China Zorrilla (85) y Carlos Perciavalle (66)
En el teatro son Adán y Eva, aquí hablan de la tercera edad, el dinero, la muerte, la informática. Botnia y visitas a las cárceles.
Por Liliana Morelli
"Mirá que Adán y Eva tan poco adecuados, yo tengo 100 años y él más de 60”, larga ella, descarnada, con su irresistible picardía. Él sonríe con indulgencia. Dama patricia que frecuentó otros andurriales, hincha de Nacional y de Boca, Concepción Zorrilla de San Martín -la China, a secas- está convencida de que no podría vivir sin rellenar la Claringrilla y sin los saltos de Flor, la yorkshire que pide pista para aterrizar en su falda. Carlos Perciavalle, una cruza explícita de carnalidad y actitud zen, medita, hace yoga y es vegetariano con la misma determinación con que hizo de su menú juvenil una oda al exceso. Probó todo y está de vuelta de todo, dichoso y colmado.
Cada noche, en tándem, arrancan aplausos de pié en la versión musical “El diario privado de Adán y Eva”, de Mark Twain, adaptado y dirigido por China, en el Teatro El Nacional. Esta versión sobre la Creación, la mirada inédita del primer hombre y la primera mujer sobre el otro, sobre sí mismos y sobre todo cuanto los rodea, destila ternura y emoción.
Noticias: Antes de levantarse el telón: ¿todavía sienten las manos frías, un agujero en el estómago, o eso es pura literatura?
China Zorrilla: En mi caso es literatura, cuando estoy cansada, con frío, bronca, preocupada o me siento vieja, pongo el pie en el escenario y se me pasa todo. Me atrevo a todo, soy una chica de 15.
Carlos Perciavalle: Para mí no es literatura, un segundo antes de entrar estoy temblando, no rezo el rosario, pero casi. Y cuando pongo el pie en el escenario, el derecho, siento que el ángel de la guarda me invade, me protege. Miro a China y la felicidad es total.
Noticias: Después de recibir aplausos de pie y ovaciones, ¿quedan cargados de energía, enchufados a 220 voltios?
Perciavalle: Es muy emocionante, y más en una obra como ésta, que tiene una reacción unánime, se ponen de pie como un resorte, y gritan, se secan las lágrimas...
Zorrilla: ¡Es la única profesión donde te aplauden! No lo hacen con un médico que acaba de operar un corazón y devolverle la vida a alguien. Lo malo es que te abuchean, siempre estamos en la cuerda floja.
Noticias: ¿Ser artista es vivir con una sobrecarga emocional?
Perciavalle: No sé si es una sobrecarga o la suerte de tener mucha sensibilidad y poder transmitir lo que se siente. Yo soy meditador y lucho contra el ego. Como me dijo Will Smith, el actor de “Men in black”, un negro divino, si tengo un fracaso trato de que no me llegue al corazón y si es un éxito, que no se suba a la cabeza.
Noticias: ¿La pulsión creativa disminuye o se exaspera con los años?
Zorrilla: Los años están en mi partida de nacimiento, yo no los siento. Al principio de “Camino a la meca” pensaba: qué cansadora esta obra, tan dramática, con tantos gritos, qué va a ser de mí..., y nada. Tenía la vida complicaba y descansaba con la función.
Perciavalle: Yo creo que con los años la creatividad aumenta, como la experiencia. Se decanta la pavada... (ríe)
Noticias: Pese a que la tercera edad tiene mala prensa, ¿el paso del tiempo es liberador, sacude mucha carga de la mochila?
Perciavalle: Caetano Veloso dijo: “Yo no me siento viejo, soy viejo”. Yo podía suponer e imaginar muchas cosas, pero ser de la tercera edad no se parece en nada a lo que creía. Te da más seguridad en algunas cosas, en otras te sentís dejado de lado. En esta sociedad ser joven es importante, lo cual no tiene ningún mérito: cualquiera es joven, pero a la tercera edad hay que llegar.
Zorrilla: Para mí, envejecer fundamentalmente es cambiar de gustos. Decís: “hoy no tengo programa, que feliz”, y tu casa se transforma en un safari: tengo libros, discos, la televisión, un sillón cómodo, la perra que salta para jugar, ¿qué más puedo pedir? Antes decía ¿qué puedo hacer esta noche?; ahora la fiesta está en casa.
Noticias: ¿Aprendieron a dejarse fluir, a no aferrarse a la idea de cómo deberían ser las cosas?
Perciavalle: Hay que fluir, es una de las claves, la otra es parar el cerebro. Osho dice que meditar es celebrar la vida. El hombre occidental está acostumbrado a mirar hacia afuera, y adentro tenemos absolutamente todo.
Noticias: Cuando descubre a Adán en el Paraíso, Eva dice: “No es muy inteligente”, y de ella: “Yo no adivino. Yo sé”. ¿Los hombres están cada vez más metroemocionales y obedecen menos a la cabeza?
Perciavalle: Puede que en este momento haya más de eso, pero creo que la mujer es más sensible, escucha más la voz del corazón, y el hombre está adoctrinado para usar más la cabeza.
Zorrilla: Soy muy antifeminista, creo que la mujer está hecha para tener hijos y si no está en casa cuando llegan el hombre y los chicos del colegio, la sociedad está mal hecha.
Noticias: ¿Y si tiene una vocación, como usted?
Zorrilla: Es ¿cómo decirte?, como un chico que se rompe una pierna y quiere ser bailarín. Después la vida te pega por donde menos te imaginás. Viví en Nueva York, a cierta hora volvían del laburo dos personas de pantalones, con el pucho, ¿porqué va a cocinar ella y no él, si ganaban la misma plata?
Perciavalle: Muchos hombres cocinan, cambian los bebes, mis sobrinos son profesionales, llegan tarde de trabajar y se reparten las tareas. Los hombres cocinando son maravillosos, tienen un don.
Noticias: Pero cocinan como divertimento, no todos los días.
Perciavalle: Todos mis sobrinos cocinan un día sí y un día no. En mi casa cocinaba mi papá, mucho mejor que mi madre. Tenía una facilidad, una inventiva, una rapidez, nos encantaba.
Noticias: ¿Han desaprovechado situaciones de disfrute por usar demasiado la cabeza?
Perciavalle: No me he privado de ningún disfrute, por suerte. No creo que le haya permitido a la cabeza, el sentido práctico o la conveniencia impedirme disfrutar.
Noticias: ¿Ha sido disparatado, desenfrenado?
Perciavalle: No sé si disparatado, pero siempre hice lo que quise. Tal vez porque soy Serpiente de metal, la más fría de todas.
Zorrilla: Yo no analizo mucho las cosas, pero la vida decidió por mí siempre lo mejor. Me dio la posibilidad de ser hija de un escultor, hacía monumentos, sentía que era un padre especial. Tuve un abuelo poeta y envejecí viendo que mis padres se querían. En mi niñez leía un libro en francés que decía: “Los hijos de aquella mujer tannnn malaaaa fueron lo que podía esperarse: el mayor cometió un crimen y terminó en la guillotina, el segundo robó un banco y lo mataron, una hija se hizo prostituta y la otra actriz” (risas). Cuando aprendí que actuar no era malo, anduve tranquila por la vida. Mi gran fracaso fue no haberme casado, no ser madre, pero tengo sobrinos, así que “vida nada me debes, vida estamos en paz”.
Noticias: ¿Por qué descartó la adopción?
Zorrilla: Porque tengo una vida de saltimbanqui, con viajes y giras. Hubiera querido casarme con alguien a quien quise mucho. Ahora de golpe soy vieja, pero soy feliz rodeada de cosas que amo. La vida me mimó, directamente.
Noticias: Carlos ha dicho que fue tan promiscuo como le fue posible. ¿Añora esa época de excesos?
Perciavalle: No, hay una edad para todo, para la promiscuidad y para el relax. Yo crecí en los ’60, con “paz y amor”, y aún creo que se puede modificar el mundo si tomamos conciencia de que todos somos habitantes del mismo planeta. La lucha, las armas, son un invento de la política, el dividir para reinar. La misión de los artistas es la contraria: unir, para sobrevivir.
Noticias: Hace poco admitió ser gay, ¿en qué lo cambió tener una pareja estable, que lleva 33 años?
Perciavalle: (piensa) Me dio seguridad, equilibrio, todo. Pero prefiero no hablar de cuestiones personales.
Noticias: ¿Cayeron alguna vez en desazones fuertes, del tipo “mi vida no tiene sentido”?
Perciavalle: No. Cuento con lo que tengo, no con lo que me falta.
Zorrilla: No, yo tampoco.
Noticias: Adán se queja de que Eva habla siempre, y ella quiere “que hablemos de nosotros”. Otro clásico entre hombre y mujer: el temor a expresar los conflictos.
Perciavalle: Porque el hombre sabe que la mujer es superior, sabia, habla con el corazón. Lo que no quiere decir que no haya mujeres con una cabeza increíble, pero es un género que está más cerca de los sentimientos, la sensibilidad y el amor, que de la pelea. Estoy escribiendo mi autobiografía: “Las mujeres de mi vida”. Muchas fueron clave: mis hermanas, mi abuela paterna, Mercedes...Yo era casi arquitecto y decían que con esto me iba a morir de hambre, mi abuela era la única que contestaba: “Se va a morir de hambre o va a triunfar”. En los ’60 hice con China “Canciones para mirar” y ella estuvo en primera fila, era una viejita divina de 80 y pico. Bajé a darle un beso y me susurró: “Esto era lo que quería para vos”.
Noticias: Mucha gente se apega al dolor, lo retiene. ¿Son de ponerse en “víctima”?
Zorrilla: No tengo mucha memoria para eso, soy perdonadora de todo. Siempre digo: nunca robé, pero nunca tuve un hijo con hambre. Será por eso que siempre voy a las cárceles. Cuando hablás con los presos nunca se quejan, preguntan si conozco a Natalia Oreiro, o sea que lo tienen asumido y aceptado. No puedo sacarme de la cabeza al Petiso Orejudo: no hablaba con nadie, hablaba y no le contestaban, mirá vos que tortura.
Noticias: ¿Son dispendiosos, les gusta vivir a lo grande?
Perciavalle: Me gustó compartir con la gente que fue tan generosa conmigo. Vine del Uruguay con una mano atrás y otra adelante, mamá era abogada, papá músico, tengo seis hermanos. Una de las mujeres de mi vida fue Marilú, la mamá de Ludovica Squirru: en su casa yo tenía mi cuarto, mi casa, fue de una generosidad ilimitada.
Zorrilla: Pasé mi infancia viviendo a lo grande, éramos veintiséis parientes en esa casa. Y un día oí que estábamos todos arruinados, había que irse de allí. ¡Fue como si me sacaran las entrañas! Nunca sé cuanta plata tengo, la administro mal. Pregunto y mi secretaria contesta: “No te pienso decir” ¡Y no me diceee...!
Noticias: ¿Carlos amarroca, como buen taurino?
Perciavalle: Sí, se aprende a vivir con poca plata, en épocas de esplendor volvía de Nueva York con veinte valijas, ahora voy y no compro nada, y no me siento frustrado. Es una etapa cumplida, como la promiscuidad. Si no me puedo comprar un traje de Hugo Boss me compro uno de 75 dólares en Macy’s y soy feliz.
Noticias: ¿No les da fastidio que todo termine algún día?
Perciavalle: No, creo que la muerte es la única amiga que no nos falla. Y creo en la reencarnación, por supuesto.
Noticias: ¿Le tocará Paraíso, Infierno o Purgatorio?
Perciavalle: Creo que todo eso lo tenemos acá. El Paraíso es mi casa en Laguna del Sauce, con mis perros.
Zorrilla: ¿Sabés cuál es mi idea del cielo?: algo exactamente igual a esto.
Noticias: ¿Cómo se llevan con la informática y los aparatejos de última generación?
Perciavalle: No me llevo, ni siquiera sé manejar el control remoto. No tengo celular ni computadora, intente usar el mouse y me da vértigo.
Zorrilla: Tengo un celular, y punto.
Noticias: Con el tema Botnia, ¿tienen el corazón partío?
Perciavalle: Soy artista, no político, y es una historia que tendrán que definir los políticos. Si alguien puede opinar con claridad e información precisa es Víctor Hugo Morales, lo escuché leyéndole el diario a un personaje muy importante de Entre Ríos, con la fecha exacta en que se iba a hacer esta papelera y lo que iba a significar económicamente, lo poco contaminadora que sería, las fuentes de trabajo que crearían. El mismo diario, tres años después, publicó lo contrario. Conozco la Argentina, hay papeleras viejísimas, horribles, hay una idéntica a Botnia sobre el Paraná... Hay otra en Orán, cerca del ingenio de los Blaquier, sale un poco de olor cada tanto, pero de las cañas se sigue sacando el azúcar más refinado del país y el papel que se usa para hacer el dólar, el mejor papel del mundo.
Zorrilla: A mí me sorprende mucho que Uruguay esté siendo castigado con el corte de rutas antes de que un tribunal se expida. Yo no puedo dejar de ser uruguaya, y en este mundo que vivimos, con el terror de la violencia inminente, los que estamos peleando somos nosotros, dos países que son amigos. Es un extraño caso.
Noticias: ¿Cual es la fruta prohibida, la que nunca probaron?
Zorrilla: Soy una persona de buena conducta, en general, y la vida me ha dado oportunidades de no serlo. No me arrepiento demasiado de no haber hecho algo... un poquito, nomás (pícara).
Perciavalle: La política. Desde la Intendencia de Maldonado me han ofrecido de todo, pero ni siquiera quiero ser miembro de Argentores. Quiero ser artista, ser libre.
http://www.revista-noticias.com.ar/comun/nota.php?art=794&ed=1609