El informe, publicado ayer, explica que la tendencia hacia el descenso de la mortalidad y de la fertilidad impulsa una transición demográfica en favor de las edades más avanzadas y que, en consecuencia, el envejecimiento de la población mundial es inevitable.

En los países desarrollados -la Unión Europea, Islandia, Noruega, Suiza, Canadá, Estados Unidos, Japón y Nueva Zelanda, entre otros- sólo aumenta el número de personas mayores, mientras que disminuye el de niños y adultos en edad de trabajo. En cambio, en los países en desarrollo -los de América latina y del Caribe, Africa, Asia y el Pacífico-, la proporción de niños disminuye y los adultos trabajadores aumentan.

En los países con economías en transición -Albania, Bosnia, Bulgaria, Croacia, Serbia y Montenegro, entre otros-, la estructura de edad es generalmente más joven que la de los países desarrollados, pero significativamente más envejecida que la de los países en desarrollo.

Actualmente, los países desarrollados y las economías en transición representan el porcentaje más alto en la proporción de personas mayores (21%), en comparación con los países en desarrollo (8 por ciento). Según sostiene el reporte de las Naciones Unidas, el envejecimiento de la población en los países en desarrollo crecerá más rápidamente que el que se registró en los países desarrollados y en las economías en transición. Así, para 2050, el 79 por ciento de la población mayor de 60 años, cerca de 1600 millones de personas, vivirá en los países en desarrollo.

En la Argentina

La Argentina es el segundo país más envejecido de América, después del Uruguay, con cerca de cinco millones de personas por encima de los 60 años, es decir, el 13,4 % de la población, según explicó a LA NACION el médico geriatra y miembro de la Comisión Adultos Mayores de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Santiago Pszemiarower.

El 80% de esos cinco millones se concentra en la ciudad y en las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. "Sólo en la provincia de Buenos Aires está el 40 % de los mayores de todo el país", dijo el especialista. En la Capital, en tanto, de los casi tres millones de habitantes el 23% tiene más de 60 años.

Pszemiarower sostuvo que, en el país, la población de 60 años o más tiende a triplicarse, mientras que la población de 80 años o más se multiplicará por siete. "Parecería ser una moda que las parejas tienen un hijo entre los 35 y los 40 años", observó. Y añadió: "Para que haya un recambio generacional es necesario que las parejas tengan un promedio de tres niños. Por ahora, el número es inferior a 2,5".

Estimó que, con los bajos índices de natalidad y el aumento de la longevidad, en los próximos años la población joven de la Argentina no podrá producir alimentos ni elementos para las personas mayores. Por ello, dijo, es necesario tomar ciertas medidas para evitar esta situación: "Las personas mayores deben vivir en sus casas, con sus familias y acompañadas de personas capaces de cuidarlas", sostuvo Pszemiarower.

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