Conclusiones de un encuentro de expertos, realizado en Colombia
Tabaquismo, obesidad, diabetes y enfermedad cardiovascular amenazan la expectativa de vida de la mujer
La Nación
Domingo 4 de noviembre de 2007
A pesar de que mucho se habla de los buenos hábitos de vida, la salud de la mujer no tendría un buen pronóstico para los años por venir. Fumar y tener sobrepeso, aunque sea "un poquito" de cigarrillos por día o de kilos de más, así como también la falta de controles regulares de la presión arterial y el colesterol, impiden aún mejorar esta tendencia.
"Más de la mitad de la población femenina tiene diabetes, obesidad o hipertensión, o las tres, y es cierto que el estilo de vida es fundamental y sencillo de cambiar. Pero la experiencia demuestra que ese cambio es muy difícil de lograr en la práctica, aunque su efecto sobre la salud sea rápido y sensible", sostuvo el doctor Freddy Goldberg Eliaschewitz, director del Centro de Investigación Clínica de Brasil.
Especialistas reunidos en esta ciudad, que aún conserva las riquezas y bellezas naturales que siglos atrás atrajeron a corsarios y piratas a sus playas, coincidieron en describir la fragilidad de la salud femenina en América latina.
"Está aumentando la cantidad de mujeres fumadoras y a una edad de inicio cada vez más temprana. De seguir así, en 2025 habrá en América latina 523 millones de fumadoras con una mayor mortalidad por enfermedades asociadas al consumo de tabaco", dijo la doctora Guadalupe Ponciano, directora de la Clínica contra el Tabaquismo de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Según resultados de estudios recientes, y citados aquí durante una reunión para periodistas organizada por Pfizer, ser mujer parece potenciar los efectos dañinos de los malos hábitos cuando se la compara con el hombre.
Por ejemplo, el riesgo cardiovascular aumenta diez veces si la mujer fuma y toma anticonceptivos, o la posibilidad de que una mujer joven sufra un accidente cerebrovascular es un 60% mayor si fuma. O basta fumar un paquete de cigarrillos diarios para que una mujer llegue a la tercera edad con 5 al 10% menos de densidad ósea o que tenga de 2,4 a 7 veces más de riesgo de sufrir un infarto que el resto de la población.
Pero lo más grave es que basta que una niña de menos de 12 años esté expuesta al humo del cigarrillo en el hogar para que aumente 4 veces su riesgo de desarrollar cáncer de mama en la edad adulta.
"El tabaco es el único producto de consumo que mata a más de la mitad de sus usuarios -comentó Ponciano-. La mujer en América latina sigue cuidando menos su salud para no distraer la atención familiar, cuando está demostrado que la madre fumadora es la variable más importante en la exposición al humo de tabaco que sufren los hijos."
Por otro lado, la diabetes encabeza la lista de enfermedades no transmisibles y, como el riesgo de desarrollarla aumenta con la edad, el envejecimiento de la población la coloca en un lugar peligroso. En la Argentina, el 4% de los mayores de 60 años es diabético.
Estilo de vida insalubre
"El cambio del estilo de vida en nuestras sociedades, especialmente el consumo de gaseosas y comida con alto contenido de grasas dañinas, el sedentarismo y el estrés, está aumentando el tamaño de la cintura de la población (obesidad abdominal), el peso corporal y el nivel de colesterol", dijo Goldberg.
Se estima que en las grandes ciudades, entre el 30 al 50% de los diabéticos ignora que padece la enfermedad. "El diagnóstico aún es tardío y se consulta cuando ya existen lesiones", agregó.
Entre los efectos de esa enfermedad en las mujeres están los problemas cardiovasculares en la población femenina general, y las consecuencias en la mamá y el bebe cuando la diabetes aparece durante el embarazo o no se detectó previamente. Entre el 4 y el 6% de las embarazadas es diabética, pero el 88% de esas mujeres desarrolla esta condición durante la gestación, cuando las hormonas placentarias inhiben la producción de insulina. Pero según advirtió el experto brasileño, el 12% restante ya tenía diabetes sin diagnosticar antes de quedar embarazada.
"En estos casos, es fundamental normalizar el nivel de hemoglobina glicosilada para no dañar al feto", explicó Goldberg. El bebe nace con muy bajo peso o con un tamaño que supera los 5 kilos de peso. "Vamos a ver cada vez más mujeres con diabetes, por lo que es importante realizarse los controles de rutina y cumplir el tratamiento indicado", comentó.
El corazón femenino es uno de los más perjudicados por el sobrepeso, la hipertensión, la diabetes y, también, el tabaquismo. Hasta la menopausia, por ejemplo, el riesgo cardiovascular es más bajo que en los hombres, aunque esta protección desaparece si la mujer es diabética, tiene hipertensión sin controlar u obesidad abdominal.
Las mujeres son el único grupo en el que los problemas cardiovasculares siguen aumentando de manera constante, según coincidieron Goldberg y el doctor Mario Osvaldo Speranza Sánchez, director de la Clínica de Insuficiencia Cardíaca del Hospital Clínica Bíblica, de Costa Rica.
Mientras que los hombres diabéticos tienen de 2 a 3 veces más riesgo de tener infarto o accidente cerebrovascular, ese riesgo en las diabéticas es de 3 a 4 veces mayor.
Y la obesidad abdominal, o una cintura por encima de los 80 centímetros en las mujeres, es el principal disparador del síndrome metabólico, que incluye también el colesterol "malo" o LDL alto, el colesterol "bueno" o HDL bajo y la hipertensión. "Es importante que las mujeres sepan que conservar un estilo de vida saludable tendrá vigencia siempre, independientemente de los desarrollos farmacológicos que existan en los próximos años", concluyó Speranza.
Por Fabiola Czubaj
Enviada especial
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