Gerontología - Universidad Maimónides

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¿Se hace más difícil conseguir trabajo después de los 45 años?

Aunque hay indicios de que las empresas de a poco comienzan a ser tenidos en cuenta, el desempleo es un gran problema. Por qué se los excluye y valora


infobaeprofesional.com
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Tanto los indicadores como los especialistas coinciden en que el mercado laboral argentino se está reactivando. Según los datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC, en el tercer trimestre del año la desocupación descendió a 8,1%, lo que permite proyectar que 1,3 millón de personas a nivel nacional buscan empleo.


No obstante, de ese grupo al menos 500.000 son mayores de 45 años, tal como señalan desde la asociación civil 50 a 60, entidad que enfocada en la resolución de los problemas que enfrenta esta franja en el campo laboral.

Desde esta asociación, el directivo Julián Bautista, postula que “hay cerca de 10 millones de personas mayores de 45 años. Si a esto se le descuenta 4 millones que están jubiladas, quedan 6 millones que forman la población económicamente activa. De este total, existen como mínimo 500.000 que buscan trabajo y no encuentran”.

En definitiva, del 1,3 millón de desocupados que existen en la Argentina, al menos una tercera parte son personas mayores de 45 años, según aquellas estimaciones. Se trata de una realidad que se arrastra de los años 90 y a pesar que hoy se vislumbra una situación un poco más favorable para este grupo, el problema aún es importante.

Esta población fue, sin dudas, la más afectada con los cambios ocurridos en el mercado de trabajo durante la década del 90. Y los que encuentran mayores dificultades y trabas al momento de reinsertarse laboralmente.

“Desde hace unos años se ve que la discriminación laboral por la edad a las personas mayores de 45 años es muy grande. La exclusión que sufren es doble. Por un lado, cuando son despedidas al cumplir los 50 y, por otro, cuando esas personas empiezan a buscar trabajo y que se encuentran con que en la gran mayoría de los casos los avisos son hasta 35 o 40 años”, asegura Bautista.

El directivo de la entidad asegura que muchas veces a los adultos mayores se les ofrecen puestos por una remuneración menor, y la persona lo acepta, porque está excluido y le es difícil conseguir y además porque necesita la gratificación de sentir que sigue produciendo, que está activo.

De acuerdo con un informe realizado por la consultora de empleo Manpower y difundido en Abril de este año, apenas el 11% de los empleadores de la Argentina pone en práctica estrategias para tomar trabajadores mayores de 50 años.

A la vez, sólo un 17% impulsó planes de retención para mantener a los profesionales de este segmento dentro de su fuerza laboral, a pesar de la pérdida de productividad y de capital intelectual que se producirá cuando esas personas dejen el mercado laboral.

¿Un futuro alentador?
No obstante, especialistas consultados por infobaeprofesional.com coinciden en que, desde hace unos meses y de a poco, las empresas están dejando de lado la edad como un requisito excluyente y tomando en cuenta y priorizando otros factores.

Días atrás, por ejemplo, salió publicado un aviso de la compañía LAN en el que se pedían pilotos y copilotos hasta 63 años. Aunque es un caso atípico, este tipo de publicaciones son un indicio que los más grandes comienzan a ser nuevamente buscados por su perfil, su experiencia y conocimientos, sobre todo en un contexto de demanda laboral insatisfecha en determinados rubros.

Ester Parietti, directora de Responsabilidad Social Corporativa de Adecco, afirma que “se están tomando personas de más de 45 años porque después de los 90 en que prácticamente la escuela industrial quedó diezmada casi no se encuentran en el mercado laboral candidatos jóvenes para cubrir algunos puestos como torneros o matriceros que requieren conocimiento técnicos y de oficios, los que si tienen las persona mayores”. Y agrega: “Ante esta situación, el tope de edad, lentamente, se está modificando”.

¿La edad excluye?
También para Sabrina Aguirre, coordinadora de Selección se Sesa Select, “el mercado tiene una clara tendencia a incrementar la edad. Hoy la edad no es un requisito excluyente sino que en realidad las empresas priorizan otras variables como la actitud y el compromiso. Y esto en la gente grande es mucho más manifiesto que en la población joven”.

La ejecutiva de Sesa Select asegura que “en un mercado como el actual de mucha demanda y poca oferta, se valora la experiencia, y también impacta la disponibilidad del candidato y que, por ejemplo, no tenga que estudiar o hijos pequeños que cuidar. Es gente que si se tiene que quedar un rato más trabajando o viajar, puede hacerlo, y esto las compañías lo saben y valoran”.

Así, si bien el tope de edad en los avisos que se publicaban hasta 2005 en la gran mayoría de los casos era de entre 28 y 30 años, en la actualidad se observa que para determinadas posiciones se estiran hasta 40 y 45 años, coinciden los especialistas. Y para cubrir puestos comerciales, muchas veces el tope son 50 años o en algunos casos un poco más.

Desde Sesa Select cuentan que muchas Pyme, por ejemplo, al momento de cubrir un puesto administrativo, hoy buscan personas que tengan conocimientos de facturación y pago a proveedores, que a su vez puedan atender al cliente, generar buenas relaciones interpersonales y que tengan una formación más integral. Y con requisitos son los adultos quienes “llevan las de ganar” en un proceso de búsqueda y selección.

“También se busca para puestos directivos, por el tema de la experiencia, claro que tiene que estar aggiornado con la actitud y con poder manejar una computadora”, señala Aguirre.

A favor
Entre las características que les juegan a favor a los mayores, las empresas saben que los empleados de más edad son los que presentan menores índices de rotación y son vistos como un grupo altamente confiable en cuanto al manejo interpersonal.

En la mayoría de los casos, se trata de personas que se formaron e hicieron sus primeras armas en el mercado laboral previo a la década del 90.

Jorge Dinard, gerente de operaciones de la consultora García Santas y director de Resumé, manifiesta que las corporaciones hoy tienen más en cuenta la actitud que los estudios y títulos que pueda tener un joven profesional.

Dinard afirma que en la actualidad las empresas dejan abierto el rango de edad. “Priorizan la actitud, la visión de negocios y mentalidad actual y una forma de pensar joven, que se puedan adaptar al cambio, con ganas de crecer y que puedan convivir con los más jóvenes y quizás bancarse tener un jefe de 35 años”, postula.

Los adultos de mayor edad son sobre todo buscados por las Pyme, que los toman porque les generan confianza y además muchas veces llegan desde multinacionales con un background importante que las compañías más chicas necesitan para seguir creciendo.

Los call center son una de las industrias que –además de jóvenes- emplea a gente de más de 45 años, sobre todo mujeres, que ya criaron y educaron a sus hijos y que encuentran en el sector la posibilidad de insertarse en el mercado, con baja carga horaria y horarios flexibles.

Ciudad de Buenos Aires, pionera
Con el objetivo de incentivar la incorporación de adultos mayores al circuito laboral, la legislatura porteña convirtió en ley el pasado 28 de junio el proyecto de empleo para mayores de 45 años. Sin embargo, aún no fue reglamentada por el Poder Ejecutivo.

Se trata de un proyecto que crea el Régimen Especial de Empleo para Personas Desocupadas Mayores de 45 Años, que otorga un subsidio a las Pyme de la Ciudad que tomen como empleados a mayores de 45 años que no tengan trabajo, que residan desde al menos hace dos años en la Ciudad y que no perciban jubilación y/o pensión y/o ayuda económica estatal.

El proyecto establece que el subsidio directo que obtiene cada Pyme que incorpore a estos postulantes será otorgado por el término de un año, equivalente a entre un 15% y un 30% del Salario Mínimo Vital y Móvil correspondiente a cada contratado. Este subsidio tendrá carácter remunerativo.

Las empresas que participen del régimen podrán incorporar -bajo esta modalidad- hasta un máximo de diez trabajadores nuevos, siempre que no superen el 50% del total de la planta. El período del subsidio para cada nuevo trabajador es de un año.

La desactualización, el problema
“La falta de conocimientos de idioma o informática es una barrera porque es una cuestión de desactualización y lo que se pide es que la persona esté lo más actualizada posible”, advierte Dinard.

Además de la falta de actualización, el director de Resumé resalta la pérdida de la actitud joven que tienen a veces los candidatos.

Sin embargo, aclara que las empresas no piden niveles avanzados sino que solicitan los conocimientos suficientes para poder leer un mail o una ficha técnica y entenderla.

Y Aguirre coincide: “Cuando piden ingles o computación, por lo general es un manejo básico. Y si bien es gente grande de edad, está aggiornada en cuanto a Internet o manejo de los programas básicos de pc”.

Actualizados o no, los adultos mayores aún esperan de búsquedas masivas que los incluyan. Las empresas, en tanto, se están dando cuenta de la necesidad de reinsertalos en el mercado. Pero las señales parecen todavía no llegar a esas 500.000 personas

Cecilia Novoa
cnovoa@infobae.com
infobaeprofesional.com


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