EL ORIGEN DE LAS IDEAS. TANTO PARA LA ARQUITECTURA COMO PARA LA PINTURA, A CLORINDO TESTA LAS MEJORES COSAS SE LE OCURREN EN EL CAFE.
ENTREVISTA A CLORINDO TESTA (ARQUITECTO Y ARTISTA PLASTICO)
El reciente ganador del primer concurso organizado por el Banco Central defiende, a los 89 años, la creación artística como una tarea que ayuda a vivir.
Por: Mercedes Pérez Bergliaffa
Clarín
13=12=2007
La gente se acerca a saludar a Clorindo Testa, reconocido artista y arquitecto, y reciente ganador del primer concurso nacional de pintura organizado por el Banco Central.
Premiada entre más de dos mil obras presentadas, la pintura de Testa, "Ciudad no muy extensa", remite a lo urbano.
En medio de la exposición que se lleva a cabo actualmente en el Centro Cultural Borges, Testa, de ochenta y nueve años, reflexiona sobre las dos actividades por las que es mundialmente reconocido, y que, según él, le ayudan a vivir: la pintura y la arquitectura.
-¿A qué se debe el nombre de la obra que ganó el concurso, "Ciudad no muy extensa"?
-Es parte de la serie de obras que estoy pintando ahora, sobre las manzanas de Buenos Aires. Me llama la atención de las manzanas que son un cuadriculado, un reticulado a veces ligeramente deformado. Me gusta esa cuadrícula, llena el espacio.
-La cuadrícula se repite en muchas de sus obras ¿Por qué?
-Porque los pensamientos se repiten. En mi obra se repiten las caras, las figuras acostadas, los globos de historieta que dicen "estoy muerto, estoy cansado". Son cosas que la gente tiene presente dentro suyo, que se las repite.
-Sin embargo, en sus cuadros de ciudades no aparecen mucho las personas. ¿A qué se debe esto?
-Sí aparecen pero no las ves porque es en escala muy chiquita. A veces pinto como si la manzana fuera vista desde lo alto; entonces, las personas sólo se ven como puntos o grupos de puntos. Igualmente, cuando imagino un cuadro no me imagino a la gente sino a una retícula vacía.
-¿Hay otros tipos de espacios diferentes al de la ciudad sobre los que le gustaría pintar?
-Todavía ninguno. Pienso en el desierto, por ejemplo, en su imagen, y la verdad es que no me interesa nada.
-Usted es un famoso arquitecto pero también un reconocido pintor. ¿Qué diferencias encuentra al realizar las dos actividades?
-En la pintura no tenés un comitente, sos vos mismo, solo. En cambio, en las obras de arquitectura, siempre hay un comitente que te dice lo que quiere tener.
Igualmente, la manera de pensar un cuadro o una obra arquitectónica son muy similares.
-¿En qué se parecen esas dos maneras de pensar?
-En cómo nacen. En mi caso, siempre, tanto para la arquitectura como para la pintura, las ideas surgen de la misma manera: en el café donde me siento desde hace más de treinta años, en Santa Fe y Callao, a la vuelta de mi estudio.
-Después de estar dedicado a dos actividades creativas por más de cincuenta años, ¿por qué piensa usted que crea cosas?
-Uno crea cosas porque es lo que tiene que hacer. Te ayuda a pasar el tiempo, y a estar, a vivir. El arte sirve para vivir, así como también otras actividades que hace una persona. En pintura, cada vez que hago un cuadro, que lo termino, es una recompensa para uno mismo, para mi mismo. Y eso da alegría. Y ayuda.