su vez, los especialistas subrayan la importancia de educar al paciente y a su familia sobre este mal que causa estragos en el mundo. ¿Lo fundamental? Concientizar e informarse. Esas dos parecen ser las palabras que combaten al enigma EPOC.

TORCH
“Hacia una revolución en el tratamiento de la EPOC” (TORCH en inglés), fue el primer gran estudio en enfermedades respiratorias que evaluó a más de 6 mil pacientes -entre 40 y 80 años- de 42 países, incluida la Argentina. “Se averiguó el impacto que tenían en los pacientes los fármacos selmeterol y propionato de flucticasona. Se dividieron a los enfermos en cuatro grupos: dos, recibieron una sola de las drogas cada uno; otro, una combinación de los dos; y el restante, un placebo”, explica Colodenco, uno de los investigadores principales que participaron de TORCH. Los resultados fueron favorables a la unión de las drogas. Se redujo el 17.5% el riesgo de muerte de los afectados y se logró disminuir un 25% las exacerbaciones. “En el último caso es un gran avance ya que éstas generan el aumento de los síntomas. En asma, la agudización se resuelve; en EPOC, el enfermo cae un escalón; corre riesgo de muerte. Por eso, esta investigación es una gran noticia para apuntar a una notable mejoría en la calidad de vida y en la función pulmonar”, cierra Colodenco.

Consejos alimenticios
Durante el tratamiento de la EPOC hay que mantener una buena condición física, realizar ejercicios y seguir una dieta sana para aumentar la resistencia del organismo a las infecciones.
• Comer frutas, vegetales, lácteos, cereales, fibras y proteínas.
• Limitar la sal y bebidas con cafeína.
• Para evitar la distensión abdominal, no ingerir alimentos que provoquen meteorismo o sensación de pesadez.
• No consumir productos de escaso valor nutritivo.
• Si utiliza oxígeno, no dejar de hacerlo mientras se come ni inmediatamente después, ya que significa un aporte de energía para realizar el proceso digestivo.
• Es importante que el acto de comer se realice en un entorno relajado.


Más info:
www.respiramos.com
www.fisterra.com/guias2/
www.asmayepoc.com

http://www.revistanueva.com.ar/nota.php?numero=00824¬icia=3