Laura Marini y Rita Almaraz son dos "abuelas relatoras" que recorren las escuelas primarias de la Ciudad leyendo cuentos, poesías e historias para niños. Ellas mismas eligen los textos y la consigna es siempre la misma: que los libros se transformen en vehículos para promover la diversidad cultural entre los chicos.

Laura y Rita son jubiladas y la semana pasada llevaron sus lecturas por escuelas de Soldati Pompeya y La Boca: "Me gusta la complicidad que se genera con los chicos. Son inquietos y cuando pensás que no te están escuchando te sueltan una pregunta que te deja muda", cuenta Laura. Tiene 72 años, fue profesora de piano y ahora estudia teatro y hace gimnasia. Y buena parte de su tiempo libre lo dedica a recorrer escuelas junto a otras jubiladas. "Abuelas Relatoras" es un programa impulsado por el Ministerio de Educación porteño y el objetivo es generar que las abuelas de los alumnos continúen con las lecturas.

Participar de este programa fue para Rita como un regreso a sus raíces. Fue docente durante 50 años y, aunque está jubilada, demuestra que su pasión por las aulas está intacta. "Por un lado, me emocionó reencontrarme con los chicos, pero también me hizo bien sentir que podía volver a involucrarme en una actividad tan importante como la educación. No siempre tienen en cuenta nuestra experiencia de vida", dice.

El programa propone además actividades recreativas que buscan reforzar el significado de los textos. "Trabajamos con grados en los que también conviven chicos mayores de edad con otros en situación de calle, y la integración es total. No tienen nuestros prejuicios y eso tiene que ver justamente con la diversidad. La lectura quizá los ayude a mantenerla, aún siendo adultos", dice Rita.

http://www.clarin.com/diario/2007/05/06/laciudad/h-06601.htm