La violencia contra hombres y mujeres de más de 65 años
Hay conmoción en la ciudad y el conurbano; se organizan charlas preventivas
La Nación
Martes 3 de julio de 2007
Zunilda Russo, de 81 años, y su esposo, Natalio Averza, de 75, estaban descansando en su casa de City Bell cuando los sorprendió un ladrón que había entrado por la puerta de la cocina. Como no lo conformaban los 80 pesos que había encontrado en la casa, el delincuente tomó un martillo y los golpeó. Fue durante el feriado del 25 de Mayo. Zunilda falleció el 2 de junio. La agonía de Natalio duró doce días más.
Ellos fueron dos de los 39 jubilados que murieron al ser asaltados en el primer semestre del año, según el cómputo de los casos que tomaron estado público a través de la prensa de todo el país. Cada cuatro días y medio, una persona mayor de 65 años murió durante un robo.
De la proyección de las cifras, surge que este año el número de adultos mayores asesinados podría ser un 50% más que el último año, cuando 53 jubilados fueron muertos en asaltos.
"Es algo que no puede entenderse. En esta casa humilde, ¿qué cosa de valor podían tener?", se preguntó Mónica Sproviero, al tiempo que exhibía una foto de la casa de sus abuelos. Diez días después del doble crimen, la policía detuvo a un sospechoso.
En la mayoría de los hechos, las víctimas murieron por las palizas a las que fueron sometidas. En otros, su corazón no resistió al momento traumático del asalto.
Común denominador
Sea que los hechos hayan ocurrido en la Capital Federal, el Gran Buenos Aires o el interior del país, en todos hubo un común denominador: la violencia física que los delincuentes ejercieron sobre los mayores.
Marcial tiene 55 años y vive en Lomas del Mirador con su madre, Elsa, de 80. Hace dos semanas, ella fue salvajemente golpeada. Logró sobrevivir, pero quedó aterrorizada.
"Mi madre estaba leyendo un libro de cocina en mi casa, cuando, de repente, oyó un ruido y se encontró con un hombre que se había metido en el comedor y la amenazaba con el hacha que yo tengo en la parrilla. Le llamó la atención que fuera el mismo hombre que, 15 minutos antes, le había preguntado por un médico. El ladrón la amenazó y le dijo: «Calladita, que ahora vienen más». Entonces, el ladrón tomó un celular y llamó a un cómplice", relató Marcial.
Ellos viven en una zona donde los vecinos han hecho varios reclamos y solicitaron la instalación de una subcomisaría. "Acá, los ladrones se ensañaron con los abuelos. Saben que muchos de ellos viven solos; creen que cobran pensiones del exterior y los asaltan porque son los más débiles", explicó Martha Rodríguez, secretaria de la Red de Vecinos en Alerta, de Lomas del Mirador.
"El segundo ladrón comenzó a pegarle a mi madre. Con cada golpe, le gritaban: «¡Dame la plata, vieja de m...! Yo sé que vos tenés», y le seguían pegando. Orinaron en la cama y en la mesita de luz. Revolvieron toda la casa. Mi madre les dio todo lo que había en la casa, 900 pesos, pero los asaltantes no estaban conformes. Le pedían alhajas. Mi madre les dijo que todas las alhajas ya se las habían robado hacía un año", recordó Marcial.
Según ambos vecinos de Lomas del Mirador, los mismos ladrones serían los responsables de haber asaltado y golpeado a un jubilado de 73 años en la esquina de Salta y Dardo Rocha, y a la madre de un médico del barrio, en Moreno al 2600. Hasta el momento, no hubo ningún detenido.
Comienzo en Córdoba
La serie de asaltos que terminaron con sus víctimas muertas comenzó en enero en la ciudad de Córdoba, donde dos hermanas jubiladas fueron apuñaladas. En Mendoza, a Felisa Balado de Naranjo, de 80 años, la mataron para robarle la mercadería que había comprado en el supermercado. Dos ladrones que circulaban en una moto le arrebataron las bolsas y la arrastraron treinta metros.
El 22 de marzo último, Demetrio Arce, de 82 años, dueño de un colegio en la zona de Quilmes, fue asesinado delante de su esposa por dos delincuentes que lo siguieron en una moto desde el banco del cual había retirado dinero poco antes.
El hecho más reciente ocurrió en el partido de Exaltación de la Cruz, en el norte de Gran Buenos Aires. El miércoles, Marta Ramona Arévalo, de 68 años, fue asesinada a golpes en su casa, situada en Sucre 70, por un delincuente que le robó 800 pesos que tenía ocultos en una Biblia.
Tanto la Policía Federal como el Ministerio de Seguridad bonaerense realizaron charlas con los vecinos mayores de 65 años de barrios porteños y del Gran Buenos Aires para señalar las precauciones que se deben tomar para evitar los asaltos. En esos encuentros se repartieron folletos con recomendaciones, números de ayuda y explicaciones sobre modalidades, como el "cuento del tío".
Por ejemplo, en algunos partidos del conurbano existe la Red Vecinal de Asistencia y Ayuda al Abuelo Vulnerable. Francisco Delgobbo tiene 83 años y es el presidente del Centro Pensionados y Jubilados de Vicente López. Desde su casa, en Villa Martelli, donde vive desde hace 51 años, explicó a LA NACION parte del plan.
"Hay que reunir a los vecinos y lograr que todos se pasen sus teléfonos, que se conozcan. Sólo se necesita voluntad y una buena vecindad", sostuvo. El paso siguiente, en el que coinciden todos los participantes del plan, consiste en capacitar a los adultos mayores para que tomen distintos recaudos.
Pero esto puede no ser suficiente. El número de muertos en asaltos aumentó no porque las víctimas abrieran las puertas de sus casas a desconocidos, sino porque en muchos casos los delincuentes irrumpieron mientras los abuelos descansaban, como ocurrió con Zunilda y Natalio, en City Bell.
Por Gustavo Carabajal
De la Redacción de LA NACION
Con la colaboración de Ximena Linares Calvo
http://www.lanacion.com.ar/EdicionImpresa/informaciongeneral/nota.asp?nota_id=922544&pid=2804833&toi=5265