Cómo adaptar la vivienda para prevenir accidentes
Varias son las modificaciones fáciles y económicas que se pueden realizar en una vivienda para adaptarla a las necesidades que se requieren en el proceso normal de envejecimiento, hacerla más funcional y prevenir accidentes domésticos.
sábado 10 de noviembre
suplemento Tercera Edad de Diario Popular.
Natalia Muñiz
nmuniz@diariopopular.com
Desde la colocación de barrales en el baño, bajar las alacenas a una altura adecuada para no tener que subirse a un banquito para alcanzar los objetos, hasta quitar la bañera, son algunas de la recomendaciones sugeridas por los especialistas.
Los estudios realizados en el país indican que “el 75 por ciento de los adultos mayores viven en casas, el 80 por ciento son propietarios y el 92 por ciento residen en zonas urbanas, un fenómeno muy particular porque supera cualquier valor medio internacional”, señaló el director del Centro de Investigación y Asesoramiento para el Hábitat Gerontológico (CIAHG) de la Sociedad Central de Arquitectos (SCA), el arquitecto Eduardo Schmunis.
Sin embargo, estas viviendas “son obsoletas, forman parte de lo que se llama el déficit habitacional argentino de casi 3 millones de unidades porque básicamente es cualitativo, fueron construidas hace 60, 70 años, en una época cuando la importancia de la eliminación de las barreras arquitectónicas no se conocía”, agregó el profesional.
Los problemas
Entre los problemas que presentan estas viviendas, Schmunis indicó: “las instalaciones eléctricas suelen ser viejas, en muchos casos los cables son los antiguos cables de tela, no tienen disyuntores, lo que se agrava con los problemas de humedad, hay desniveles, escaleras inadecuadas -sin la cantidad de peldaños y descansos intermedios-, sin pasamanos ni correcta iluminación”, entre otros.
Esta situación atenta contra las condiciones de habitabilidad y se convierten en un peligro a medida que se envejece al ser posibles causales de caídas, las que “en un 70 por ciento ocurren en la vivienda -principalmente a un mismo nivel; segundo, en escaleras o en desniveles- y el 30 por ciento restante, en la vía pública o en el transporte”, advirtió.
No obstante, el director del CIAHG enumeró una serie de modificaciones fáciles y económicas que se pueden realizar en las propiedades a fin de hacerlas funcional y seguras para los adultos mayores.
Las recomendaciones
- Bajar las alacenas: Muchas viviendas tienen los placares o alacenas altos y las personas mayores se suben a banquitos, a sillas o escaleritas, teniendo sobrepeso, problemas de hipertensión arterial o estando polimedicados y se pueden marear o hacer un mal movimiento. Por este motivo se aconseja bajar las alacenas a una altura considerable para alcanzar los objetos. Altura máxima recomendada, 140 centímetros; altura mínima, 40 centímetros.
- Pegar y/o clavar las alfombras: Tanto las alfombritas sueltas al pie de la cama como las alfombras en el living -u otra habitación- son un peligro porque la persona puede patinarse y caer. En este punto, para ambos casos, se recomienda pegarlas o clavarlas.
- No encerar: Es una costumbre de las mujeres mayores encerar el piso, pero estos se transforman en pistas de patinaje.
- El baño: Es un lugar que suele ser chico, con artefactos duros -lavatorio, inodoro, bañera-, por lo que los pisos deben ser antideslizantes, se deben colocar barrales de sujeción en el espacio de ducha, y no haber cables sueltos. Asimismo se aconseja quitar las bañeras porque muchas personas mayores presentan dificultades para levantar la pierna e ingresar o se patinan. También se recomienda cambiar las cortinas de baño por mamparas rígidas, ya que frente a una eventual caída intuitivamente uno tiende a agarrarse de ésta, arrastrando tanto la cortina como el barral. De igual forma es conveniente reemplazar el bidet por un duchador manual a fin de ganar espacio por si hay una persona que usa silla de ruedas; e instalar un banquito rebatible en el espacio de ducha para que pueda cambiarse de asiento a la hora del baño.
- Las puertas: Las casas viejas tienen puertas que abiertas dejan un espacio de entre 60 y 70 centímetros cuando hoy la reglamentación pide que el espacio para pasar con una silla de ruedas debe ser de 80 centímetros.
Recuadro: Mesa redonda
Una mesa redonda sobre “Arquitectura, accesibilidad y derechos humanos” a fin de hacer accesibles viviendas, transportes y ciudades para todas las personas -independientemente de la edad, sexo y condición física y mental- se realizará el próximo 15 de noviembre de 18 a 21 en la Sociedad Central de Arquitectos (SCA), Montevideo 938, Capital Federal. La entrada es libre y gratuita.
La jornada está auspiciada por la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) de la UBA y la SCA, y organizada por el programa de Discapacidad y Universidad de la Secretaría de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil de la UBA y el Centro de Investigación y Asesoramiento sobre el Hábitat Gerontológico (CIAHG).
Especialistas en la temática de la accesibilidad al medio físico y representantes del Estado y de organizaciones no gubernamentales expresarán su visión sobre la necesidad de hacer accesibles viviendas, transportes y ciudades, como uno de los medios para favorecer la inclusión social y el cumplimiento de los derechos humanos para todas las personas.