Gerontología - Universidad Maimónides

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"No estamos previniendo las afecciones cardíacas"

Lo afirmó el doctor Valentín Fuster

La Nación
Viernes 6 de julio de 2007

Cuando uno falla, y nosotros hemos fallado, hay que investigar. Es como empezar todo de nuevo", dijo el doctor Valentín Fuster, uno de los referentes actuales de la cardiología mundial, que disertó ayer en el XIII Congreso de la Sociedad Latinoamericana de Cardiología Intervencionista (Solaci 07), que concluye hoy en Buenos Aires. Fuster se refería a una asignatura pendiente de la cardiología: ya no tratar la enfermedad cardíaca, sino prevenirla.

Entre tantos avances médicos, tanta parafernalia tecnológica, la palabra de Fuster fue terminante: "Lo que estoy diciendo no va en contra ni de la intervención quirúrgica ni de la intervención no quirúrgica. El tratamiento médico ha evolucionado muchísimo y muy positivamente. Lo que digo es que tendría que bajar la incidencia de la enfermedad cardíaca y no está bajando".

"Se está posponiendo [su aparición], pero no la estamos previniendo", dijo, en diálogo con LA NACION, este ex presidente de la Asociación Americana del Corazón, de los Estados Unidos, y director de salud cardiovascular del Centro Médico Mount Sinai de Nueva York. "Creo que tenemos que empezar a pensar de otra manera", agregó.

-¿De qué otra manera?

-Primero, comprender cuáles son los mecanismos de defensa que el individuo tiene para mantener la salud. Esto para mí es el futuro. Porque si comprendemos esto e intentamos avanzar dando fuerza a los mecanismos de defensa que tenemos podremos entonces tal vez prevenir o posponer la enfermedad.

-¿Cuáles serían las intervenciones en prevención más efectivas?

-Mire, cuando uno falla, y hemos fallado, hay que investigar. Es como empezar de nuevo. Si me pregunta cómo vamos a abordar el problema -ya no de la prevención, que es una palabra que tiene una connotación negativa, sino de la promoción de la salud-, le puedo contar proyectos que nosotros tenemos, que son hipótesis.

Una, trabajar con niños, a una edad en que son receptivos. Que es la edad de los 3, 4 años a los 10, e intentar inculcarles que la salud es una prioridad. Esto es un estudio que estamos haciendo en Colombia, y luego vamos a ir a Brasil y tal vez volvamos a Nueva York para hacerlo. Es un estudio que estamos haciendo con Plaza Sésamo . Y es porque nos damos cuenta de que a esta edad es cuando más fácilmente se puede modelar la conducta del futuro.

El segundo proyecto que tenemos es en adultos. Los adultos no cambiamos. Solamente podemos cambiar si dentro de nuestra cultura (profesional, familiar, racial) nos encontramos en un ambiente que nos ayude a cambiar.

-No tiene que ver tanto con trabajar sobre la conducta individual...

-No. Si usted va a una casa donde todo el mundo es obeso, yo le aseguro que el gato y el perro también lo son. Hay una comunicabilidad [transmisibilidad]. Entonces la cuestión es cómo hacer lo contrario. Nosotros estamos en un proyecto en la isla de Granada, en el Caribe, donde en 10 a 15 años ha habido una entrada de la cultura occidental, de consumo, y estamos empezando a ver que la incidencia de hipertensión y diabetes hoy es la misma que existe en los Estados Unidos. Lo que estamos estudiando es cómo, en la población, se ayudan unos a otros, dentro de esta cultura. Y ésta es la única manera en que yo veo que podemos cambiar.

Pero hay un tercer mecanismo: la ley. A nadie le gusta que le digan lo que ha de hacer. Pero si no existiera la policía que lo para por la noche a uno para oler si hay alcohol o no en el coche, ¿verdad que habría muchos más accidentes? ¿Y ahora que se mete el gobierno de los Estados Unidos (Bloomberg en Nueva York) en los restaurantes y les obliga a cocinar con aceite que no sea aceite contaminado? Todo esto es ley.

Yo creo que nosotros nos movemos por ley, nos guste o no nos guste. Entonces creo que la lucha contra la empresa tabacalera, intentar entrar en la industria alimentaria, entrar en los restaurantes, intentar prohibir que se fume, etcétera, todo esto creo que es el tercer camino que hará que nos movamos en dirección a promocionar más la salud.

Por Sebastián A. Ríos
De la Redacción de LA NACION
http://www.lanacion.com.ar/EdicionImpresa/cienciasalud/nota.asp?nota_id=923311

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