Gerontología - Universidad Maimónides

« EE.UU.: crecen los accidentes cerebrovasculares | Página Principal | Nuevas directrices urgen evaluar el riesgo de caídas »

Cuando los adultos mayores viven su nueva adolescencia

Los cambios corporales, los cuestionamientos de los roles sociales, el aburrimiento en el matrimonio y la insatisfacción por los logros no alcanzados en el trabajo o en el estudio provocan crisis entre los 40 y 45 años y entre los 55 y 65 años, que hacen vivir una segunda y hasta una tercera adolescencia a quienes las sufren.

Por NATALIA MUÑIZ
Domingo 17 de febrero
Diario Popular

Cada vez más adultos y adultos mayores transitan estas “nuevas” adolescencias, dado los cambios sociales, el aumento de la expectativa de vida y el temor a lo que vendrá -al proceso de envejecimiento-, según una investigación realizada por la cátedra de Psicodiagnóstico de la Edad Adulta y Mayor, de la Especialización en Psicodiagnóstico, de la Universidad del Salvador, junto a la Fundación OVO.
“Hoy, por la longevidad creciente y por circunstancias socioculturales, los mismos cuestionamientos y duelos que se dan en la adolescencia ocurren nuevamente entre los 40 y 45 y de los 55 a los 65 años”, explica la doctora en Psicología y profesora de la cátedra, Silvia Gelvan de Veinsten.
Sin embargo, destaca que hay una diferencia: “quienes transitan la segunda y tercera adolescencia están ubicados en un pasado de experiencias mayor, lo que implica duelos por las etapas vividas, mayor ansiedad y un creciente temor ante el porvenir, cuyo tiempo se va acortando cada vez más”.
“Hasta hace poco tiempo -según se detalla en la investigación- se tenía definida a la adolescencia como la etapa de transición que va desde la pubertad (de 9 a 12 año) hasta el ingreso a la juventud (20 a 23 años). Esta juventud llegaba a la adultez a los 30 años, pensando en su evolución en ciclos de alrededor de diez años hasta llegar a la edad mayor, después de los 60 ó 65 años. Cada etapa parecía acceder casi naturalmente a la otra”.
No obstante, con el aumento de la expectativa de vida y los cambios en los roles sociales, estas etapas “deben reconsiderarse por cuanto las crisis que en ella se viven, sobre todo entre los 40 y 45 años y entre los 55 y 65, y porque aún suelen ser consideradas como una patología cuando son crisis normales, con problemáticas y conflictos semejantes a los que se afrontan en la primera adolescencia”, se indica.
En este marco, en la investigación se destaca que entre los 40 y 45 años “se dan cambios corporales -en la imagen y en la fisiología-, desde cierto engrosamiento que lleva a las dietas, a la amenaza del comienzo de la artrosis, diabetes dos o cambios hormonales”, por lo que “nuevamente hay que reconocerse con diferencia a cinco años antes”.
Ruptura matrimonial
También el matrimonio comienza a ser cuestionado “por el aburrimiento y cierta apatía sexual”, mientras la adolescencia de los hijos “estimulan a fantasear con aventuras y nuevas oportunidades de enamoramiento”, señala el informe. Y de ahí la frecuencia de separaciones y divorcios a esa edad.
Otro punto a tener en cuenta es el ámbito laboral, ya que dada la inestabilidad y lo incierto del porvenir provoca “dificultad de adaptación y la insatisfacción por los logros no alcanzados”.
En tanto, quienes transitan esta segunda adolescencia deben enfrentar “a una sociedad que critica a los `cuarentones` que se visten según pautas reservadas para la moda juvenil, que se replantean su pareja, trabajo y conocimientos”, se remarca.
En la vejez
¿Y entonces qué hacen, a quiénes recurren? A sus padres, a los mayores de la familia. Muchas veces porque se separaron y no tienen otro lugar donde vivir, para que cuiden de los niños, porque el dinero no alcanza, por comprensión y apoyo.
No obstante, en la investigación se aclara que los adultos “no se dan cuenta que los mayores afrontan su tercera crisis, que se da entre los 55 y 65 y poco más”, donde los duelos ocurren porque “otra vez el cuerpo resulta extraño -ya no responde como antes-, el espejo denota surcos que no existían, el trabajo imposible y el futuro que amenaza con impotencias crecientes”.
Y al igual que en la primera adolescencia, “el miedo que deriva en ansiedad y angustia puede tomar la forma de mecanismos de negación, rebeldía, queja, enfermedades psicosomáticas, sumisión resignada o llegar a acciones violentas contra sí mismos”, se detalla.
De ahí la propuesta de la investigación: “revisar las creencias acusadoras”, incluso de parte de los terapeutas y profesionales de la salud, y “reconsiderar a la edad mayor como un nuevo proceso de aprendizaje y oportunidades”.

Recuadro: Características

.- Entre los 55 y 65 años.
.- Otra vez se observa al cuerpo con extrañeza, dadas las señales físicas del paso del tiempo.
.- Se replantea la sexualidad.
.- Se acrecienta el rtemor a la vejez y a la indefiensión de un rol social marginal.
.- Cuestionamientos laborales y/o jubilación.
.- El futuro amenaza con impotencias crecientes.

Powered by
Movable Type 3.33